EL POBLADO Y MURALLAS
DE LA MONTAÑA DE CARLES
LA EDAD DEL BRONCE VALENCIANO
Miguel Gómez Sahuquillo
(Arqueólogo)
La intensa ocupación del territorio a
partir del II milenio antes de Cristo, se manifiesta en la gran abundancia de
poblados en lugares elevados. En la Sierra de Corbera encontramos muchos
yacimientos de poblados pertenecientes a este periodo prehistórico ubicados en
lo alto de una cima. El dominio de las técnicas constructivas en piedra y
barro, así como de la adecuación a la topografía de las montañas, hacen que
estos poblados muestren ya cierto urbanismo, con abancalamientos, murallas y
departamentos de planta rectangular, a menudos dispuestos a ambos lados de una
calle central.
El poblado de la “Muntanya de Carles”[1] se
ajusta al modelo de poblados situados sobre elevaciones considerables,
dominando gran parte de la llanura del Xúquer. Muy parecido al de la “Muntanya
Assolà” de Alzira, sería como este, un poblado agrícola donde habría ovejas y
cabras y donde el buey se utilizaría como animal de tiro, criándose también el
cerdo. Por semejanza y por proximidad de los dos yacimientos cabría pensar que
el de Corbera es similar al de Alzira en muchos aspectos y que las conclusiones
sacadas por los investigadores en el de Alzira, bien podrían aplicarse al de
Corbera. La importancia de la caza del ciervo, mas allá de la necesaria
protección de los cultivos frente a los herbívoros, es un indicador de la
existencia de una cobertura vegetal notable.
[1]
Para este trabajo referente a la “Muntanya de Carles”, nos hemos basado en los
trabajos de FOLCH GUILLEM, R.: “Vegetació 7” en Historia Natural dels Paisos
Catalans, Enciclopedia Catalana, S.A., Barcelona, 1984. Hemos tenido en cuenta
el articulo de GRAU, E.: “ L´impact de l´economie de l´Âge du Bronze sur la
végétation du Pays Valencien. XXIV Congés Préhistoriquee de France, Carcassone,
1994. También de la misma autora GRAU, E.: Antrocoanálisis de los restos de
madera carbonizada del yacimiento de la Lloma de Betxí (Paterna, Valencia), un
poblado de la Edad del Bronce. Trabajos Varios del S.I.P., nº 94, pp. 223-237,
Diputació de Valencia, 1998.
La “Muntanya de Carles” está situada en el lado de
poniente del castillo de Corbera. Forma parte de una de las estribaciones de la
Sierra de Corbera. Tiene una altura de 123 m. De difícil acceso, solamente es
vulnerable por la parte SO, y es en este lugar donde se construyó una muralla
en la Edad del Bronce Valenciano, (Bronce Inicial en la Ribera del Júcar,
1800-1700 a. C.), que aún se conserva. La muralla tiene unos 150 m. de
longitud. Su grosor varía y no se corresponde con ninguna medida constante,
aunque en algunos tramos alcanza los dos metros de ancho. Su construcción se
llevó a cabo mediante hileras de piedras en seco, de gran tamaño y que forman
dos caras paralelas. En el centro se encuentran las piedras más pequeñas,
mezcladas con tierra margosa. La muralla está trazada en línea recta y no tiene
ningún refuerzo. En la zona SE de la pequeña meseta encontramos una especie de
socavón de grandes dimensiones. Tal vez podría tratarse de un aljibe primitivo
que sirviera para abastecer de agua al poblado.
El espacio interior de estos poblados solía ser de
dimensiones reducidas y su distribución se adecuaba a la orografía de la
montaña. Parece ser que los edificios que formaban las viviendas se apoyarían
sobre la propia muralla. Unos palos de madera sustentarían la techumbre,
mientras que el suelo se nivelaba con piedras y tierra.
Entre los materiales encontrados en este lugar
destacan más elementos líticos que cerámicos. En sucesivas prospecciones
arqueológicas se hallaron puntas de flecha, hachas o azadas y un pedúnculo, así
como un diente de hoz. En lo que a cerámica se refiere, han aparecido
fragmentos de ollas, cazuelas o cuencos, de formas simples, hecha a mano y con
escasa decoración. En ocasiones, en algunos fragmentos se observan impresiones
digitales como elemento decorativo. Estas piezas se fabricaron con arcilla
sedimentaria mezclada con ceniza; de ahí su tonalidad oscura. En metal, de
cobre primero y bronce después, los habitantes de esta zona fabricaron
punzones, puntas de flecha, puñales o joyas. En hueso o marfil realizaron
colgantes, botones y, de nuevo, puntas de flecha y punzones. También se han
encontrado conchas de cardium.
Dentro del recinto amurallado se recogieron gran
cantidad de lascas y hojitas de sílex y cuarcita. Algunos de los materiales
encontrados pertenecen al periodo Eneolítico. Fueron depositados en el Museo
Municipal de Alzira.
El mundo funerario es importante en este periodo. Alrededor
de la montaña encontramos algunas cuevas y abrigos que sirvieron para realizar
enterramientos, tal es el caso de la “Coveta del Gat”, situada en la zona
escarpada de la montaña y en donde en su interior se encontró un enterramiento
con su ajuar. Aunque las inhumaciones
podían ser dobles o triples, han aparecido también enterramientos individuales
con su ajuar. Lamentablemente, hoy día estos enterramientos han sido expoliados
por gente insensible con el patrimonio cultural.
Tanto de este periodo del Bronce Valenciano como de
otros momentos prehistóricos, Corbera está bien representada en diversos
lugares de nuestras montañas.
Tenemos yacimientos prehistóricos en la Cova d´Alfonso, la Cova de la Malla Verda, la Coveta
del Gat, anteriormente citada, el Puntal
de l´Agüela, la Cova de les Ratetes,
el Castillo de Corbera, la Muntanya de Sant
Miquel y, cómo no, en la Muntanya de Carles.
EL IMPACTO DE LA ECONOMÍA DEL PERIODO DEL
BRONCE
EN LA SERRA DE CORBERA Y EN EL
YACIMIENTO DE LA
MUNTANYA DE CARLES DE CORBERA
A
falta de una excavación arqueológica y del análisis antracológico que de ese
yacimiento pudiera llevarse a cabo, solo podemos plantear hipótesis, por
comparación con otros similares a este. En las investigaciones de la “Muntanya
Assolà” se pudo determinar que la vegetación que había en la Serra de Corbera
durante la Edad del Bronce correspondía a especies termo mediterráneas,
características del Quecoe Lentiscetum, indicador posiblemente de una
degradación del medio por acciones antrópicas. De estas acciones causadas por
el hombre se ha visto afectada la vegetación de estas montañas a lo largo de la
historia y como parece ser por las investigaciones en Alzira, también
ocurrieron en la Edad del Bronce. Esta degradación estaría relacionada por cuestiones
económicas y el nivel tecnológico agrario alcanzado hasta el momento, donde se
disponía ya de un utillaje metálico, primero de cobre y después de bronce que
sería utilizado en los trabajos agrícolas.
Las explotaciones vegetales del entorno y los trabajos
agrícolas terminaron por romper el equilibrio ecológico, comenzando a
producirse una degradación de la vegetación de la montaña. Comenzaría entonces
un proceso de sustitución de unas especies vegetales por otras. En las
investigaciones efectuadas en la “Muntanya Assolà” de Alzira, el análisis
antracológico en los carbones encontrados en el yacimiento, correspondientes al
periodo del Bronce Valenciano, permitió descubrir la flora existente en ese
momento: Arbutus unedo, Erica multiflora, Fraxinus oxyphila, Pistacia
lentiscus, Quercus ilex, Quercus suber y Rosaceae. Las investigaciones
terminaron por demostrar una disminución de la masa arbórea, que seguramente
estaría relacionada con la acción antrópica y la aparición, por tanto, de
nuevas especies de plantas. Se produce una regresión del bosque. Se crean en su
lugar nuevas zonas abiertas. Todo ello muy probablemente motivado por la mano
del hombre al actuar sobre el medio.
Por estas investigaciones sabemos que el hombre del
periodo del bronce se adapta perfectamente al medio que le rodea y se abastece
para sus necesidades de la vegetación circundante. No le hace falta ir muy
lejos para encontrar todo aquello que necesita. Todo esto ha conllevado a que
la vegetación que hoy en día puebla la Sierra de Corbera sea el resultado de la
alteración y la destrucción durante siglos y varios miles de años de la
vegetación primitiva y donde hicieron su aparición comunidades secundarias o
transitorias. A ello hay que añadir los incendios forestales que han contribuido
a disminuir la masa arbórea y a delimitar las áreas de bosque, en comparación a
los que había durante el Bronce Valenciano. Puede apreciarse también, en los
análisis antracológicos el cambio del clima con el estudio de los carbones
encontrados.
El análisis
antrocológico de los carbones encontrados en el yacimiento de la “Muntanya
Assolà” de Alzira han permitido conocer en mayor profundidad el clima y la
vegetación de las montañas de la Serra de Corbera, los tipos de plantas y la
constatación de un cambio y una transformación del medio donde la acción
antrópica ha sido importante.
La
proximidad del yacimiento de Alzira con el de la “Muntanya de Carles de
Corbera”, a falta de una excavación arqueológica y una investigación con
detenimiento, nos hace pensar en la posibilidad de aplicar los varemos que se
han utilizado en Alzira para Corbera. Tengamos en cuenta que dichos yacimientos
están ubicados en dos cerros muy semejantes que forman parte de la Serra de
Corbera. Se encuentran muy próximos y ambos están conectados visualmente con
otros similares del entorno. Estos dos cerros y sus poblados allí existentes,
controlan la planicie del Xúquer, lugar idóneo para los trabajos del campo.
Del
libro: El Patrimonio Histórico de
Corbera, Corbera, Ajuntament de Corbera, Festes de Sant Miquel, 2004.
[1]
Para este trabajo referente a la “Muntanya de Carles”, nos hemos basado en los
trabajos de FOLCH GUILLEM, R.: “Vegetació 7” en Historia Natural dels Paisos
Catalans, Enciclopedia Catalana, S.A., Barcelona, 1984. Hemos tenido en cuenta
el articulo de GRAU, E.: “ L´impact de l´economie de l´Âge du Bronze sur la
végétation du Pays Valencien. XXIV Congés Préhistoriquee de France, Carcassone,
1994. También de la misma autora GRAU, E.: Antrocoanálisis de los restos de
madera carbonizada del yacimiento de la Lloma de Betxí (Paterna, Valencia), un
poblado de la Edad del Bronce. Trabajos Varios del S.I.P., nº 94, pp. 223-237,
Diputació de Valencia, 1998.
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