domingo, 25 de agosto de 2013







 
EL POBLADO Y MURALLAS
                        DE LA MONTAÑA DE CARLES
 
                  LA EDAD DEL BRONCE VALENCIANO
                         
Miguel Gómez Sahuquillo
(Arqueólogo)
 
 

 
        La intensa ocupación del territorio a partir del II milenio antes de Cristo, se manifiesta en la gran abundancia de poblados en lugares elevados. En la Sierra de Corbera encontramos muchos yacimientos de poblados pertenecientes a este periodo prehistórico ubicados en lo alto de una cima. El dominio de las técnicas constructivas en piedra y barro, así como de la adecuación a la topografía de las montañas, hacen que estos poblados muestren ya cierto urbanismo, con abancalamientos, murallas y departamentos de planta rectangular, a menudos dispuestos a ambos lados de una calle central.
     El poblado de la “Muntanya de Carles”[1] se ajusta al modelo de poblados situados sobre elevaciones considerables, dominando gran parte de la llanura del Xúquer. Muy parecido al de la “Muntanya Assolà” de Alzira, sería como este, un poblado agrícola donde habría ovejas y cabras y donde el buey se utilizaría como animal de tiro, criándose también el cerdo. Por semejanza y por proximidad de los dos yacimientos cabría pensar que el de Corbera es similar al de Alzira en muchos aspectos y que las conclusiones sacadas por los investigadores en el de Alzira, bien podrían aplicarse al de Corbera. La importancia de la caza del ciervo, mas allá de la necesaria protección de los cultivos frente a los herbívoros, es un indicador de la existencia de una cobertura vegetal notable.



[1] Para este trabajo referente a la “Muntanya de Carles”, nos hemos basado en los trabajos de FOLCH GUILLEM, R.: “Vegetació 7” en Historia Natural dels Paisos Catalans, Enciclopedia Catalana, S.A., Barcelona, 1984. Hemos tenido en cuenta el articulo de GRAU, E.: “ L´impact de l´economie de l´Âge du Bronze sur la végétation du Pays Valencien. XXIV Congés Préhistoriquee de France, Carcassone, 1994. También de la misma autora GRAU, E.: Antrocoanálisis de los restos de madera carbonizada del yacimiento de la Lloma de Betxí (Paterna, Valencia), un poblado de la Edad del Bronce. Trabajos Varios del S.I.P., nº 94, pp. 223-237, Diputació de Valencia, 1998. 
 


La “Muntanya de Carles” está situada en el lado de poniente del castillo de Corbera. Forma parte de una de las estribaciones de la Sierra de Corbera. Tiene una altura de 123 m. De difícil acceso, solamente es vulnerable por la parte SO, y es en este lugar donde se construyó una muralla en la Edad del Bronce Valenciano, (Bronce Inicial en la Ribera del Júcar, 1800-1700 a. C.), que aún se conserva. La muralla tiene unos 150 m. de longitud. Su grosor varía y no se corresponde con ninguna medida constante, aunque en algunos tramos alcanza los dos metros de ancho. Su construcción se llevó a cabo mediante hileras de piedras en seco, de gran tamaño y que forman dos caras paralelas. En el centro se encuentran las piedras más pequeñas, mezcladas con tierra margosa. La muralla está trazada en línea recta y no tiene ningún refuerzo. En la zona SE de la pequeña meseta encontramos una especie de socavón de grandes dimensiones. Tal vez podría tratarse de un aljibe primitivo que sirviera para abastecer de agua al poblado.
El espacio interior de estos poblados solía ser de dimensiones reducidas y su distribución se adecuaba a la orografía de la montaña. Parece ser que los edificios que formaban las viviendas se apoyarían sobre la propia muralla. Unos palos de madera sustentarían la techumbre, mientras que el suelo se nivelaba con piedras y tierra.
Entre los materiales encontrados en este lugar destacan más elementos líticos que cerámicos. En sucesivas prospecciones arqueológicas se hallaron puntas de flecha, hachas o azadas y un pedúnculo, así como un diente de hoz. En lo que a cerámica se refiere, han aparecido fragmentos de ollas, cazuelas o cuencos, de formas simples, hecha a mano y con escasa decoración. En ocasiones, en algunos fragmentos se observan impresiones digitales como elemento decorativo. Estas piezas se fabricaron con arcilla sedimentaria mezclada con ceniza; de ahí su tonalidad oscura. En metal, de cobre primero y bronce después, los habitantes de esta zona fabricaron punzones, puntas de flecha, puñales o joyas. En hueso o marfil realizaron colgantes, botones y, de nuevo, puntas de flecha y punzones. También se han encontrado conchas de cardium.
Dentro del recinto amurallado se recogieron gran cantidad de lascas y hojitas de sílex y cuarcita. Algunos de los materiales encontrados pertenecen al periodo Eneolítico. Fueron depositados en el Museo Municipal de Alzira.
El mundo funerario es importante en este periodo. Alrededor de la montaña encontramos algunas cuevas y abrigos que sirvieron para realizar enterramientos, tal es el caso de la “Coveta del Gat”, situada en la zona escarpada de la montaña y en donde en su interior se encontró un enterramiento con su ajuar.  Aunque las inhumaciones podían ser dobles o triples, han aparecido también enterramientos individuales con su ajuar. Lamentablemente, hoy día estos enterramientos han sido expoliados por gente insensible con el patrimonio cultural.
Tanto de este periodo del Bronce Valenciano como de otros momentos prehistóricos, Corbera está bien representada en diversos lugares de nuestras montañas.
Tenemos yacimientos prehistóricos en la Cova d´Alfonso, la Cova de la Malla Verda, la Coveta del Gat, anteriormente citada, el Puntal de l´Agüela, la Cova de les Ratetes, el Castillo de Corbera, la Muntanya de Sant Miquel y, cómo no, en la Muntanya de Carles.        
 
     EL IMPACTO DE LA ECONOMÍA DEL PERIODO DEL BRONCE
        EN LA SERRA DE CORBERA Y EN EL YACIMIENTO DE LA
                MUNTANYA DE CARLES DE CORBERA
 
         A falta de una excavación arqueológica y del análisis antracológico que de ese yacimiento pudiera llevarse a cabo, solo podemos plantear hipótesis, por comparación con otros similares a este. En las investigaciones de la “Muntanya Assolà” se pudo determinar que la vegetación que había en la Serra de Corbera durante la Edad del Bronce correspondía a especies termo mediterráneas, características del Quecoe Lentiscetum, indicador posiblemente de una degradación del medio por acciones antrópicas. De estas acciones causadas por el hombre se ha visto afectada la vegetación de estas montañas a lo largo de la historia y como parece ser por las investigaciones en Alzira, también ocurrieron en la Edad del Bronce. Esta degradación estaría relacionada por cuestiones económicas y el nivel tecnológico agrario alcanzado hasta el momento, donde se disponía ya de un utillaje metálico, primero de cobre y después de bronce que sería utilizado en los trabajos agrícolas.
Las explotaciones vegetales del entorno y los trabajos agrícolas terminaron por romper el equilibrio ecológico, comenzando a producirse una degradación de la vegetación de la montaña. Comenzaría entonces un proceso de sustitución de unas especies vegetales por otras. En las investigaciones efectuadas en la “Muntanya Assolà” de Alzira, el análisis antracológico en los carbones encontrados en el yacimiento, correspondientes al periodo del Bronce Valenciano, permitió descubrir la flora existente en ese momento: Arbutus unedo, Erica multiflora, Fraxinus oxyphila, Pistacia lentiscus, Quercus ilex, Quercus suber y Rosaceae. Las investigaciones terminaron por demostrar una disminución de la masa arbórea, que seguramente estaría relacionada con la acción antrópica y la aparición, por tanto, de nuevas especies de plantas. Se produce una regresión del bosque. Se crean en su lugar nuevas zonas abiertas. Todo ello muy probablemente motivado por la mano del hombre al actuar sobre el medio.
Por estas investigaciones sabemos que el hombre del periodo del bronce se adapta perfectamente al medio que le rodea y se abastece para sus necesidades de la vegetación circundante. No le hace falta ir muy lejos para encontrar todo aquello que necesita. Todo esto ha conllevado a que la vegetación que hoy en día puebla la Sierra de Corbera sea el resultado de la alteración y la destrucción durante siglos y varios miles de años de la vegetación primitiva y donde hicieron su aparición comunidades secundarias o transitorias. A ello hay que añadir los incendios forestales que han contribuido a disminuir la masa arbórea y a delimitar las áreas de bosque, en comparación a los que había durante el Bronce Valenciano. Puede apreciarse también, en los análisis antracológicos el cambio del clima con el estudio de los carbones encontrados.
       El análisis antrocológico de los carbones encontrados en el yacimiento de la “Muntanya Assolà” de Alzira han permitido conocer en mayor profundidad el clima y la vegetación de las montañas de la Serra de Corbera, los tipos de plantas y la constatación de un cambio y una transformación del medio donde la acción antrópica ha sido importante.
       La proximidad del yacimiento de Alzira con el de la “Muntanya de Carles de Corbera”, a falta de una excavación arqueológica y una investigación con detenimiento, nos hace pensar en la posibilidad de aplicar los varemos que se han utilizado en Alzira para Corbera. Tengamos en cuenta que dichos yacimientos están ubicados en dos cerros muy semejantes que forman parte de la Serra de Corbera. Se encuentran muy próximos y ambos están conectados visualmente con otros similares del entorno. Estos dos cerros y sus poblados allí existentes, controlan la planicie del Xúquer, lugar idóneo para los trabajos del campo.
 
Del libro: El Patrimonio Histórico de Corbera, Corbera, Ajuntament de Corbera, Festes de Sant Miquel, 2004.
 






[1] Para este trabajo referente a la “Muntanya de Carles”, nos hemos basado en los trabajos de FOLCH GUILLEM, R.: “Vegetació 7” en Historia Natural dels Paisos Catalans, Enciclopedia Catalana, S.A., Barcelona, 1984. Hemos tenido en cuenta el articulo de GRAU, E.: “ L´impact de l´economie de l´Âge du Bronze sur la végétation du Pays Valencien. XXIV Congés Préhistoriquee de France, Carcassone, 1994. También de la misma autora GRAU, E.: Antrocoanálisis de los restos de madera carbonizada del yacimiento de la Lloma de Betxí (Paterna, Valencia), un poblado de la Edad del Bronce. Trabajos Varios del S.I.P., nº 94, pp. 223-237, Diputació de Valencia, 1998. 




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