EL CASTILLO DE CORBERA (VALENCIA)
Miquel Gómez i Sahuquillo
(Arqueólogo)
Trabajo de investigación, Tesina Doctoral. Universitat de Valencia, Dep. Prehistoria y Arqueología, Valencia, 2006.
Resumen:
El presente trabajo pretende dar
a conocer los diferentes sistemas defensivos que encontramos en el Castillo de
Corbera y que tenían por misión dificultar un hipotético asalto a la fortaleza.
Incluimos también un comentario
sobre el análisis murario de los diferentes paramentos y lienzos de las
murallas del edificio, así como de su análisis patológico.
Concluiremos con unos apuntes
históricos donde señalaremos la importancia de esta fortaleza a lo largo de la
historia.
Resum:
El present treball pretén donar
a conèixer els diferents sistemes defensius que trobem al Castell de Corbera i
que tenien per missió dificultar un hipotètic assalt a la fortalesa.
S´inclou també un comentari sobre l´anàlisi murari
dels diferents paraments i llenços de les muralles de l´edifici, així com del
seu anàlisi patològic.
Conclourem amb uns apunts
històrics on assenyalarem la importància d´aquesta fortalesa al llarg de la
història.
INRODUCCIÓN
La sobria, robusta y elegancia
silueta del Castillo de Corbera, se ha de entender dentro de un marco superior
de redes castrales, donde las diferentes fortificaciones resultaban vitales
pare defender un territorio en épocas pasadas. El desarrollo de las tácticas
militares de ofensiva y defensa, obligó a estas mismas fortalezas a sufrir
también su propia evolución, teniendo siempre presente los nuevos avances de la
poliercética. En el caso concreto de Corbera, fue necesario a lo largo de la
historia adecuar y remodelar la fortaleza para tal fin. Aunque debemos señalar
que durante el periodo bajomedieval, las obras llevadas a cabo en el castillo
fueron mas bien de reparaciones en sus muros y no de adecuación del recinto
fortificado para su defensa. No obstante, esta evolución y mejora de los
sistemas defensivos del castillo, que se llevó a cavo en el siglo XVI, quedó
interrumpida en este mismo siglo,
motivada por el enfrentamiento bélico entre los agermanados y los realistas.
Tras la Guerra de las Germanías el castillo, que hubo de soportar un importante
asedio en junio de 1521, quedó completamente destruido. De nada sirvieron las
reparaciones o remodelaciones mandadas llevar a cabo por el Duque de Gandia y
Señor de Corbera Joan Borja en este castillo. La fortaleza, definitivamente
acabó por abandonarse y es así como ha llegado hasta nuestros días.
OBJETIVOS
Y METODOLOGÍA
No ha habido a cabo jamás ningún tipo
de estudio ni intervención arqueológica en la fortaleza. Solo, entre los años
cincuenta y sesenta se llevaron a cabo algunas excavaciones, sin ningún tipo de
rigor científico, por parte de profesores y alumnos de la escuela pública de la
localidad o de centros excursionistas de la comarca. Las piezas de cultura
material encontradas en aquel momento han desaparecido y es difícil averiguar
su localización.
En la actualidad, el Castillo de
Corbera presenta un estado de ruina avanzada, por lo que decidimos
plantearnos la necesidad de realizar un estudio murario de las
estructuras conservadas, dado el interés arqueológico, histórico y
arquitectónico de dicho edificio. Nos ayudamos para ello de un buen dossier
gráfico, mediante dibujos, realizados durante el trabajo de campo y sobre todo,
gran cantidad de fotografías. A ello añadimos el análisis de las estructuras o
paramentos, la medición y calibrado de las mismas.
En el análisis de los lienzos
murarios, se ha tenido especial cuidado en el estudio, siempre que ha sido
posible, de las caras tanto internas como externas de los muros y el realizar
un estudio en detalle de los elementos arquitectónicos que forman parte de los
lienzos de la muralla, como son los merlones, forrados en algunos paramentos,
revocos y elementos de carácter defensivo
como las aspilleras.
Nuestro trabajo ha consistido por
tanto, en la realización de una lectura de los paramentos tanto de las murallas
del castillo como de los edificios que se encuentran en su interior, añadiendo
a ello una lectura de los elementos arquitectónicos.
Por otra parte, la investigación
documental y bibliográfica tanto en archivos y bibliotecas nos ha llevado a
conocer más y mejor la importancia histórica y patrimonial de esta fortaleza de
Corbera.
En nuestra metodología empleada para
la realización de esta investigación, hemos recurrido a un planteamiento
sistemático y lógico para la exposición de los datos obtenidos, dividendo
nuestro trabajo en distintos bloques como son, por una parte, la situación y
emplazamiento y posterior descripción de la fortaleza, continuando con su análisis arquitectónico, arqueológico
y patologías murarias y siguiendo a continuación con un bloque dedicado a los sistemas
defensivos de la fortaleza y por último con unos breves apuntes históricos
sobre el Castillo de Corbera.
Para llevar a cabo una descripción concienzuda de la fortificación
castral, realizamos numerosos desplazamientos a dicho lugar donde tuvimos
especial cuidado en tomar notas, realizar dibujos y fotografias de los
paramentos y lienzos murarios, aparejos o distintas estructuras del edificio,
realizando también si el caso lo requería, un croquis de las estancias o
construcciones de la propia fortaleza.
Una serie de fichas en que quedaba
dividida la fortaleza por sectores, nos han servido para nuestro posterior
análisis tanto arquitectónico como murario y del estado de conservación de los
muros, así como también para su análisis patológico.
En nuestro análisis arquitectónico han
sido de gran utilidad las antes mencionadas fichas, utilizadas en nuestro
trabajo de campo y que nos han permitido un mejor estudio y comparación de unos elementos constructivos
con respecto a otros, ayudándonos en este caso también de material fotografico
y de dibujos. La utilización de estas fichas de campo nos ha permitido un
estudio por separado de todas las estructuras que configuran la fortaleza, como
lienzos murarios, torres o estructuras más complejas. En cada ficha queda
reflejado el emplazamiento de la estructura a estudiar, su planta y su sistema
constructivo, como el tipo de aparejo empleado, si tiene o carece de elementos
defensivos u otros elementos destacables en el lienzo murario.
Para el conocimiento de las
formas y técnicas constructivas del momento, hemos tomado, entre otros, el
modelo de ficha de registro en nuestro trabajo de campo propuesto por Cristina
Huesca Perez, Inmaculada Quiles Calero y Daniel Robey Molla en su articulo que
lleva por titulo: Torres medievales exentas, ficha para su análisis
metrológico, en Fortificaciones y Castillos de Alicante de Rafael Azuar (1991),
en donde siguiendo a estos autores, por lo que respecta al trabajo de campo, se
han realizado mediciones de todos los elementos que componen los distintos
lienzos murarios o torres, centrándonos en la planta, la altura, el grosos de
los muros, obtener datos metrológicos globales de los distintos edificio
conservados o construcciones que forman parte de la fortificación de Corbera,
teniendo en cuenta también su técnica constructiva, donde se analiza dicha
técnica, bien sea tapial, mampostería o ladrillo, que son los principales
elementos constructivos que aparecen en Corbera. Quedan analizados y descritos
también otros elementos de tiro y flanqueo, así como ventanas, distintos tipos
de iluminación, vanos puertas, estancias, escaleras o habitaciones y
cisternas.
De gran ayuda a la hora de la confección de nuestras fichas y del
consiguiente trabajo de campo ha sido el modelo tomado de Azuar Ruiz (1981), en
su libro sobre castellologia medieval alicantina y también el Manual de
Arqueología Medieval de Boüard Michel (1975). Por otra parte, de gran valor
para nosotros y para la confección del
estudio arquitectónico del Castillo de Corbera, han sido los diferentes
artículos publicados en los distintos números de la revista “Castillos de
España”, que publica la Asociación de Amigos de los Castillos. Primordial para
nuestro trabajo ha sido también la publicación del “Glosario de Arquitectura
Defensiva Medieval”, cuyo autor es Luis de Mora-Figueroa (1996) y la “Memoria
de la Intervención Arqueológica en el Castillo de Cervera del Maestre en
Castellón, cuyos autores son David Vizcaíno, Eva Mª Bravo, Jose Manuel de
Antonio Otal y Amparo Barrachina (2000).
Uno de los objetivos marcados en el momento de la confección de este
trabajo fue el encuadrar en nuestro
estudio, el castillo de Corbera dentro de un área castral superior y un espacio
geográfico determinado, que ayude a entender la importancia histórica y
geoestratégica de la fortaleza respecto a su entorno y a las demás
fortificaciones de la comarca, así como su papel militar y administrativo
dentro de la organización política y defensiva, primero del estado islámico y
segundo del reino cristiano. Primordiales son por otra parte, las vías de
comunicación y que de alguna manera están vinculadas con las distintas
edificaciones militares de la zona. Por lo que respecta a los asentamientos
humanos y su dependencia de los castillos, es de vital importancia el estudio y
ubicación de los distintos núcleos de población situados en el término
jurisdiccional de la fortificación castral; en nuestro caso de Corbera.
SITUACIÓN Y EMPLAZAMIENTO DEL CASTILLO DE
CORBERA
El castillo fue construido
sobre un pequeño cerro de 86m. de altura situado a los pies de la Sierra de
Corbera, unidad orográfica que comprende los montes que forman el Cavall
Bernat, la Murta y les Agülles
y esta dispuesta en dirección NO-SE. Estas estribaciones montañosas
pertenecen a la parte meridional del Sistema Ibérico levantino y están situadas
al SE. de la provincia de Valencia. Frente a esta sierra se extiende una gran
planicie por donde confluyen los últimos tramos del río Júcar antes de llegar
al mar. Las coordenadas geográficas en U.T.M., que nos sitúan la ubicación del
castillo son 30S/YJ. 7.28,8, - 43.37,5[1].
A los pies del castillo se encuentra
la población de Corbera. La fortaleza se encuentra situada en un lugar
estratégico de primer orden, ya que controla toda la extensa planicie por la
margen derecha del río Júcar, así como las vías de comunicación tanto de la
costa como de penetración natural hacia el interior de la Ribera del Xúquer,
junto con el Castillo de Cullera.
DESCRIPCIÓN
DE LA FORTALEZA,
El recinto de la fortaleza
tiene planta poligonal, en forma ovalada. Su perímetro amurallado es de unos
470m. Aunque el castillo parece que tuvo un origen romano, presenta una serie
de elementos que lo identifican como una fortificación musulmana. Como muchos
castillos de este periodo, el de Corbera es alargado y estrecho. Sus muros se
adaptan a la orografía de la montaña. Las murallas se acomodan y van buscando
las curvas de nivel. Se aprovecha al máximo la roca de la montaña, sirviendo
esta de defensa natural. Por tal motivo, esto hace que su planta sea irregular.
Los lienzos de las murallas presentan un aspecto de sierra dentada o cremallera.
Se evita así la construcción de torres y a la vez se refuerza el propio lienzo
murario. Su espacio interior esta casi vacío, ocupado por el albacar y
la celoquía. Las plantas de sus torres son cuadradas o rectangulares. En
cuanto a los materiales empleados en la construcción de los muros del recinto,
son los que se utilizan para hacer la tabiya o tapial, muy empleada por
los musulmanes, coexistiendo con la mampostería. El tapial utiliza como materia
prima la tierra mezclada con piedras y cal. Este sistema constructivo confiere
gran resistencia y dureza a los muros de los lienzos de la fortaleza. Además,
suelen ser bastante gruesos.
Para su mejor estudio, hemos dividido la fortaleza en tres niveles. En
el primero estudiaremos los muros barbacanes, la torre albarrana,
su coracha y el acceso a la puerta principal. Al nivel intermedio
pertenecen el cuerpo de guardia, aunque habría que subdividirlo entre
los niveles inferior e intermedio, el recinto amurallado principal y el albacar.
Por último, en el nivel superior estudiaremos la celoquia y estancias contiguas.
De esta manera, en el primer nivel
encontramos el camino zigzagueante que bordeando y sorteando los muros
barbacanes se dirige a la puerta principal. Los muros barbacanes
tenían por misión proteger las puertas y los puntos débiles de la
fortificación. Estos lienzos murarios están incompletos. Gran parte de ellos
fueron destruidos durante los años 40 y 50 del pasado siglo XX al construirse
bancales en la ladera NE de la montaña, transformando esta zona y destinándola
a la plantación de cítricos. Son muros de tapial similares a los de la torre
albarrana y coracha. En este nivel o terraza inferior, junto a los muros
barbacanes, encontramos gran cantidad de acumulación de deposiciones que
proceden de los depósitos de los niveles superiores.
El acceso a la puerta principal y al interior del recinto
fortificado se hace sorteando ciertos obstáculos en forma de zig-zag. Los muros
barbacanes obligan a girar varias veces antes de llegar a la puerta
principal. Tras cruzar dicha puerta accedemos al cuerpo de guardia,
situado ya en un nivel intermedio. Dos torres, junto a los lienzos amurallados
de la propia fortificación se encargaban de dar mayor solidez y protección a la
puerta principal. Todos los flancos estaban cubiertos. Cualquier zona
quedaba batida por el fuego cruzado.
La torre albarrana forma junto con la coracha un mismo
cuerpo de fábrica, aunque si bien es verdad, en un primer momento pudo haber
estado exenta, pero inmediatamente se la unió a la fortaleza mediante un muro
de enlace doble o coracha. Tiene esta torre dos misiones, proteger la
puerta principal y guardar y preservar un pozo de agua que hay en su interior.
El cuerpo de guardia,
contiguo a la puerta principal, divide el acceso al interior del
castillo en dos partes, una se dirige al albacar y la otra hacia la celoquía
o dependencias más importantes de la fortaleza, desde aquí, arranca el muro de
enlace doble que se dirige hacia la torre albarrana.
En el nivel intermedio hemos situado
también el recinto amurallado principal, que como ya hemos dicho tiene unos 470
m. de longitud y se adaptan a la orografía de la montaña y tiene forma de sierra
dentada.
Advertimos en este castillo que la construcción de torres propiamente
dichas solo se lleva a cabo cuando son estrictamente necesarias. Así, hemos
visto la importancia y la gran utilidad de la torre albarrana, necesaria
para la protección de un pozo de agua y de la puerta principal. Otra torre,
unida al lienzo de la muralla se encargaba de defender también la citada
entrada principal al recinto. Una tercera torre, situada en la zona sur e
integrada de igual modo en la muralla, se encargaba de la protección de la poterna.
En el interior del recinto fortificado se sitúa el albacar.
Aunque situado dentro de la fortaleza, esta es una zona independiente y servía
de lugar de refugio a los habitantes de los lugares próximos en casos de peligro
e incluso, en un momento determinado, sirvió
para ubicar allí a la población de Corbera.
En la zona superior, la más elevada de la fortaleza, están situadas las
edificaciones principales. Es en este nivel superior donde se encuentra la celoquía.
Esta gran torre fue remodelada en época
cristiana. La base de este edificio es de 20 por 20 m. y tenía varias plantas.
Alrededor de esta torre había otras habitaciones, estancias y aljibes.
En su interior se encontraban la Capilla de Santa María o de San Juan,
la estancia del señor, las cocinas, el molino de sangre,
etc.
ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
Y ARQUEOLÓGICO
La mayor parte de los muros de la fortificación utilizan como
elemento constructivo el sistema de tapia, cuyo componente principal es la
tierra, coexistiendo también otros elementos que forman la argamasa y que
ayudan a proteger el barro. Se añadían también otros materiales como ladrillos
o piedras a la hora de construir la tapia. Las dimensiones de las tapialadas
varían de un lugar a otro y la anchura o espesor de las mismas varía
dependiendo de la resistencia exigida a la misma. Para la realización del muro
de tapial era necesario disponer de un encofrado que se hacía mediante un cajón
de madera. Los elementos materiales utilizados en el cajón son las tablas de
madera largas o tapieras, los tableros cortos, maderas verticales o barras
macho y las maderas horizontales o agujas. El cajón del encofrado quedaba
sujeto mediante sogas hasta que fraguase
la argamasa que se vertía en su interior y los materiales necesarios para la
realización de la fábrica de tapia. En el interior del cajón de encofrado se
colocaban hiladas de piedras irregulares de diverso tamaño, siendo las mas
gruesas las colocadas debajo. Se le añadía tierra roja, áridos, cal y materia
vegetal. El tamaño de los encofrados varía también debido a las diferentes
longitudes de los tablones o tablas
utilizadas en el cajón. En el caso de Corbera, suelen tener entre 1´95 y 2m. de
largo y una anchura entre 75 y 80cm. En la cara exterior de los mismos se puede
observar el reflejo de las improntas de las tablas mayores que forman parte de
dicho cajón. Suele haber improntas de cuatro tablones de mas de 15cm. de ancho
cada uno, llegando unos pocos a medir 23 y 25 cm. Este sistema constructivo de
tapia lo encontramos en toda la fortificación, aún a pesar de tratarse de
fábricas realizadas en épocas distintas. A los materiales que conforman el
cajón del encofrado, en ocasiones, el ladrillo sustituye a las piedras.
El alzado de los muros de tapial se hacía sobre un primer nivelado de
mampostería. Este tipo de fábrica se realizaba con piedras y mortero. Servía de
base y nivelaba las irregularidades de la superficie donde, a continuación se levantaba el muro mediante
hileras de encofrado.
Como hemos señalado en su momento, la torre albarrana y su coracha
o muro de enlace doble forman aparentemente un mismo cuerpo de fábrica.
Para acceder a dicha torre se hacía mediante cincuenta y dos escalones que discurrían
por el interior del muro de enlace doble. El origen de la torre sea
musulmán, aunque en el siglo XVI se le añadieron nuevos merlones y aspilleras.
Lo mismo ocurre en la coracha. Tanto los muros de la torre como los de
la coracha se adosan a la perfección entre sí quedando trabados, lo que
les confiere mas resistencia y durabilidad. Esta técnica de alzado de muros
mediante este sistema de tapial fue muy empleada durante la época musulmana.
Podemos precisar que esta técnica constructiva nos acerca a defender una
cronología de la torre y muro de enlace doble perteneciente al periodo
islámico. La torre tiene dieciocho hileras de encofrados, mas otra que conforma
las almenas. Podemos observar los agujeros que dejaron los antiguos travesaños
y agujas del cajón del encofrado, que eran de madera. Estos agujeros se tapaban
mediante el enlucido de cal una vez finalizada la obra. Esta torre tiene una
altura aproximada entre 14 y 15m. sin contar las dos hiladas del talud que
conforman la base del edificio. Era este un edificio de varias plantas,
presumiblemente con suelos y techos con vigas de madera. Es de base cuadrada,
siendo sus dimensiones de 10´50 por 10´50 m. de lado en su base, mientras que
en su parte mas alta sus lados miden 9´30 por 9´30 m.; es decir, decrece y se
inclina hacia el interior a medida que gana en altura.
El doble muro de enlace o coracha, de unos veinticinco
metros de largo, arranca del cuerpo de guardia hasta llegar a la torre
albarrana. Aprovecha el desnivel orográfico de la montaña y se dirige en
línea recata hacia la torre. La irregularidad del terreno hizo que la coracha
tuviera que ser realizada en dos bloques, siendo una tercera estructura la
construcción de la mencionada torre, que suponemos, como venimos diciendo, se
habría construido anteriormente. De todas formas, aunque la construcción debió
llevarse a cabo en varias fases, abogamos por que tanto torre como muro de
enlace son contemporáneos. La fábrica de la coracha es por tanto
idéntica a la torre. Por debajo de dicho muro doble cruza el camino que da
acceso a la puerta principal. Aquí se levanta un arco de medio punto
cuya bóveda de cañón esta hecha con ladrillos de veintisiete centímetros
de largo por trece de ancho y con cuatro centímetros de espesor. En el siglo
XVI tanto los muros de la torre albarrana como de la coracha
fueron reconstruidos añadiéndose aspilleras y una nueva línea de almenas.
El último tramo zigzagueante, después
de atravesar el arco de la coracha, se convierte en una rampa inclinada
que desemboca en la puerta principal. Esta rampa ha desaparecido quedando solo
la piedra viva. Lo mismo ocurre con la puerta de entrada a la fortaleza, conde
apenas quedan restos visibles de la misma. Tras atravesarla se accedía al cuerpo
de guardia y a una zona intermedia entre un nivel inferior y los
superiores. El cuerpo de guardia, contiguo a la puerta principal,
divide el acceso al castillo en dos partes, una se dirige al albacar y
la otra a la celoquia. Desde aquí arranca el muro de enlace doble que
se dirige hacia la torre albarrana. Esta estancia tenía techo a doble
vertiente. Sufrió importantes reformas en los siglos XV y XVI.
Por lo que respecta al recinto
amurallado principal, que como ya dijimos tiene un perímetro aproximado de unos
470 m. de longitud, hemos de decir que se adaptan a la orografía de la montaña
buscando las curvas de nivel en forma de sierra dentada, evitando así la
construcción de torres. Solo cuando es necesario encontramos torres, como es el
caso de la protección de la puerta principal, el pozo de agua o la poterna. De
esta cortina amurallada principal sobresale en el sector NE, frente a la puerta
principal, una torre que tenia por misión guardar y proteger dicha puerta.
Esta es de planta cuadrangular . Su lado exterior mide 4´90 m. y uno de sus
lados 3´50 m. En ella, al igual que en todo el recinto murario, el sistema
constructivo sigue siendo la tapia, auque reforzada dicha torre con
ladrillos horizontales colocados en hilera. Podemos observar aquí claramente la
nivelación del terreno, salvando mediante mampostería los obstáculos que
ocasiona la orografía de la montaña. Una vez realizada la nivelación del
terreno se levantó el muro de la torre y también de los lienzos contiguos de
este sector mediante el sistema de encofrado utilizando los ladrillos en
hileras. En sus muros se observan sucesivas etapas constructivas y
reparaciones. Se aprecian en parte de los lienzos murarios, dos sistemas
constructivos, la mampostería con piedras grandes medianas o pequeñas y el sistema de tapia utilizando ladrillos.
Siguiendo el perímetro
amurallado en dirección NO, las
estructuras murarias se encuentran en mal estado de conservación. Son muros de
tapia. Carecen de almenas ya que estas han desaparecido. El estado de degradación sufrido por estos muros es tan grande que se
puede apreciar desde el exterior el forro interior que se realizó en la
reconstrucción de parte de la muralla.
Es en el sector SO donde mejor
podremos apreciar las sucesivas reconstrucciones sufridas por la fortaleza a lo
largo de su historia. Vemos como los antiguos muros fueron reforzados con un forrado
posterior de tapia. En la parte oeste encontramos muros de tapia pero con
reintegraciones en ciertas partes de los mismos hechas en el siglo XVI. La
muralla se refuerza y recrece en altura sobre las viejas almenas,
diferenciándose la nueva construcción
del muro anterior más antiguo. En la última hilada de cajones de
encofrado se emplean ladrillos, a diferencia del resto del lienzo
murario donde se colocan hiladas de
piedras de distintos tamaños. Las nuevas almenas son de dimensiones mucho
mayores que las primitivas. Quedan restos de enlucido en buena parte de los
muros, aunque en otras zonas ha desaparecido por completo.
En el sector SO aparece, junto al
lienzo de la muralla principal, lo que parece ser una torre de dimensiones
reducidas si la comparamos con las anteriores estudiadas.
Rompe las líneas de sierra dentada
que ofrece la cortina y sobresale de la misma aprovechando un pequeño
saliente natural de la montaña. Se encuentra en mal estado. Su muro exterior ha
desaparecido y los otros laterales apenas si se mantienen. El muro barbacán,
del que solo queda un tramo en esta parte, va directo a buscar esta pequeña
torre, uniéndose allí al lienzo principal de la muralla.
Siguiendo nuestro recorrido por los
lienzos murarios en dirección sur, los muros siguen siendo de tapial. Su estado
de conservación es muy deficiente. Encontramos aquí refuerzos en los muros de
mampostería, como contrafuertes.
En el sector S.E., los muros siguen
combinando la mampostería con la tapia, aunque predomina esta última,
utilizándose la mampostería para nivelar el terreno y los ladrillos en la dos
últimas hiladas del cajón de encofrado. Las almenas tienen aspilleras y
pertenecen a la última reconstrucción del siglo XVI. Tanto los merlones de esta parte de la fortaleza como los de la
otra zona del recinto, llevan en los cantos superiores, muy cerca de los
bordes, dos orificios que cruzan de parte a parte el merlón. De ellos saldrían
unas vigas redondas de madera cuya misión seria la de sustentar un techo
liviano situado sobre el adarve o camino de ronda que se
encuentra pegado a la muralla en su parte interior, sirviendo de protección a
los centinelas o defensores de la fortaleza.
En la zona, pero ya muy cerca de la puerta principal, en el lienzo
murario se identifican varias fases constructivas, al igual que en la zona
SO.
En la parte NO la muralla protege la
casa del cuerpo de guardia. Aquí se pueden apreciar numerosas
reconstrucciones. El lienzo murario en este tramo se encuentra en muy mal
estado.
En el interior del recinto fortificado se sitúa el albacar. Esta
es una zona independiente. En este lugar se refugiaba la población del entorno
de la fortaleza en caso de peligro. En el se guardaban los animales y en alguna
ocasión fue el lugar elegido para construir casas para los habitantes de la
población. El albacar estaba aterrazado para salvar los desniveles que
ofrece la montaña. Hoy en día la tierra que cubría dichas terrazas ha
desaparecido.
En la parte sur de la fortaleza encontramos restos de una pequeña
habitación muy destruida y muy cerca dos aljibes. El más grande conserva parte
del arranque de una bóveda. Ambos aljibes han llegado hasta nosotros en pésimas
condiciones.
En la zona mas elevada de la
fortaleza se encuentran las edificaciones principales. Allí estaba la celoquia
y, en época cristiana se construyó un gran edificio para residencia del alcaide. Tiene forma cuadrada de 20 por 20 m. de base.
Esta gran casa o torre cristiana tenia varias plantas. Sus muros están
reforzados por contrafuertes que dan mayor solidez a la edificación. En su
construcción se sigue empleando el sistema de tapia, aunque también aparece el
ladrillo. La torre sufrió varias reformas a lo largo de su historia. Podemos
ver una doble hilera de almenas, unas superpuestas a otras anteriores. Se
observan los agujeros de los mechinales de las vigas que cubrían los techos de las
estancias y se adivinan las dimensiones de algunas de ellas, hoy en día
completamente derruidas. En el centro del edificio distinguimos tres
habitaciones, una grande y otras dos mas pequeñas. Junto a una de estas
aparecen los restos de lo que fue una escalera que comunicaba con el piso
superior. En una de las habitaciones se observan restos de canalizaciones de
agua. Adosados a la gran casa o torre, rodean a la misma unos contrafuertes que
refuerzan el edificio. Fueron construidos durantes las reformas del siglo XVI.
Su fábrica es de mampostería utilizando
grandes piedras en su parte inferior y gruesos ladrillos en la superior. En la
parte NO de esta gran casa queda en pie un lienzo junto con dos de estos
contrafuertes y entre ambos tres escalones, inutilizados durante la última
reforma de la torre, cuando esta se fortificó para su defensa durante la Guerra
de las Germanías. Esta gran torre o casa señorial en la parte mas elevada de la
fortificación se encuentra en muy mal estado de conservación, apenas quedando
en pie algunos lienzos murarios y siete contrafuertes.
Alrededor de la torre principal encontramos otras habitaciones o estancias.
Junto a esta, en la zona SO se halla la única habitación cubierta que queda en
la fortaleza. Tiene bóveda de cañón y sus dimensiones son 10´20 por 4´90
m. Se encuentra en muy mal estado. Su derrumbe, si no se le pone remedio, es
inminente. En su interior hay restos de pintura de almagra, por lo que pensamos
que podría tratarse de un aljibe, aunque
con posterioridad parece que pudo tener otras funciones.
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO DE
LOS LIENZOS MURARIOS
Dentro del capítulo dedicado al
análisis arquitectónico del Castillo de Corbera, nos proponemos exponer en este
apartado, un estudio en detalle de cada lienzo o paramento murario de la
fortificación por separado, así como de los distintos elementos que configuren
un edificio o construcción correspondiente al recinto castral. Para ello hemos
tenido presente en todo momento la tipología de los distintos paramentos.
Nuestro objetivo al respecto, ha sido reconocer los elementos de construcción.
De esta manera, durante los primeros
momentos de la dominación musulmana, era habitual el encofrado de mortero,
compuesto por arena y cal acompañado de piedras y con encimbraje de madera,
teniendo una altura vertical la caja del encofrado de unos 60 cm. En momentos posteriores, la altura de los
mismos asciende a 85 cm. En el caso
concreto de Corbera la mayor parte de la fortaleza responde a este segundo
momento, siendo la altura de los cajones mayoritariamente entre 80 y 85 cm. o
90 en otros. Nuestro trabajo al respecto
ha sido el tratar de averiguar si esto se cumple en Corbera y si se ha
producido o no el mencionado cambio, lo que nos ayudará a una mejor datación
cronológica de dicho lienzo murario, ayudados también de otro tipo de estudios
arqueológicos sobre la misma cuestión.
Durante el periodo califal aparecen los morteros de cal, donde junto a
la grava y la arena encontramos restos cerámicos. Dichos muros se elevaban
sobre cimientos construidos con encofrados de madera y tenían un grosor
aproximado de 1´70m. En el caso de Corbera no se han encontrado restos
cerámicos, solo en rara ocasión. Los muros se levantan directamente desde la
roca y el grosor de los muros es menor. El cajón del encofrado se sostenía por
dos vigas de madera en su parte inferior. Estas no se quitaban, sino que se
dejaban cuando se retiraban los tablones del cajón. Con el tiempo dichas vigas
se pudrían. Cuando desaparece el enlucido de cal y se observan las distintas
hileras de cajones de encofrado aparecen los agujeros dejados por las vigas en
el muro al desaparecer estas.
Por lo que respecta sobre todo al trazado hipotético de los tramos de
los muros barbacanes, hoy en día desaparecidos y que estuvieron asentados sobre
la roca hemos podido conocer su grosor y
su trazado, bien por los pocos restos murarios que aún subsisten o bien
estudiando las incisiones hechas con el cincel sobre la roca de
asentamiento. Al quedar, como hemos
dicho, solo en pié unas pequeñas estructuras visibles de los muros
barbacanes, también ha sido de gran
ayuda a la hora de adivinar el trazado de los mismos y de sus dimensiones.
De la misma forma que en nuestra
descripción de la fortaleza, para un mejor estudio arqueológico y
arquitectónico de cada lienzo murario, esta vez por separado, hemos dividido el
recinto castral en tres niveles, donde en el primer nivel se estudiará cada
muro o lienzo correspondientes a la torre albarrana y su coracha, puerta
principal y muros barbacanes. El segundo nivel se centrará en el cuerpo de
guardia, el recinto amurallado y al albacar y por último, la celoquía y
estancias contiguas se estudiarán en el tercer nivel. A cada lienzo murario se
le ha asignado un número, para su mejor estudio por separado y se le va a
considerar como una unidad muraria, diferenciada. En ocasiones ha sido
necesario hacer subdivisiones murarias debido a que un mismo muro ha sufrido
distintas reconstrucciones y el material empleado es distinto y su cronología
también. No obstante se señalará su relación con las otras unidades murarias
contiguas, para obtener así, de este modo una visión de conjunto en lo referente
al análisis arquitectónico y arqueológico de los mismos y para una mejor
datación metrológica.
Para el estudio murario y la
descripción de los cuerpos de fábrica, hemos elaborado la siguiente ficha que
reproducimos a continuación y que utilizamos en nuestro trabajo de campo.
AUTOR: Miguel Gómez
Sahuquillo FECHA: UNIDAD MURARIA: 0001
|
COMPLEJO: Castillo de
Corbera
|
CUERPO DE
FÁBRICA:
|
TAPIAL: MAMPOSTERÍA: RELLENO: REVOQUE:
PIEDRA: OTROS:
x
|
COMPOSICIÓN:
|
HUELLAS VIGUETAS O TRAVESAÑOS: DISTANCIA:
|
NÚMERO DE CAJAS
EN LONGITUD:
EN ALTURA:
|
GRANULOMETRIA:
|
CIMENTACIÓN:
FORMA:
PROFUNDIDAD:
ANCHURA DEL MURO: POSICIÓN RELATIVA:
POSICIÓN CRONCRETA:
|
MEDIDAS DEL MURO:
|
GROSOR DEL MURO:
|
RELACIÓN DEL MURO CON RESPECTO A OTRAS
ESTRUTURAS:
|
DEFINICIÓN DE LA ESTRUCTURA:
|
ESTADO DE CONSERVACIÓN:
|
ALTERACIÓN:
|
DESCRIPCIÓN:
|
COLOR:
ATADO: CONSISTENCIA:
|
DATACIÓN CRONOLÓGICA:
|
IGUAL A: SE ADOSA
A: SE LE APOYA: SE APOYA EN:
CUBIRTO POR: CUBRE
A: CORTA A:
CORTADO POR:
RELLENO DE: RELLENA A:
|
CROQUIS:
FOTOGRAFIA:
|
JUNTA O UNIÓN:
ESPESOR DE LA JUNTA:
|
ALTURA DE LOS CIMIENTOS:
|
LADRILLOS:
CONSISTENCIA Y TEXTURA:
COLOR:
TÉCNICA:
MEDIDAS:
|
DATACIÓN E INTERPRETACIÓN:
|
MAMPOSTERÍA:
|
APAREJO: MATERIA
PRIMA: RELLENO
INTRAMUROS:
ARGAMASA:
TAMAÑO DE LOS COMPONENTES:
GROSOR MURO DE MAMPOSTERÍA:
|
ELEMENTOS DE TIRO FLANQUEO: ALMENAS:
TIPO: MEDIDAS:
SITUACIÓN EN EL MURO:
ASPILLERAS: TIPO:
MEDIDAS:
SITUACIÓN EN EL MURO: ALTURA DESDE EL
SUELO:
CROQUIS:
|
Este modelo de ficha ha sido confeccionado basándonos en los
trabajos de David Vizcaíno, Eva Mª Bravo, Jose Manuel de Antonio Otal y Amparo
Barrachina en su Memoria de Interpretación Arqueológica del Castillo de Cervera
del Maestre en Castellón (2000) y también en Cristina Huesca, Inmaculada Quiles
y Daniel Robey en Torres Medievales Exentas, ficha para su análisis
metrológico. Publicado en Fortificaciones y Castillos de Alicante de Rafael
Azuar (1998).
El Castillo de Corbera tiene
forma poligonal donde, como hemos visto se pueden diferenciar tres niveles
señalados anteriormente. Comenzaremos nuestro análisis murario en detalle, en
la zona norte del recinto amurallado principal. La primera unidad muraria a
estudiar es la UM 0001. Se encuentra situado en la parte norte de la
fortaleza y forma parte de las murallas defensivas de la fortificación. Es un
muro de tapial. Para su construcción se utilizaron hiladas de cajones de
encofrado. Su composición interna es de piedras grandes colocadas de forma
horizontal y a cara vista, formando distintas hiladas. En cuanto a la argamasa,
encontramos arena de una granulometria fina, grava de distintos tamaños, o sea
gravilla muy fina acompañada de otra mucho mayor mezclada con cal. No aparecen
huellas de viguetas pero si de travesaños, aunque es difícil averiguar la
distancia entre ellos debido a la imposibilidad de realizar las mediciones
oportunas al encontrarse el muro en una zona de difícil acceso. Conserva algo
de enlucido aunque lo ha perdido casi por completo. Ha perdido la costra
protectora y el muro esta descarnándose. Desapareció por completo la línea de
merlones. El número de cajas de encofrado es difícil de determinar ya que el
estado de conservación del lienzo es muy deficiente. Observamos que en longitud
aparentemente se aprecia una hilada de cuatro cajones y en altura seis o siete.
El propio muro arranca directamente de la roca, apoyándose directamente sobre
ella. . Esta es una constante en todo el recinto. Nos ha sido imposible poder
realizar las mediciones oportunas del muro y su grosor por la peligrosidad de
acercarse al mismo, motivo por el cual desestimamos tal posibilidad. El muro
0001 esta relacionado con las otras unidades murarias 0002 y 0028 de similares
características a este, formando parte de la muralla de la fortaleza. No ha
sufrido ningún tipo de alteración en su composición. Tiene un color tierra
claro, típico del muro construido en tapia. En cuanto a su datación cronológica
es islámica aunque sufrió una importante reforma durante el periodo cristiano y
donde se utilizó la misma técnica constructiva. No posee ningún tipo de
elementos de tiro o flanqueo. En la parte interior del recinto, este muro esta
unido al camino de ronda, adosado a este. En su cara interior y en la zona más
baja conserva parte de su enlucido. Se observa un agujero de viga.
Unidad Muraria UM0002:
Situado en la
parte norte del recinto castral. Muro construido en sistema de tapia y de
similares características al anterior. Esta compuesto por hiladas de cajones de
encofrado donde en su composición interna encontramos hiladas horizontales de
piedras grandes colocadas a cara vista mezcladas con argamasa. Aparecen piedras
pequeñas, grava fina y gruesa y arena de granulometria fina. No se observan
huellas de viguetas pero si de travesaños utilizados en el cajón del encofrado.
Al estar muy deteriorado el muro, resulta imposible saber con exactitud el
número de cajones. En longitud parece apreciarse una hilada de cinco o seis
cajones y en altura ocho. El muro arranca y crece directamente desde la propia
roca de la montaña. En una parte del mismo se aprecia un nivelado motivado por
la propia orografía de la montaña y realizado con mampostería. Al igual que en el caso anterior nos ha
resultado imposible hacer las mediciones oportunas en referencia al mismo. Esta
unidad muraria esta relacionada con UM0001 y UM0003. El estado de conservación
de este lienzo es muy deficiente. Ha perdido la línea de almenas. Color tierra,
motivado por el sistema constructivo de tapia. En cuanto a su datación
cronológica es igual a UE0001. No tiene elementos de tiro. Forma el propio muro
un saliente y entrante, como ocurre en todo el perímetro amurallado tipo sierra
dentada. Inaccesible por su cara interna, conserva su camino de ronda, al cual
no podemos acceder. Hay varios agujeros sin determinar.
Unidad Muraria UM0003. Lienzo
murario en la parte N.E. de la edificación castral. Forma parte del recinto
amurallado y protege, al igual que los lienzos anteriores, la zona del albacar. El sistema constructivo empleado
en la construcción del muro es el tapial.
Esta compuesto por hiladas de cajones de encofrado donde en su interior
se colocaron líneas horizontales de piedras grandes a cara vista y argamasa. Se
observa la colocación de piedras pequeñas y gravas de distintos tamaños. Dichas
piedras medianas tienen unas dimensiones entre 12 y 14 cm. Y tienen forma
redondeada. No se observan huellas de
viguetas pero si de travesaños. Por su estado de conservación resulta difícil
averiguar el número de cajones de encofrado. No obstante, pensamos que la
hilada de cajones longitudinalmente esta entre seis o siete y en altura tiene
cinco. En cuanto a la granulometria, se aprecia una arena fina mezclada con
granos gruesos, acompañada de gravas y piedras de distintos tamaños. El muro
arranca de la propia roca de la montaña. En su parte interior, el muro
conservado respecto al suelo tiene una altura de 90cm. Tiene un grosor de 65cm.
Este lienzo murario esta relacionado con 0002 y 0004, formando parte de los
muros que protegen el albacar. Su estado de conservación es deficiente. Color
tierra clara. Datación cronológica igual a los anteriores. Sus entrantes y
salientes en forma dentada, a igual que los de las unidades murarias 00004 y
0005, tienen forma redondeada, diferenciándose así de los quiebros que hace la
muralla principal por la parte S.O. Por tal motivo este tramo de muralla a la
que pertenece el muro que estamos estudiando, tiene una cronología anterior a
los de la zona S.O., ya que estos últimos sufrieron numerosas reparaciones a lo
largo de su historia.
Unidad Muraria UM0004. Lienzo
murario construido en sistema de tapia. Ha perdido el enlucido, por tanto
carece de costra. Su composición es similar al muro anteriormente citado. Se
observa la colocación en líneas horizontales de las piedras a cara vista.
Argamasa idéntica composición al anterior.
No se aprecian agujeros de vigas, ni tampoco de travesaños de los
cajones. Al encontrarse el muro completamente descarnado y en mal estado de
conservación, resulta difícil averiguar el número de cajones tanto en longitud
como en horizontal. El muro de tapia se alza sobre un nivelado de mamposteria
en la roca, que iguala el terreno donde se levanta el muro. En su parte
interior el muro alcanza un grosor que va desde los 90cm. a los 150 cm. Ello es
debido a uno de los salientes o quiebros de la muralla. La esquina de este
quiebro es de forma redondeada. Esta relacionado con UM0003 y UM0005.
Cronológicamente habría que situarlo en el mismo periodo que los precedentes
estudiados.
Unidad Muraria UM0005. Esta parte de la muralla principal ha
perdido casi por completo su enlucido, quedando conservado solo parte del
mismo. Construida en sistema de tapia, se aprecian los cajones de encofrado
donde se colocaron hiladas de piedras grandes horizontalmente mezcladas con argamasa, de similares
características que la descrita anteriormente. No se observan huellas de
viguetas pero sí de travesaños pertenecientes a los distintos cajones. El
número de estos es difícil de determinar debido al mal estado de conservación
del muro. Se observan en longitud tres cajones en cada fila y al producirse un
desnivel de la propia montaña, tres cajones mas también en cada fila. En altura
hay tres hiladas. En cuanto a la cuestión de la composición granulométrica de
la argamasa es idéntica a las
anteriores. Un nivelado de mampostería sobre la roca de la montaña facilita el
alzado del muro y su construcción en sistema de tapia, asentándose directamente
sobre la piedra y adecuándose a la orografía del terreno. Esta relacionado el
muro con UM0030 en interior y en exterior con UM0004 y UM 0006. Estado de
conservación deficiente. No tiene ninguna alteración. Color tierra. En cuanto a
su posición concreta es N.E. En su parte interna la altura del muro respecto al
suelo es de 77 cm. y el grosor del mismo es de un metro.
Unidad Muraria UM0006. Como venimos diciendo el perímetro
defensivo principal que forma esta muralla se quiebra en forma de sierra
dentada lo que garantiza un mayor refuerzo de los lienzos murarios y a la vez
una mejor defensa de la fortaleza. Esta unidad muraria que estamos estudiando,
es en realidad un quiebro de la muralla principal y se encuentra situado junto
al arranque de la coracha o muro de enlace doble. Forma parte del cuerpo de
guardia en su cara interna, situado este en una zona intermedia entre el primer
nivel y el segundo de los tres en que hemos dividido la fortaleza para su
estudio, tal y como se ha señalado en otro apartado. Ante la complejidad de
este lienzo murario en su cara exterior, y para su mejor estudio, hemos
subdividido dicho muro en diversas sub-unidades murarias. Así, encontramos que
se trata de distintas reconstrucciones del paramento. A simple vista podemos
observar una primera sub-unidad muraria que vamos a denominar UM0006A. Se trata
del nivelado sobre la roca en mampostería y el alzado del muro de tapial. Sobre
este descansa otro muro de tapial construido posteriormente. Lo denominamos
UM0006B. A su lado, encontramos otro muro, donde observamos con claridad las
dimensiones de los cajones de encofrado y que son similares a los de la coracha
que después describiremos. Es el UM0006C. Muy semejante a este encontramos otro
lienzo formado por hiladas de cajones de encofrado. Se trata de UM00006D. Aquí
se observan cuatro aspilleras de las que hablaremos mas adelante. Por encima de
estos quedan restos visibles de un alzado o recrecido del muro llevado a cabo
en el siglo XVI, durante la Guerra de las Germanías y que conoceremos como
UM0006E. En el entrante que forma el quiebro de este muro hay una ventana
cegada. Se encuentra justamente a la misma altura que las aspilleras en
UM0006D. La forma de este quiebro
murario fue utilizada para la construcción en su interior del cuerpo de
guardia, del cual tenemos noticias documentales y que señalamos en el capítulo
dedicado a apuntes históricos de la fortaleza. El sistema constructivo
utilizado en estas sub-unidades murarias es el tapial, exceptuando la base que
es de mampostería y que se corresponde con UM0006A. Esta sub-unidad muraria,
junto con UM0006B es de cronología más antigua
a los muros que descansan sobre estos y corresponden a la fase más primitiva
de la edificación castral, posiblemente del primer momento islámico, sobre una
base incluso anterior. Este lienzo fue reconstruido con posterioridad,
aprovechando los anteriores muros existentes. El nuevo muro se alzó mediante la
utilización de cajones de encofrado. En su interior se colocaron hiladas de
piedras horizontalmente, de la misma manera que hemos visto en los casos
anteriores. En la parte superior, rehecha en el siglo XVI, se utilizaron
piedras y ladrillos, UM0006E. En la parte del muro de tapia, encontramos huecos
dejados por los travesaños de los cajones de encofrado. En cuanto al número de
cajones en longitud, encontramos una hilera de tres cajones y cuatro hiladas en
altura. Estudiando los valores granulométricos de la tierra y gravilla que
componen la argamasa hemos de decir que son similares a los anteriormente
descritos muros de tapia, donde observamos una tierra muy fina con gravilla muy
pequeña, grava más gruesa, piedras pequeñas y medianas junto con piedras
grandes. En cuanto a la relación de este muro con respecto a otras estructuras
hemos de decir que esta unidad muraria UM0006 se relaciona con UM0005 y UM0007,
que es la coracha. A su vez interiormente, se relaciona con UM0030, que forma
parte de la estancia del cuerpo de guardia. Señalar que UM0006A se relaciona
directamente con UM0006B y ambas con UM0006C. Sobre estas descansa y se levanta
UM0006D y encima UM0006E. UM0006C se vincula directamente con UM0007 o sea, el
muro de enlace doble, contiguo al lienzo que estamos estudiando. El cuerpo de
guardia, edifico con techo a doble vertiente, hoy en día desaparecido, esta formado por UM0029A, UM0029B,UM0030 y UM0006. Esta última unidad muraria que
estamos estudiando, tiene en su parte interna
mejor conservado el enlucido. El muro visible corresponde a UM0006D. Se
observa la construcción de este paramento mediante cajones de encofrado. La
distancia entre los travesaños de los cajones varía de 70cm. a 1´30cm. Cada
cajón tiene una altura de 78cm. El muro tiene un grosor de 40cm. El número de
cajones es difícil de determinar ya que el estado de conservación del muro es
deficiente. La posición concreta del lienzo es N.E. Conserva el camino de
ronda, que tiene 65 cm. de ancho. Esta
fabricado en mampostería con piedras grandes y medianas. Las dimensiones de las
piedras grandes van de 14 cm. a 18 cm. Las piedras medianas entre 11 y 7 cm. y
por último las pequeñas entre 5´5 y 3cm. Por lo que respecta a las aspilleras,
encontramos cuatro en la parte saliente y una ventana cegada en el entrante. En
su cara interna, sus dimensiones son de 37 cm. en altura y 35 cm. de ancho. En
su cara externa 35 cm. de alto y 13 de ancho. La distancia de las mismas de
unas con respecto a las otras es de 58cm. y luego, 110cm. De esta a la
siguiente, nuevamente 110 cm. y por último a la contigua hay 166cm. Su altura
respecto al camino de ronda es de 26 cm. y tienen una profundidad de 40cm., que
corresponde al grosor del muro en este nivel. En todo este lienzo murario solo
quedan en pie los restos de un merlón. Las dimensiones del mismo son 50 cm. de
ancho por 50 cm. de alto. La ventana
situada en la parte entrante de esta unidad muraria, es en realidad una
aspillera de 31 cm. de alto por 20 de ancho en su cara externa y 50cm. de ancho
por 49 de alto en su cara interior. Siendo aquí el grosor del muro de 37 cm. y
dista del camino de ronda 1 m.
Unidad Muraria UM0007. Se
trata de uno de los dos muros que configuran la coracha o muro de enlace doble
y que unen la fortaleza principal con la torre albarrana. El sistema
constructivo empleado es el muro de tapia, donde en la composición de los
cajones de encofrado se colocaron hiladas de piedras grandes horizontales y
también piedras de menor tamaño. En cuanto a la composición de la argamasa hay
tierra de granulometria fina y gravilla pequeña, mezcladas con cal. Observamos
a la vez gravas de distintos tamaños. Se ven claramente las huellas de los
travesaños de los cajones de los encofrados. Distan entre si unos 50 cm.,
aunque también 60 y 70 cm. En cuanto al número de cajones, en longitud hay aproximadamente
entre ocho o nueve cajones en cada hilada. En altura tiene el muro entre nueve
y once cajones, dependiente del desnivel de la coracha con respecto a la
orografía de la montaña. Las dimensiones del cajón de encofrado son en longitud
2 m. y en altura oscila entre 75 y 80 cm. Los tablones miden 15 cm., pero el
inferior suele medir 23 cm. de anchura.
En lo referente a los valores de la granulometria hemos de decir que,
como hemos señalado antes, los granos de la tierra son muy finos, al igual que
los granos de grava, aunque también hay gravas de distinto tamaño. Se asienta
la coracha sobre la propia roca y baja perpendicular hacia la torre albarrana.
El grosor de este muro de enlace es de unos 45 cm., mientras que de longitud,
hasta llegar a la torre albarrana es de veinticinco metros. Tiene un color
tierra, motivado por la construcción del mismo en el sistema de tapia. Conserva
en buena parte el enlucido, aunque en algunas zonas comienza a perderlo y a
descarnarse. En cuanto a su posición concreta hay que situarlo mirando al
norte, aunque ubicado en la zona N.E. del perímetro amurallado. Sobre el alzado de tapia se recreció el muro
en el siglo XVI utilizando piedras en hileras y ladrillos y practicando en el
propio muro de tapia agujeros para aspilleras. Los antiguos merlones de este
lienzo murario sirvieron para el
recrecimiento del muro. Este lienzo se relaciona con UM0006 y con UM0008,
correspondiente a la torre albarrana. Es paralelo a UM0009, ya que se trata de
un muro de enlace doble. Su estado de conservación va de regular a deficiente.
Presenta alguna grieta en su estructura. Los muros están trabados, lo que da
más consistencia ala paramento. No han sufrido ninguna alteración, si
exceptuamos el recrecimiento con piedras y ladrillos efectuado en el siglo XVI.
Este tipo de construcción corresponde al periodo islámico. El lienzo murario
arranca directamente de la propia roca de la montaña, levantándose la
estructura de tapia mediante cajones de encofrado. Posee elementos de tiro y
flanqueo, como son la posición del propio muro con respecto a la torre
albarrana y aspilleras y merlones en la parte mas elevada del mismo. Las
aspilleras corresponden al siglo XVI, última rehabilitación de la fortaleza
para su defensa den la Guerra de las Germanías. En su cara interna las
aspilleras miden 30 cm. de alto por 20 y en su cara externa 20 de alto por 7
cm. de ancho. La distancia entre aspilleras es de 98 cm. Las dimensiones de los
ladrillos u piedras utilizados en el recrecimiento del muro en el periodo de las
Germanías es el siguiente: para las piedras las dimensiones de las mismas son
entre 16 por 16 cm. y en cuanto a los ladrillos miden de largo 32 cm., 13 de
ancho y 3 de grosor.
Unidades murarias correspondientes a la torre albarrana. UM0008A, UM0008B, UM0008C y UA0008D. La
torre albarrana descansa sobre un talud construido mediante tapia, donde se
observan tres líneas de cajones de encofrado. El sistema constructivo de esta
torre es el de tapia, utilizando también los mencionados cajones de encofrado.
Se observan claramente las líneas de los cajones y su composición interna esta
realizada con piedras grandes colocadas
a cara vista y en filas horizontales. En cuanto a la argamasa utilizada
encontramos grava de distintos tamaños, arena, tierra y cal. Se ven con
perfección las huellas dejadas por los travesaños al pudrirse. La distancia
entre ellos es de 50 y 60 cm. En cuanto al número de cajones de la propia
torre, en su cara delantera, o sea UM0008B y sin contar las tres hiladas del
talud, es en altura 19 hiladas de cajones, exceptuando la última hilada de los
merlones y en longitud, cada hilada tiene cinco cajones. Podemos observar las
dimensiones de los cajones con claridad, así como la impronta de los tablones
de los mismos. Sus dimensiones son en longitud 2 m. y en altura entre 75 y 80
cm.. Cada tablón es de 15 cm. pero el inferior oscila entre 23 y 25 cm. de
anchura. Los valores granulométricos son
idénticos a los descritos en el muro de enlace, UM0007. En cuanto a la
cimentación de la torre, es el mismo talud el que sirve de cimentación para la
elevación de los muros de la torre. El grosor de sus muros es de 45 cm. Su
posición concreta con respecto al edificio castral se sitúa hacia el este. Se
relacionan estas sub-unidades murarias que conforman la torre albarrana con los
lienzos de la coracha, concretamente con UM0007 y UM0009. Su estado de
conservación es pésimo. Cuatro enormes grietas ponen en peligro toda la
estructura, sobre todo afectan al muro anterior de la torre, UM0008B, que de no
poner remedio acabará precipitándose al suelo. Tienen estas estructuras un
color terroso, propio del sistema constructivo empleado. Cronológicamente la
torre hay que encuadrarla dentro del periodo islámico. Dicho edificio se adosa
a la coracha o muro de enlace doble,, aunque en el momento de su construcción
parece que se levanto la torre primeramente exenta e inmediatamente se la unió
a la fortaleza mediante la coracha. La torre tiene una altura entre 14 y 15 m.
En su base mide 10´50 por10´50 m. y en la parte superior 9´30 por 9´30m. A
medida que toma altura la torre se va estrechando.
Unidad Muraria UM0009. Muro de enlace doble o coracha que une la
torre albarrana con el perímetro principal amurallado de la fortaleza. Su
composición es idéntica al lienzo murario UM0007 y a la torre albarrana. Se
observan con claridad las dimensiones y las hiladas de los cajones de
encofrado, así como las distancias de los agujeros dejados por los travesaños
de los mismos al pudrirse. Quedan reflejados en el muro los negativos de los
tablones, su longitud y dimensiones. Aproximadamente en cada hilada, aunque
dependiendo del desnivel de la roca y por tanto de la propia muralla, hay
catorce cajones de encofrado en longitud
y en altura entre nueve y once. En cuanto a su valor granulométrico, es
idéntico a los de la torre albarrana y el otro muro de enlace, UM0007. Las
dimensiones del cajón de encofrado son 2 m. de largo por 75 u 80 cm. de alto.
Cada tablón mide unos 15 cm., excepto el inferior que oscila entre 23 y 25 cm.
El lienzo se alza directamente desde la propia roca de la montaña. El grosor
del muro es de 45 cm. La coracha o muro de enlace doble, hasta llegar a la
propia torre albarrana tiene veinticinco metros de longitud. Esta unidad
muraria se relaciona con UM0008C, que es la torre albarrana y con UM0010, que
es el perímetro amurallado principal y la puerta de entrada. Sus muros están
trabados, lo que le confiere mayor resistencia. Ha perdido parte del enlucido y
comienza a descarnarse por las partes mas bajas de propio lienzo. Por tanto, su
conservación es deficiente. Tiene, al igual que en los casos anteriores, un
color terroso. En cuanto a su datación cronológica podríamos situarla en el
periodo islámico, aunque sufrió reparaciones y recrecimiento de sus muros en el
siglo XVI. Se adosa este lienzo a la torre albarrana y al perímetro amurallado. Cuando durante el
periodo de la Guerra de la Germanías aumentó en altura el lienzo murario de la
coracha, alternando piedras y ladrillos, se aprovecharon los antiguos merlones
y en el espacio que había entre ellos se colocaron aspilleras hechas de
ladrillos. Sus dimensiones son las siguientes: 45 cm. en altura por 54 cm. de
ancho en la parte interior y 45 cm. de alto por 11 de ancho en la parte
exterior. A mitad del lienzo murario y en dirección hacia la torre albarrana se
observa otra aspillera cuyas medidas son en su parte interior 55 cm. de ancho
por 39 de alto y en la parte exterior, 12 de ancho por 37 de alto. Dos tipos de
ladrillos se utilizan en la construcción de las aspilleras en ambos lienzos
murarios de la coracha. Uno de ellos
mide de ancho 14 cm., mientras que de largo tiene 30. El otro ladrillo
mide de ancho 30 y también 30 cm. de ancho. Ambos tienen un grosor de 3 cm.
Unidades Murarias pertenecientes al arco de medio punto de la coracha. UM000A.
Se trata del arco de bóveda de cañón, situado en la coracha o muro de enlace
doble frente al camino zigzagueante por el que se accede a la puerta principal
después de sortear ciertos obstáculos y entre ellos los muros barbacanes. El
material constructivo empleado es, naturalmente, el mismo empleado tanto en la
torre albarrana como en la coracha, ya que forma parte de la misma. Se reflejan
con notoria claridad las dimensiones de los cajones de encofrado y su
composición interna con hiladas de piedras de distintos tamaños, aunque
predominan las medianas y pequeñas, mezcladas con gravas de distintos tamaños y
argamasa que contiene cal y arena de granulometría fina. El arco esta
construido con ladrillos, formando una bóveda de cañón. Estos miden 28 cm. de
largo por 13 de ancho y tienen un grosor de 4´3 cm. Las piedras grandes, sus
dimensiones son 20 por 16 cm., las
medianas entre 10 y 15 cm. y las pequeñas
entre 5 y 6 cm. Aparecen agujeros de vigas de madera y de travesaños. La
distancia entre dichos agujeros de las
vigas o de los travesaños, va de 50 a 60 cm. En cuanto al número de cajas, en
longitud encontramos una hilada de tres cajones y en altura cuatro y sobre
ellos arranca la bóveda del arco. La posición concreta de los muros del arco
con respecto al resto de la fortaleza y a la coracha es N.E. El arco esta
relacionado con las unidades murarias pertenecientes a la coracha, o sea, UM0007 y UM 0009. Su estado de conservación
es deficiente. El arco ha perdido gran parte de su bóveda de cañón. Su datación
cronológica es idéntica a la del resto del muro de enlace y torre albarrana,
siendo por tanto, por sus características constructivas, perteneciente al
periodo islámico.
Unidad Muraria UM000B. Restos apenas visibles de lo que fue la
entrada principal de la fortaleza y que según la documentación foral, tal y
como veremos más adelante, tenía puente levadizo de madera. Se conserva solo la
impronta, así como algunos ladrillos del supuesto arranque del arco de dicha
puerta, similar a los del arco de la coracha y cuyas dimensiones son idénticas
a los de este último.
Unidades Murarias UM0010 y UM0011. Corresponden a los
lienzos murarios del perímetro principal de la fortificación y a la torre que
defiende la puerta de acceso al recinto. Esta torre se encuentra situada en la
propia muralla, aprovechando un saliente de la roca de la montaña y frente justo, de la puerta principal. En sus
dos primeras hiladas de cajones de encofrado, sus muros están construidos en
tapial de mortero y piedras grandes
colocadas en el interior del cajón de forma ordenada en hiladas
horizontales, pero también, en la parte superior, en las siguientes cuatro
filas superiores mas la línea de merlones, en la construcción del muro de
tapial se ha utilizado también un elemento nuevo, que es el ladrillo. Se colocó
ordenadamente dentro del encofrado mezclado con la argamasa. Mediante el
sistema constructivo de mampostería se nivelaba el espacio en la roca donde
después se había de levantar el lienzo de la muralla, cubriendo y taponando los
huecos originados por la propia orografía de la montaña, lo que permitía un
mejor nivelado del terreno preparado para el alzado del muro. Encontramos en
estas dos unidades murarias distintas fases constructivas. En el lienzo
murario, UM0010 al menos observamos dos momentos constructivos, el primitivo es similar a los descritos hasta el
momento en las otras unidades murarias y el posterior, es claramente un muro de
tapial donde se ha utilizado el ladrillo. En la torre, UM0011, se aprecian con
claridad las distintas fases constructivas o reconstrucciones de la misma.
Nivelando y preparando el terreno para levantar la torre, encontramos una obra
de mampostería, donde en este tipo de fábrica se encuentran ordenadas piedras
de distintos tamaños mezcladas con mortero. El alzado del muro de la torre se
realizó primeramente mediante tapial, utilizando en su composición piedras
colocadas en fila horizontal de manera ordenada mezcladas con mortero, donde la
argamasa estaba compuesta por cal arena y agua, junto con gravillas y gravas de
diferente tamaño. Sobre las hiladas de cajones de encofrado con piedras, las
siguientes filas de cajones utilizaban en vez de piedras los mencionados
ladrillos, colocados también de forma horizontal y por su parte plana, formando
distintas hiladas dentro del propio cajón mezclados con la ya citada argamasa o
mortero. Los travesaños o maderas utilizadas para cerrar los cajones,
naturalmente han desaparecido al pudrirse las mismas, por ellos en su lugar se
encuentran los agujeros donde estaban situadas. En cuanto al número de cajones,
en UM0010 encontramos en longitud hiladas de seis o siete cajones y en altura,
dos hiladas de cajones con piedras y
cuatro con ladrillos, mas la línea de merlones. Por lo que se refiere a la
torre, los laterales de la misma se componen de dos cajones por fila y tres
cajones en su parte frontal por hilada. En altura, dos hiladas de cajones con
piedras y cinco de ladrillos. El cajón de encofrado tiene aquí una longitud de
2´40 cm. y en altura mide 80 cm. El valor granulométrico es idéntico a los
casos anteriores. La posición concreta del lienzo murario y torre es N.E. Junto
a la unidad UM0010 ayuda a reforzar la muralla un contrafuerte realizado con
mampostería, donde se utilizaron piedras de gran tamaño junto con mortero.
Tiene una altura desde la roca de 2´40 m. La altura por su parte exterior del
lienzo murario UM0010 es de 7´20m. En su cara interna desde el merlón hasta el
adarve hay 2´10 m. y de este hasta el suelo 2´20 m. El grosor del muro es de 50
cm. y el ancho del adarve 1 m. Los merlones tienen en altura 1´10 m. y de ancho
1´30 m. En elcentro de cada almena o merlón hay una aspillera abocinada. Su
parte mas ancha se encuentra en el interior, mientras que la estrecha esta
situada al exterior. Situadas justo en el centro de la almena, dista de los
laterales de la misma 45 cm. y de la parte de arriba 70 cm. La aspillera, en su
cara interior tiene de ancho 40 cm. y de alto 80 cm. En su cara exterior de
ancho tiene 9 cm. y de alto 63 cm. El cajón de encofrado tiene las siguientes
dimensiones, en altura 80 cm. y de largo tiene 2´40 m. En su composición
interna observamos junto al mortero hiladas ordenadas de ladrillos idénticos a
los de la torre. Las dimensiones de la torre son en planta, 4´50 cm. en su cara
frontal; en el lateral izquierdo 2´40 y en el derecho mide 1´85 cm. La torre
tiene forma trapezoidal motivada por la propia orografía de la montaña. El estado de conservación del lienzo de la
muralla es aceptable. Le faltan todas las almenas excepto una. Cronológicamente
corresponden a dos etapas constructivas, la primera al periodo islámico y la
segunda al periodo cristiano medieval y remodelado en la última fase de
reconstrucción del edificio castral, durante la Guerra de las Germanías. Su
altura, excluyendo el merlón, es de 7´50 m. hasta la roca en su parte exterior.
En la interna y hasta el adarve, incluido el merlón es de 1´90 m. y del adarve
al suelo hay 1 m. El grosor del muro es de 50 cm. y el ancho del adarve 1 m. El
único merlón que queda en pié mide de alto 95 cm. y de ancho 1´4 cm. Los
ladrillos empleados en su construcción y en los lienzos murarios contiguos, son
de 30 cm. de largo por 14 cm. de ancho y con un grosor de 3 cm. El
encofrado situado en la última fila donde descansan los merlones tiene 2´40 m.
de largo por 80 cm. de alto. En su composición interna se utilizaron ladrillos
ordenados en filas horizontales con capas de mortero.
Unidades Murarias UM0012, UM0013 y UM0014. Lienzos
murarios del perímetro principal de la muralla con un entrante y saliente, pero
de forma redondeada y que se asientan aprovechando las curvas de nivel de la
orografía de la montaña, descansando a su vez directamente sobre la roca.
UM0012 es de características similares a las unidades murarias anteriores. Con
un nivelado de mampostería, el lienzo murario se levanta mediante el sistema
constructivo de tapia, utilizando en sus cajones piedras colocadas en hilera y
de forma horizontal y sobre estos, aparecen filas de cajones utilizando los
ladrillos descritos anteriormente para las unidades murarias UM0010 y UM0011.
UM0013 y UM0014 corresponden al entrante y saliente en forma de sierra dentada
que ofrece la muralla principal aprovechando la roca. Al igual que en el caso anterior,
sobre un nivelado de mampostería se levanta el muro de tapial donde en los
cajones de encofrado encontramos las hiladas de piedras, mientras que en las
dos últimas filas, contando la de los merlones, se utiliza el ladrillo. Hemos
de advertir que la dimensión de los cajones de encofrado, varía con respecto a
los de la torre albarrana. Aunque el difícil acceso a los mismos nos ha
imposibilitado realizar las mediciones de los mismos por su parte exterior, sí
lo hemos logrado en el interior, siendo de largo el cajón 2´50 cm y de alto 80
cm.. Los merlones de estas tres unidades murarias poseen un aspillera cada uno.
Quedan los agujeros dejados por las distintas maderas trasversales que se
colocaban para cerrar los cajones En cuanto al número de cajones en longitud,
aparecen entre tres y cuatro filas de cajones, dependiendo de la orografía del
terreno y en altura cuatro cajones mas
las hiladas de cajones con los ladrillos y los merlones. El valor
granulométrico en la composición de estos cajones, gravillas y arena, es
similar a los descritos para las otras unidades murarias. Estos lienzos se
relacionan con UM0011, que es la torre que protege la puerta principal y con el
lienzo UM0015. Su estado de conservación es deficiente y por lo que respecta a
su cronología, decir que hay dos momentos constructivos bien diferenciados, el
primero es el correspondiente a las hiladas de cajones donde se utilizaron
piedras en la composición de los mismos. Lo datamos en el periodo islámico. El
segundo momento constructivo corresponde a la edificación del lienzo con
cajones de encofrado utilizando ladrillos y que son claramente cristianos,
donde incluso, durante la Guerra de las Germanías dichos muros quedaron
reforzados y reconstruidos. En cuanto a su color o tonalidad es terroso,
constante en todo el recinto castral. En cuanto a su posición concreta respecto
a la fortificación es el este. La unidad
muraria UM0012 tiene forma escalonada debido a la orografía de la montaña,
produciéndose así un desnivel en el propio lienzo murario, donde parte del
mismo esta en una posición más elevada que el resto del mismo. La aparte de
mayor elevación tiene una altura exterior desde los merlones hasta la roca de 6´60 m. En su cara interna
hasta el adarve hay 1´90 m. y de este hasta el suelo 25 cm. El grosor del muro
es de 50 cm. y el ancho del adarve 1 m. La distancia entre los merlones
conservados es de 86 cm. Cada almena tiene una altura de 1 m. y de ancho 1´40
m. En el centro de la misma se sitúa una aspillera abocinada donde la parte más
estrecha se sitúa al exterior y la más ancha al interior. En relación al
merlón, la aspillera dista de las aristas del mismo 45 cm. y de la parte alta
entre 45 y 50 cm. Los cajones de encofrado tienen una altura de 80 cm. y de
largo miden 2´50 m. Están compuestos de mortero y ladrillos ordenados. Cada
ladrillo tiene 30 cm. de largo por 14 cm. de ancho y 3 cm. de ancho. La parte más baja del muro que estamos
estudiando tiene una altura exterior respecto a la roca y desde el merlón de
7´20 m. En su cara interna, 1´70 m. hasta el adarve. Este se encuentra a ras de
suelo en este lugar. El grosor del muro es de 50 cm. El ancho del adarve 1 m.
La distancia entre almenas es de 90 cm. Cada almena o merlón tiene una altura
de 1´10 m. y de ancho 1´40 m. El cajón de encofrado es similar al anterior, al
igual que su composición y las dimensiones de los ladrillos también. De similares características es la UM0013. La
UM0014 es también muy semblante a las anteriores. Tiene una altura exterior de
7´20 m. desde los merlones hasta la roca, aunque en este tramo se producen
ligeras variaciones debido a la orografía de la montaña. En su parte interna,
desde el merlón hasta el adarve hay 2 m. Este se encuentra en este tramo a ras
del suelo. El grosor del muro es de 50 cm. y el ancho del adarve 70 cm. Cada merlón tiene una altura de 90 cm.
y 1´30 cm. de ancho. Tienen dos agujeros en los laterales superiores. Distan 83
cm. y tienen un diámetro de 7 cm. Los merlones tienen aspilleras, situadas en
el centro de los mismos. Distan de sus aristas laterales 45 cm. y de la parte
más alta 40 cm. Los merlones y los
cajones de encofrado están compuestos por mortero de cal donde se observa la
gravilla fina, grava normal, pero en menor cantidad y arena muy fina. Los
ladrillos que aquí encontramos tienen 30 cm. de largo, 14 cm. de ancho y 3 cm.
de grosor.
Unidades Murarias UM0015, UM0016 y UM0017. Lienzos
murarios de la muralla principal situados en la parte sur de la fortificación
castral. La UM0015 tiene adosado un contrafuerte de mampostería para reforzar
el muro. Parte de dicho contrafuerte esta reparado con ladrillos. Otro refuerzo
murario, también de mampostería se encuentra situado sujetando el tramo de este
lienzo de la muralla. El muro en sí, que forma parte de la muralla es de
tapial, en donde se han utilizado piedras colocadas dentro de los cajones de
encofrado. El trazado de los muros es redondeado, al igual que sus ángulos,
similares a los lienzos de la zona N.E., anteriores a la coracha. No tienen
forma de sierra dentada. Los entrantes y salientes de ángulos rectos son
construcciones posteriores a los de forma redondeada; pertenecen al periodo
cristiano y sobre todo a las reformas del siglo XVI, por tanto no corresponden
a estos lienzos, que como hemos dicho tienen forma redondeada. La UM0017
combina cajones de encofrado con piedras y otros con ladrillos. No se aprecian
agujeros de los travesaños de los cajones en UM0015 y UN0016, sí en UM0017. El
mal estado de conservación de estos muros impide adivinar las dimensiones de los
cajones y las hiladas de los mismos, aunque observando los lienzos, suponemos
que tendrían longitudinalmente entre cuatro y cinco cajones por hilada y en
altura cinco hiladas de cajones de encofrado. En cuanto al análisis
granulométrico resulta imposible de calibrar, entre otras cosas por el estado
avanzado de degradación del muro y lo inaccesible de llegar hasta los cajones
del mismo. Si que se ha podido realizar su análisis por su cara interna, donde
más adelante haremos un comentario al respecto. Al igual que en los casos
anteriores, los muros se levantan directamente de la roca de la montaña. Su
relación directa con respecto a otras estructuras en el perímetro amurallado es
con UM0014 y UM0018. Color tierra, constante en todos los lienzos. Su posición
concreta con respecto al perímetro amurallado es el sur-este para UM0015 y el
sur para UM0016 y UM0017. Toda la zona sur de la fortificación ha perdido la
línea de almenas, exceptuando parte de la UM0019. El lienzo murario UM0015 se
encuentra bastante deteriorado. Conserva solo parte de la última fila de
encofrados de ladrillos, donde descansaban los merlones, mientras que en el
resto del muro esta fila también ha desaparecido. No hay restos de almenas. En
la parte donde se conserva parte de la última hilada de cajones de encofrado,
donde se aprecia la utilización de ladrillos, la altura con respecto a la roca,
en su parte exterior es de 4´50 m. En su parte interna y hasta el adarve 80 cm.
y en la zona muraria donde esta hilada no se conserva, en su parte externa hay 3´90 m. En la interna, 45 cm. Una
habitación de dimensiones reducidas aprovecha parte de este muro. La última
línea de cajones de encofrado con
ladrillos acaba justo adosándose al muro de la habitación. La exuberante vegetación existente nos ha
impedido llevar a cabo el análisis murario de la misma. Los escasos muros que
se conservan de la estancia son más estrechos que la unidad muraria que estamos
estudiando. Tienen un grosor aproximado entre 35 y 40 cm. La unidad muraria UM0015 afectada por la
habitación tiene un grosor de 40 cm., mientras que la parte de dicha unidad
muraria, que no ha sido afectada por dicha estancia amplia su grosor a 50 cm.
El adarve se encuentra situado a ras del suelo. Se ha perdido en su mayor parte
por lo que resulta difícil su estudio. La UM0016 no conserva sus almenas. Tiene
una altura exterior de 5 m. hasta la roca de la montaña. Su altura interior
hasta el adarve es de 32 cm. El adarve se encuentra escalonado formando dos
niveles. El primero tienen una altura respecto al suelo de 1´90 m. y el
segundo, 60 cm. Justo en este lugar se encuentran los restos visibles de un
gran aljibe, que aprovecha parte del muro del propio adarve. El grosor de los
muros es de 63 cm. y el ancho del adarve 1 m. En la última línea de cajones de
encofrado conservada no encontramos piedras grandes tal y como ocurre en las
otras hiladas de cajones inferiores de
esta unidad muraria y que se encuentran de forma ordenada. En cuanto a su
composición interna encontramos gravilla y arena de granulometría fina, gravas
de mayor volumen y colocación ordenada de piedras pequeñas mezcladas con el
mortero. Las dimensiones de los cajones de encofrado, concretamente los del adarve son en altura 1´10 m. y de
largo 2´90 m. La distancia entre los travesaños es de 60 cm. y sus dimensiones
corresponden en altura 9 cm. y de ancho 14 cm., siendo su forma cuadrangular.
Por lo que respecta a la unidad muraria UM0017, tampoco conserva sus almenas.
Su altura exterior es de 6´10 m. con respecto a la roca y en su cara interna
solo quedan en pié 15 cm. hasta el adarve. El aljibe, situado en este lugar
aprovecha los lienzos del adarve en su construcción. Al igual que en la unidad
muraria anterior, la última hilada de cajones de encofrado conservada tiene en
su composición gravilla y arena de granulometría fina, junto con grava de mayor
tamaño. Las piedras, colocadas ordenadamente, son pequeñas y están mezcladas
con el mortero. Las hiladas de cajones inferiores tienen piedras de dimensiones
mucho mayores ordenadas también en filas. Por su estado de degradación, resulta
difícil llevar a cabo la medición correcta del cajón de encofrado de la última
fila conservada, de todas maneras en longitud vendría a tener 2´10 m. y una
altura de 70 cm.
Unidades Murarias UM0018 y UM0019. Lienzo murario perteneciente a la muralla
principal por su parte sur y pequeña torre junto al mismo, donde se encontraba
la poterna. El muro barbacán va directo hacia esta pequeña torre y termina en
este lugar. Dicha torre rompe la línea de sierra dentada, constante en todo el
perímetro, a excepción de la torre que vigila la puerta principal y que también
lo rompe. La torre de la poterna realiza un saliente con respecto a la muralla.
Esto es debido a que la orografía de la montaña así lo exige. La torre
aprovechaba este saliente e impedía que nadie se pudiera acercar por este lugar
de accesibilidad más fácil. La parte superior de la torre fue reconstruida con
ladrillos en los cajones de encofrado. El mal estado del lienzo murario UM0018,
así como el de la propia torre, puede llegar a confundir, ya que aunque se
trata de una construcción de tapial, cuando el lienzo pierde su costra y se
encuentra descarnado se asemeja a un muro de mampostería. Este es el caso que nos ocupa, en lo
referente a la unidad muraria UM 0018. Encontramos en el muro hiladas de
piedras colocadas horizontalmente y restos de mortero. En la parte más elevada,
una fila de cajones con ladrillos, al igual que los merlones. No se aprecian
los agujeros de los travesaños del cajón de encofrado. Aunque su mal estado de
conservación nos impide un mejor análisis del mismo, creemos que el lienzo
tiene en longitud entre ocho y nueve cajones y en altura posiblemente tres
hiladas de cajones con piedras grandes colocadas ordenadamente y otra hilada
con ladrillos, mas los merlones. Restos esporádicos de enlucido. Color tierra.
La torre de la poterna, UM0019 es similar al lienzo que acabamos de describir.
Ha perdido su muro frontal, quedando en pié solo los laterales, siendo la
separación entre ellos de 1´90 m., pero se encuentran en pésimas condiciones.
Aparecen huellas de vigas, una en cada pared lateral de la torre, no así de
travesaños. De la misma manera que en el caso anterior, resulta difícil
averiguar el valor granulométrico de estos lienzos, sobre todo por su
inaccesibilidad. El cuanto al número de cajones, en longitud, solo un cajón por
hilada sirve para ambos laterales de la torre, mientras que en altura hay tres.
El grosor de sus muros es de 70 cm. y una altura en su parte exterior de 6.´60
m. Los muros se levantan directamente desde la roca. Se relacionan con UM0018 y
UM0020, formando parte de la muralla principal. La posición concreta de la
torre de la poterna es S.E.
Cronológicamente, nos encontramos claramente definidos dos momentos. El
último pertenece al periodo de reconstrucción de la fortaleza durante las
germanías. El lienzo murario correspondiente a UM0018 tiene una altura en su
parte exterior de 6´60 m. desde el merlón hasta la roca de la montaña. En su
parte interna desde las almenas hasta el adarve hay 1´70 m. y de este hasta el
suelo 1 m. El grosor del muro es de 45 cm. y el adarve tiene una anchura de 60
cm. La distancia entre las almenas conservadas es de 80 cm. Las dimensiones de
cada merlón es de 90 cm. de alto por 1´10 de ancho. La última línea muralla de
este sector, sobre la que descansan las almenas, al igual que los merlones,
esta compuesta por en encofrado de mortero donde se distinguen ladrillos
colocados de forma ordenada grava mezclada con gravilla fina, arena y cal. A la
altura del adarve aparecen una serie de agujeros que se asemejan a los
travesaños de los cajones del encofrado y cuyas dimensiones son 17 cm. en
altura y 10 cm. de ancho. Las dimensiones del cajón de encofrado son 3´40 m. de
largo por 85 cm. de alto y donde se observan con claridad la colocación en
líneas horizontales de ladrillos por capas mezcladas con mortero. Hemos de
señalar que parte del lienzo correspondiente a esta unidad muraria ha
desaparecido y por tanto también sus almenas.
Unidad Muraria UM0020. Apenas quedan restos de la misma. El muro
ha desaparecido casi por completa. Casi no se aprecia nada del mismo. De los
restos visibles apreciamos lo que parece que son cajones de encofrado donde se
añadieron piedras colocadas de forma ordenada en hiladas horizontales. El
lienzo esta destruido por completo. No se han podido tomar ningún tipo de
mediciones.
Unidad Muraria UM0021. Lienzo murario en muy mal estado de
conservación, completamente descarnado y en peligro de derrumbe. Podemos
apreciar lo que se supone que serian las piedras colocadas en hiladas dentro de
los cajones de encofrado. Son piedras similares de dimensiones parecidas
mezcladas con mortero. La inaccesibilidad del muro nos imposibilita nuevamente
el estudio granulométrico del lienzo. Conserva una mínima parte de enlucido. El
mal estado del muro hace completamente difícil adivinar el número de cajas de
encofrado. Dicho lienzo se relaciona con los restos visibles de UM0020 y con
UM0022. Color tierra. Su posición concreta es S.E. Resulta también imposible efectuar las
mediciones necesarias debido tanto a su mal estado de conservación como al
peligro que resulta acercarse al mismo.
Unidades Murarias UM0022, UM0023 y UM0024. Los
lienzos murarios en la zona S.O. y oeste de la fortificación, son conocidos,
como se verá más adelante en el capítulo dedicado a los apuntes históricos del
castillo de Corbera, como la muralla que da a la “Murta” y que sufrió numerosas
reparaciones en distintas épocas, sobre todo durante el periodo medieval y en la gran reforma
del siglo XVI. Aprovechando la propia
orografía de la montaña y buscando las curvas de nivel, el perímetro amurallado
realiza quiebros con entrantes y salientes en forma de sierra dentada y cuyos
ángulos, a diferencia de los anteriores estudiados, son rectos. Tanto en estas
unidades murarias como en las siguientes, las reformas efectuadas en el siglo
XVI, motivadas por la Guerra de la Germanías son más evidentes. Se trata de
muros de tapial, donde se ha empleado piedras ordenadas horizontalmente en el
cajón de encofrado y mortero de cal. Buena parte de los muros conservan su
enlucido, lo que disimula los agujeros de los travesaños que se utilizaban para
cerrar los cajones. Resulta por tanto también difícil adivinar el número de
cajones tanto en longitud como en altura. No obstante, pensamos que en altura y
contando con la línea de merlones, hay unas seis filas de cajones y en
longitud, en UM0022, hay entre siete u ocho cajones por hilada. En UM0023, en
altura seis hiladas y en longitud tres
cajones por filas, mas dos cajones por fila en el saliente del lienzo murario.
Por lo que respecta a UM0024, resulta difícil averiguar el número de cajones
tanto en longitud como en altura. Esta enlucido en buena parte y se observan a
simple vista restos de cal. Naturalmente, el valor granulométrico por su
difícil accesibilidad, es difícil de calibrar. Los muros se levantan
directamente desde la propia roca de la montaña. Se relacionan con UM0021 y UM
0025. Su estado de conservación es bueno, conservan gran parte del enlucido y
todas sus almenas. Color tierra mezclada con cal. En cuanto a su datación
cronológica, hay que decir que si bien los muros primitivos son más antiguos,
posiblemente del periodo islámico o primeros momentos del cristiano, las
sucesivas reformas a lo largo de toda la baja edad media, motivadas por la
acción erosiva de los agentes climatológicos, el agua y la humedad, originaron
una casi total reparación de dichos lienzos de la muralla o su derrumbe y
posterior construcción de nuevos muros. Por tal motivo, lo que realmente queda
visible pertenece a la reforma del siglo XVI.
Conservan elementos de flanqueo y almenas. Posición concreta, S.O. La UM0022 tiene una altura exterior
de 8 m. desde el merlón hasta la roca de
la montaña. En su parte interna del merlón hasta el adarve hay 2´10 m. y de
este hasta el suelo 16 cm. El grosor del muro es de 46 cm. y el ancho del
adarve 1 m. La distancia entre merlones es de 90 cm. Los merlones tienen unas
dimensiones de 1 m. de alto por 1´33 de ancho. El lienzo murario UM0023 tiene
una altura desde el merlón hasta la roca en su parte exterior de 6´50 m. En su
parte interna, desde la almena hasta el adarve 2´20 m. y de este al suelo 20
cm. El grosor del muro es de 50 cm. y el ancho del adarve 1 m. La distancia
entre merlones va de 86 a 90 cm. Las dimensiones de los merlones son en altura
1´10 m. y de ancho 1´38 m. Tanto la última línea de la muralla en este sector
en donde descansan las almenas, como estas mismas en su composición interna
observamos, piedras grandes y medianas colocadas de forma ordenada y mortero de
cal. Idéntica composición tiene todo el adarve del recinto amurallado. El
lienzo UM0024 tiene una altura exterior desde la almena hasta la roca de 6´60
m. en su cara externa y desde el merlón
hasta el adarve en su cara interna hay 2´20 m. y desde este último hasta el
suelo 20 cm. El grosor del muro es de 50 cm. y el ancho del adarve 1 m. Cada
merlón tiene una altura de 1´10 m. y de ancho 1´30 m. Quedan restos en algunos
de ellos de una especie de protección de la almena en forma piramidal de 20 cm.
de altura situada sobre el merlón. En
las almenas se utilizaron en su construcción ladrillos. La distancia entre
merlones es de 90 cm.
Unidades Murarias, UM0025, UM0026 y UM0027. Lienzos
murarios pertenecientes al perímetro principal de la muralla de la fortaleza
que protege la celoquia y el albacar situados en la parte oeste de la
fortificación. Realiza la muralla varios quiebros con entrantes y salientes en
forma de sierra dentada. Son lienzos idénticos a los señalados anteriormente.
Construcción de sus muros en sistema de tapia utilizando piedras ordenadas en
el interior de sus cajones de encofrado. Para nivelar la orografía de la
montaña y el lugar exacto donde se había de levantar el muro, se empleó el
sistema de mampostería y después los muros se levantaron con sistema de tapia.
En esta parte de la muralla, se observan diferentes momentos constructivos y se
ve a la perfección el recrecimiento de los muros aprovechando los merlones
anteriores existentes, levantado sobre ellos los nuevos muros. Al descarnarse
parte de estos, aparecen a la vista los forros interiores de la construcción,
que servían para el refuerzo del propio muro.
Aunque estos lienzos sufrieron importantes reparaciones durante toda la
Edad Media y parte de la Moderna, su estado de conservación, sobre todo en la
parte más baja de los mismos, es muy deficiente. Esto está motivado por las
filtraciones del agua y la humedad que asciende por capilaridad en los propios
muros, llegando la erosión a la argamasa y a las rocas que forman parte de la
tapia, produciendo el desprendimiento de las mismas y la aparición de agujeros.
Este descarnado y el proceso de erosión, hacen peligrar a toda la estructura
entera y aunque el lienzo murario en su parte más elevada se encuentra en
perfectas condiciones, no ocurre lo mismo en su parte más baja, lo que
ocasionará irremediablemente el derrumbe y desaparición por tanto, de esta
parte de la muralla. Gran parte de las estructuras de la muralla se encuentran
en muy mal estado de conservación, por lo que resulta difícil observar las
huellas de los travesaños del cajón de encofrado e incluso el número de los
mismos tanto en hiladas en longitud como en altura. La inaccesibilidad de la
muralla impiden realizar el estudio del valor granulométrico. Si se ha podido
comprobar la composición interna y granulometría de los cajones de la última
línea del trazado de esta parte de la muralla por su parte interior, donde e se
pudo comprobar que dentro del cajón de encofrado observamos la colocación de
piedras grandes y medianas de forma ordenada, junto con mortero de cal.
Granulometría fina en lo referente a la arena, gravilla mezclada con gravas
mayores y cal. Se relacionan con UM0024 y UE0028. Estado de conservación
deficiente y en algunos tramos en peligro de inminente derrumbe. En cuanto a su
datación cronológica, es interesante observar el alzado de una línea de muralla
primitiva, donde se observan antiguos merlones y sobre ellos un crecimiento de
los muros con la construcción de merlones de dimensiones mayores. En parte de
uno de los lienzos murarios se ven claramente dos filas de antiguas almenas y
posteriormente la elevación del lienzo con los nuevos merlones. Ante esto
planteamos, que la parte más baja de la muralla corresponde, posiblemente al
periodo islámico, donde con posterioridad se reconstruyó durante la Edad Media
en varias ocasiones y por último durante el siglo XVI, motivado por la Guerra
de las Germanías. Conserva la muralla todas sus almenas completas y en buen
estado, excepto en parte de UM0027 donde solo se conservan en el entrante de
sierra dentada. Las almenas fueron construidas con piedras ordenadas y mortero
de cal y gravas. En la parte interior hay desniveles debido a la orografía de
la montaña. La UM0025, en su parte externa tiene una altura de 7´40m.
incluyendo el merlón y hasta la roca de la montaña. En su parte interna, desde
el merlón hasta el adarve hay 2m. y desde este hasta el suelo 70 cm. El adarve
tiene una anchura de 80 cm. El grosor
del muro es de 48cm. La UM0026 tiene una altura en su cara exterior de 6´90m.
desde el merlón hasta la roca de la montaña y una altura de 2m. desde el merlón
hasta el adarve en su cara interna. Del adarve al suelo hay 1´60 m. El grosor
del muro es de 48 cm. y el ancho del adarve de 80 cm. Motivados por el desnivel
de la montaña entre los lienzos murarios UM0025 y UM 0026 se producen
alteraciones en lo que respecta a la
altura de los muros y el grosor de los mismos. Así la altura de los muros y
motivado también por la propia orografía de la montaña varia llegando en un
tramo a medir en su parte exterior desde el merlón hasta la roca 7´40m. En su
parte interior desde el merlón hasta el adarve la altura aumenta a 2´10 cm. y
desde el adarve hasta el suelo, en esta parte correspondiente al albacar es de
1´60 cm. El espesor del muro es ahora de 50 cm. El adarve tiene un ancho de 80
cm. Cada merlón o almena tiene de alto 1´10 m. y de ancho 1´30 m. Tienen estas
almenas dos agujeros redondos en cada una con un diámetro de 8 cm. La distancia
que los separa en el mismo merlón es de 90 cm. aunque en algunos casos la
distancia se acorta a 80 cm. El cajón de encofrado de esta parte de la muralla
tiene las siguientes dimensiones, en altura 90 cm. y de largo 2´80 m. La altura
del lienzo murario UM0027 en su cara exterior hasta la roca es de 5´30m.
incluyendo el merlón. La altura desde el
merlón hasta el adarve en su cara interna es de 2m. y de este al suelo 80cm.
Posición concreta oeste. El grosor del muro es de 70 cm. En su tramo mas largo,
alcanza una altura exterior de 3´70m. debido a que el lienzo murario solo se
conserva a ras del adarve. Las dimensiones de los cajones de encofrado, tomadas
en este caso de la zona del adarve en estas unidades murarias, son en longitud
2´90 cm y en altura varia de 90 a 95 cm.
Unidad muraria UM0028. Conserva restos muy deteriorados de
quiebros con sus entrantes y salientes. Nivelado con mampostería y alzado del
lienzo con tapial, donde se utilizó piedras ordenadas colocadas horizontalmente
en el interior de los cajones, junto con la argamasa o mortero. No obstante,
existe aquí una pequeña diferencia. Las hiladas de piedras colocadas en el
interior del cajón son de dimensiones similares a todas las que hemos visto
hasta ahora, pero tanto la hilada superior como la inferior poseen piedras en
posición horizontal mucho mayores que las que componen las otras hiladas. Hay
piedras grandes, medianas y pequeñas. Abundan en la última fila de cajones
mayor cantidad de piedras medianas y pequeñas que de grandes. Como el estado de
conservación del muro es muy deficiente, resulta verdaderamente difícil
estudiar las dimensiones de los cajones de encofrado, así como las huellas de
los travesaños e incluso el estudio del valor granulométrico en su cara
exterior, debido también a su inaccesibilidad. No obstante, en el valor
granulométrico en su cara interna, vemos una arena fina mezclada con otra mas
gruesa, junto con gravilla fina y pequeña
mezclada con grava mucho más grande. Aparecen unos agujeros sin determinar en
la cara interna del muro. Distan entre ellos entre 53 y 70 cm. Sus dimensiones
son 18 de alto por 23 de ancho. La altura del muro en su cara interna respecto
al suelo interior es de 90 cm. hasta el adarve y de este al suelo hay 50 cm. El
grosor del muro es de 40 cm. y el de la parte adarve conservado, 35 cm. De todas formas, si en longitud resulta
complicado adivinar la cantidad de cajones por hilada, al menos en altura
pueden haber entre cinco y seis hiladas. La muralla se levanta desde la propia
roca aprovechando las curvas de nivel. Su posición concreta respecto a toda la
fortificación es O.N.
Unidades Murarias UM0029A y UM0029B. Muros interiores que
delimitan el acceso a la celoquia y al albacar y que a su vez configuran el
cuerpo de guardia, edificio cuyo techo desaparecido era a doble vertiente.
Ambos lienzos murarios se construyeron en sistema de tapia con piedras de gran
tamaño entre sus cajones y argamasa. Conservan parte de su enlucido. No se
observan huellas de travesaños de los cajones ni de viguetas. En cuanto al
número de cajones para UM0029A, en longitud encontramos ocho cajones por línea
y en altura cinco hiladas de cajones. El muro se alza desde la propia roca de
la montaña. Se relacionan con UM0010 y UM0030. Estado de conservación muy
deficiente. Color tierra. Datación cronológica imprecisa aunque se observan las
reconstrucciones propias del siglo XVI. Carecen de elementos defensivos y de
almenas.
Unidad Muraria UM0030. Muro interior perteneciente al edificio
del cuerpo de guardia y lugar de transición de este hacia la zona del albacar.
Construcción mediante tapia donde en el interior de los cajones de encofrado
encontramos mortero de cal y cinco filas
piedras grandes cuyas dimensiones de las mismas oscilan entre 16 y 20 cm. Las
dimensiones en altura del cajón son de 80 cm. Las piedras medianas van de 9 a
11 cm. y las pequeñas de 6v a 8 cm. Se aprecia a simple vista la cal, la
gravilla fina y la grava gruesa. Arena de granulometría gruesa acompañada de
otra muy fina. Se observan huellas de travesaños. El número de cajas es difícil
de saber en longitud pero si en altura, donde encontramos cuatro hiladas.
Cimentación sobre la propia roca. Grosor del muro un metro. Posición concreta
N.O.
Unidades Murarias pertenecientes a los restos visibles de los muros
barbacanes. UM0001A, UM0001B y UM0001C. El muro barbacán
es un recinto amurallado exterior que protege un punto débil de la
fortificación y en nuestro caso también ayuda a la defensa de la puerta
principal de acceso al interior del recinto castral. En el castillo de Corbera
sus lienzos están en muy mal estado de conservación y apenas quedan en pié
algunos tramos. La UM000A, su construcción esta hecha en tapial, mediante
cajones de encofrado y en su composición interna se emplearon, entre otros
elementos, piedras, gravas y arena. Se observan
huellas de travesaños. Su mal estado de conservación impiden averiguar
las dimensiones de los cajones. El lienzo conservado de 5 m. de longitud, tiene
una altura de 1 m. respecto al suelo y un grosor de 1 m. Conserva parte de su
enlucido. En cuanto a su composición interna y su valor granulométrico,
encontramos piedras pequeñas y medianas, dos tipos de arenas una de
granulometría fina y otra gruesa mezcladas con gravilla y grava de mayor
tamaño. El muro descansa directamente sobre la propia roca de la montaña y
aprovecha las curvas de nivel de la misma. Esta situado al norte de la
fortificación. UM000B es el siguiente tramo de muro barbacán que se conserva.
Lo encontramos cerca de la coracha. Es el tramo más largo y mejor conservado,
aunque se encuentra en muy mal estado. Naturalmente, es de características
similares al anterior. Tiene parte de enlucido. Construido en tapial mediante
cajones de encofrado, vemos como en el interior de los mismos se colocaron
distintos tipos de piedras de forma ordenada mezcladas con argamasa compuesta
por gravilla fina, gravas, arena fina y cal. El tamaño de las piedras grandes
es de 16 a 20 cm. y las medianas de 10 cm. Arena de granulometría muy fina y
porosa. Por su lamentable estado de conservación resulta imposible averiguar
las dimensiones de los cajones de encofrado. No obstante hemos podido adivinar
las dimensiones de algunos de ellos, siendo de largo 2 m. y en altura 80 cm.,
aunque estas medidas varían según los cajones estudiados en varios centímetros.
Se observan algunos travesaños. Quedan en pié tres hiladas de cajones de
encofrado en altura. El grosor del muro es de 50 m. y esta orientado al N.E. La
unidad muraria UM000C es similar a las anteriores. Sistema constructivo de
tapial mediante cajón de encofrado y composición interna idéntica a UM000A y
UM000B. Se levanta el muro sobre la propia roca y esta situado en la parte sur
de la fortificación, cerca de la poterna o torre de la segunda puerta del
castillo donde va a morir a los pies de esta el muro barbacán. Quedan apenas
reconocibles pequeños restos de los muros barbacanes junto a la coracha y cuya
posición con respecto al camino de acceso a la fortaleza, crea obstáculos que
obligan a hacer giros en zigzag para ayudar a la mejor defensa y protección de
la puerta principal. Uno de estos pequeños lienzos conservados de la barbacana
esta pegado a la propia coracha en UM0009, pero pasa casi inadvertido, al igual
que los pequeños tramos anteriores debido a la exuberante vegetación que los
envuelve y que impide su estudio.
Unidad Muraria perteneciente a los restos de la plataforma situada junto
a la coracha y muros barbacanes. UM0001D. Forma parte del muro barbacán
y esta relacionada directamente con el camino de acceso que se dirige hacia la
fortaleza. Se encuentra situada paralelamente a la coracha, UM0007. Por sus
características parece una construcción anterior a la coracha y torre
albarrana. Barajamos diversas hipótesis por lo que respecta a esta plataforma.
En primer lugar, pensamos que su construcción se debía a la necesidad de ayudar
a realizar un mayor giro al camino zigzagueante a la hora de sortear los
obstáculos formados por los muros barbacanes para penetrar en el interior del
recinto. Analizando mejor dicha
construcción, observamos que no es imprescindible ninguna plataforma que ayude
a realizar los mencionados giros, incluso pensando en carretas tiradas por animales
de carga. Es cierto que en este lugar concreto se necesita un mayor espacio
para realizar el giro, pero hemos de tener en cuenta que la plataforma se
encuentra demasiado separada para que su misión fuera esta. Observamos por otra
parte, que esta es una construcción en mampostería y no en sistema de tapia
como viene siendo habitual en toda la fortificación. Sus piedras son de gran
tamaño, mezcladas con pequeñas y no están ordenadas en filas, sino que su
disposición es irregular. Observamos gravas y arena. No tiene enlucido. Ante
esto pensamos que por su ubicación, respecto al punto más vulnerable del
castillo y encontrarse relativamente cerca de la puerta principal, añadiendo a
esto su ubicación paralela a la coracha y al lado de los muros barbacanes, se
trata de los restos de un edificio cuya misión era la protección al acceso
interior del recinto amurallado principal, un lugar de vigilancia, una
primitiva torre, ya que las dimensiones de la plataforma, su ubicación y su
tipo de construcción, nos hacen pensar en ello. Las dificultades para realizar
las mediciones necesarias y un mejor estudio de la plataforma, debido a la gran
cantidad de vegetación que la cubren por completo y el corte efectuado en la
montaña en los años cincuenta del pasado siglo XX, para abancalar el terreno
para el cultivo de cítricos, nos imposibilitan poder obtener mayor información
sobre esta cuestión.
Unidad Muraria UM0031. Celoquia. Torre Principal. En la parte mas elevada de la montaña se
encuentra la celoquía, lugar donde se encuentran las edificaciones principales.
Fue aquí donde se levantó una gran torre o casa fortificada durante el periodo
Bajomediaval, aprovechando las antiguas estancias o dependencias ubicadas en
este lugar privilegiado del recinto castral. El edificio se conserva en muy mal
estado, subsistiendo apenas algunos lienzos y restos de muros de las diferentes
estancias. Su planta es cuadrangular.
Cada lado mide 20 m. A sus paredes se adosaron en el siglo XVI potentes
contrafuertes que servían para reforzar el edificio, donde a su vez recrecieron
en altura las antiguas paredes.
En el apartado histórico de este trabajo, la documentación foral señala
la necesidad de construir una gran casa fortificada en esta zona de la
celoquia. En la composición de los muros de esta casa, distinguimos piedras de
distintos tamaños, arena y gravas utilizadas para la argamasa. Conserva parte
de enlucidos y ladrillos utilizados en la reparación de los muros. El sistema constructivo es muy similar a la
tapia. El edificio, aparentemente, sufrió numerosas reconstrucciones y sus
muros bastantes reparaciones, utilizando para ello el ladrillo o reparando los
lienzos sin la necesidad de utilizar el sistema de tapia. No obstante y a pesar
del lamentable estado de conservación de las paredes, hemos podido descubrir algunos
de los agujeros pertenecientes a los travesaños de los cajones de encofrado,
eso sí, mezclados con elementos constructivos posteriores motivados por las
sucesivas reparaciones que hemos estado mencionando. Los contrafuertes están
compuestos de piedras junto con una argamasa donde se utilizó grava, cal y
arena. Aparecen en el lienzo, en su cara
interna, huellas de travesaños, pero sobre todo de vigas, tanto de forma
cuadrada como de forma redonda. Por su
mal estado de conservación es difícil saber las dimensiones del encofrado. Al
igual que en el resto de la fortificación, los muros de la torre o casa
fortificada se asientan directamente sobre la roca de la montaña. El lienzo murario conservado tiene una longitud
aproximada de 9,80 m. El muro restante se vino a bajo, quedando en pie solo un
contrafuerte. Su altura conservada en su parte exterior es de 7´80 m., mientras
que por su parte interior es de 6 m. con respecto al suelo. Naturalmente, estas
son medidas aproximadas y no reales motivadas por la dificultad de poder
realizar una medición exacta de los lienzos a lo que se añade su lamentable
estado de conservación, que dificultó la realización de nuestro trabajo en todo
el recinto castral. El grosor de los muros es de 70 cm. Los tres contrafuertes que
se mantienen en pié distan entre sí 2´70
m. Tienen un grosor en su parte mas estrecha de 1´30 m. y en su parte mas ancha
1´80 m. Esta unidad muraria se relaciona con UM0032 y con UM 0038. En cuanto a
su cronología, la tenemos documentada en el siglo XIV, tal y como se verá en el
apartado histórico, aunque se observa con claridad las reformas del XVI.
Conserva almenas. Situación, oeste.
Unidad Muraria UM0032, correspondiente al lienzo N.O. de la torre
o casa fortificada. Conserva solo tres almenas y su estado es de ruina.
Conserva un contrafuerte. Se observan las líneas de cajones de encofrado y
podemos ver algunos agujeros de los travesaños. Aparecen reconstrucciones del
muro con ladrillos, cuyas dimensiones son de largo 30 cm., de ancho 14 cm. y de
grosor 4 cm. Conserva parte de su enlucido. Sus paredes interiores estaban
pintadas de color blanco, con cal. El lienzo murario esta en muy mal estado,
próximo a su derrumbe. En la composición interna del cajón de encofrado se
colocaron hiladas de piedras junto con argamasa, compuesta por gravas, arena y
cal. Granulometría compuesta por granos de arena muy finos y gravilla
fina. La distancia entre los travesaños
es de 90 cm. Ha sido difícil llevar a cabo la medición del cajón de encofrado
en longitud pero sí de alto que tiene 80 cm. Parece que es esta la parte del
lienzo murario primitiva, donde
posteriormente en las sucesivas reparaciones se le añadieron nuevos
elementos. El muro se asienta
directamente sobre la roca de la montaña.
El grosor del muro es de 60 cm. La altura del lienzo conservado es de
aproximadamente 7´80 m. en su parte exterior y de 6 m. en el interior. Datos
siempre con margen de error por las dificultades que hemos tenido a la hora de
realizar las mediciones. Este lienzo
murario se relaciona con UM0031 y parte este muro que estamos estudiando con
UM0033. UM0032, tiene una longitud conservada de 6´80 cm. Desaparece por
completo cualquier rastro del mismo en línea recta en 5´30 m. y a continuación
hay nuevamente un pequeño tramo del mismo que viene a unirse y relacionarse con
UM0033.
Unidad Muraria UM0033. Lienzo murario que forma parte de la torre
principal o casa fortificada. Tiene una longitud conservada de 10´50 m., mas
unos tramos apenas perceptibles en línea recta que van a unirse a lo poco que
queda conservado de UM0032. Altura aproximada, en su cara externa, 6´20 cm. y
en su cara interna y respecto al suelo 3´70 m. Se reflejan en el lienzo
diversos sistemas constructivos así como sucesivas reparaciones del mismo.
Quedan en pie dos contrafuertes. Entre ambos hay tres escalones inutilizados en
un momento determinado. Cada escalón tiene una anchura de 40 cm. La altura de
los escalones es de 30 cm. Su longitud coincide con la de la distancia entre
ambos contrafuertes que es de 2´86 cm.
Muro construido primitivamente en sistema de tapia y reconstruido con
posterioridad utilizando ladrillos. En el cajón de encofrado aparecen hiladas
de piedras junto con argamasa, sonde se aprecia la cal, la grava y la arena. En
la reconstrucción de dicho lienzo, los ladrillos están colocados en líneas
horizontales mezclados con argamasa. Las
dimensiones del cajón en longitud, debido a su estado lamentable de
conservación es difícil de averiguar. En altura hemos podido constatar 80 cm.,
siendo esta la parte primitiva del muro, anterior a las posteriores reformas
del mismo. Se distinguen algunos travesaños, cuya distancia entre ellos es de
60 cm. y la marca de la cuerda dejada en negativo, utilizada para atar el cajón
de encofrado a la espera de que fraguara su contenido durante la construcción
del muro. Se observa en los cajones las improntas de los tablones que
conformaban los mismos. En la parte
exterior del muro y justo de frente a los escalones se levanta el muro
reconstruido con ladrillos, aunque ahora hay un agujero que justamente coincide
con lo que fue en su momento una antigua puerta y que fue cegada en un momento
determinado. En dicho muro y en lo que presumiblemente es la puerta que estamos
hablando, se observan restos de enlucido en el interior del mismo y adosado a
este. El muro en si reconstruido es un
forrado, es decir, queda adosado al antiguo muro de tapia por la parte externa.
A su vez, sobre este forrado se adosan los contrafuertes. Estos quedan atados
al lienzo murario practicando a los mismos dos agujeros por donde era colocada
una viga y que daba mayor consistencia y refuerzo a la obra. El diámetro de los
agujeros es de 15 cm. El muro nuevo que
forra al antiguo tiene un grosor de 22 cm., mientras que, el antiguo tiene 45
cm. Sobre este forro, se conservan los cajones de encofrado citados
anteriormente. Los contrafuertes tienen 1 m. de grosor en su parte estrecha y en la ancha 1´20 m. En
su composición interna hay piedras, y argamasa compuesta por cal grava y
arena. El grosor del muro de cajón de
encofrado es de 60 cm. En la parte
interna del muro hay agujeros de vigas del techo del edifico. Su estado de
conservación es muy deficiente. Este
lienzo murario se relaciona con parte de UM0032 y esta orientado al este. No
conserva almenas.
En el extremo de la plataforma que configura la torre o casa
fortificada, sobresale de la misma un muro bastante derruido que conecta
directamente don UM0032 y UM0033. La composición de su material constructivo es
similar a la de los lienzos de la propia torre, aunque las piedras que lo
componen son de mayor tamaño. Podría tratarse de los restos de un contrafuerte
ya que es de características similares a estos.
Unidades Murarias UM0034, UM0035 y UM0036.
Pertenecen al edificio adosado a la torre principal o casa fortificada. No
sabemos en realidad de que tipo de edificio se trata. No obstante, se ha
apuntado la hipótesis de que se trataría de la capilla de la fortaleza en época
cristiana, aunque está claro que muy probablemente en épocas anteriores podría
haber tenido un uso distinto. Destaca esta estancia por ser la única en todo el
recinto fortificado que conserva su techumbre, a excepción de la torre
albarrana, que también lo conserva. Tiene bóveda de cañón, utilizando en su construcción
piedras livianas ordenadas junto con argamasa. El mal estado de conservación de
este edificio hace difícil el estudio y análisis murario del mismo. Los muros
están completamente descarnados, motivados por la acción erosiva del agua y por
la humedad que asciende por capilaridad, lo que perjudica a los lienzos. Sus
muros están construidos con líneas ordenadas de piedras mezcladas con argamasa,
donde observamos en la parte interna restos de cal gravas y gravillas arena de
granulometría muy fina. El tamaño de la piedras oscila entre 20 y 25 cm. y
otras entre 13 y 15 cm., colocándose las más grandes en la parte mas baja de
los muros y las más livianas sobre estas. Conserva parte de enlucido en su
interior y sobre el mismo hay improntas
geométricas. Estas incisiones tenían la finalidad de que la capa de pintura y
cal, con la que se decoraban las paredes, pudiera adherirse mejor sobre los muros. Restos de pintura roja parecida a la conocida
almagra, se encuentran en estas paredes, (UM0034), lo que hizo suponer en un
principio de que se trataba de un aljibe
que recogería el agua de lluvia del tejado de la torre principal. De todas
maneras, hay que señalar que el punto concreto donde se encuentra situado este
edificio, en el lugar más elevado de todo el recinto, junto a la casa
fortificada, nos hace cuestionar cual seria en realidad la función para la que
estaba destinada esta estancia. Pensamos que muy probablemente esta tendría
distinta función según la época y las necesidades del momento. Si realmente fue
un aljibe, aún a pesar de su situación elevada, con posterioridad el edificio
se remodeló para otro menester, pues encontramos en su parte trasera una
ventana, (UM0035) y en el muro lateral izquierdo, (UM0034) dos aberturas que
bien podrían tratarse de una o dos puertas que comunicarían directamente con la
torre principal, aunque la entrada de la estancia se efectuara por la parte
delantera de la misma. Encontramos en los muros huellas de viguetas. El
edificio tiene unos 10 m. de longitud y el muro posterior mide de ancho 4´70
m.. Sus muros tienen un grosor de 1´10 m. En cuanto a sus dimensiones internas,
la unidad muraria UM0034 tienen una longitud conservada de 9´20 m., mientras
que UM0036 tiene 8´80 m. y la pared trasera o UM0035 alcanza una longitud interna
de 2´80 m., que corresponde al ancho interno del edificio. El mismo, tiene una altura interior desde el
suelo hasta la bóveda de cañón de 3´44 m. Desde el suelo hasta el arranque de
la bóveda los muros laterales tienen una altura de 2´30 m. La parte delantera del edificio carece de
muro. Su entrada no se conserva. Tenía una longitud interna de 2´90 m.. El
edificio, como hemos señalado anteriormente, estaba adosado a la torre
principal, relacionándose así el muro lateral UM0034 con el de la torre, que ha
desaparecido, así como con otros que tampoco se conservan. Esta estancia esta
situada mirando hacia el oeste.
Unidades Murarias UM0037A y UM0037B.
Se trata de las paredes conservadas de un gran aljibe situado en la parte sur
del castillo y donde a pesar de su lamentable estado de destrucción, conserva
parte del arranque de una bóveda. Tiene forma trapezoidal, adecuándose a la
configuración que ofrecen las propias murallas del recinto amurallado.
Construido con sistema de tapia destaca entre los componentes internos del
cajón de encofrado una tierra roja impermeable par evitar las posibles
filtraciones de agua, arena, cal y acompañada esta argamasa con ladrillos
colocados de forma ordenada, mientras que los laterales del aljibe que
aprovechan los propios muros de la muralla, utilizan piedras en vez de
ladrillos. Las paredes del aljibe que aprovechan los muros de la muralla
corresponden a las unidades murarias de la misma, UM0017 y UM0018. Aprovechando
la línea muraria de UM0017, esta construcción tiene una longitud de 4´55 m. de
ancho. El lateral correspondiente a UM0018 se adecua a la forma o quiebro suave
que ofrece la muralla. Por tanto, el aljibe, en esta parte tiene una longitud
de 6´30 m. y después del quiebro tiene 6´10 m. Sus otras dos unidades murarias
tienen una longitud la UM0037A de 10´30 cm., mientras que UM0037B tiene 6´35 m.
El grosor de sus muros es de 60 cm. La altura conservada de sus muros por la
parte correspondiente a la zona de la muralla y desde el adarve es de 3 m.
hasta el interior del aljibe y UM0037A
tienen una altura hasta el suelo de 1´30 m., mientras que UM0037B apenas
conserva 27 cm. Su estado de conservación es muy deficiente.
Unidades Murarias correspondientes al interior de la casa fortificada o
torre principal. UM0038, UM0039A, UM0039B y UM0040.
Restos apenas visibles de las paredes o muros correspondientes al interior de
este gran edificio principal. Exceptuando UM0038, donde se utilizó el ladrillo,
el resto de unidades murarias que estamos describiendo emplea para su
construcción piedras ordenadas junto con la argamasa correspondiente, estudiada
en los muros anteriores. UM0038, discurre perpendicularmente, esta adosado y se
relaciona con UM0031, que es el muro conservado de la torre que da a la zona
oeste de la fortificación. Tiene una altura conservada con respecto al suelo de
67 cm. y un grosor de 40 cm. Junto al mismo se encuentran restos de lo que
podrían ser los peldaños de una escalera que llevaría a un piso superior.
UM0039A se encuentra perpendicular al desaparecido muro de la torre principal y
al muro UM0034, que pertenece el edificio adosado a esta torre y que esta
cubierto con bóveda de cañón, el cual hemos estudiado más arriba. Su parte conservada dista de UM0034 1´90
m. y se encuentra también a una distancia de 1´60 m. de UM0038. Tiene una
longitud conservada de 1´40 m. y una altura conservada de aproximadamente 1 m.
Tiene un grosor de 60 cm. Si contamos con la parte del muro no conservada, este
se relacionaría con UM0034, UM0038 y UM0039B. Estado de conservación muy
deficiente. Por su parte, UM0039B dista de UM0039A 3´50 m., aunque va en
su misma dirección, no coinciden en línea recta, ya que el anterior se
encuentra mas desplazado hacia los muros de la torre, UM0031. UM0039B se separa
de la parede de la torre citada 5´70 m. y de UM0040 7´90 m. Tiene una longitud conservada de 2´30 m.,
hasta donde se conserva parte de una puerta en dicho muro de 1´20 m. de ancho.
Sigue el muro conservando 1´80 m. Tienen una altura aproximada de mas de 1 m. y
un grosor de 60 cm. Su estado de conservación también es muy deficiente. Por
último, UM0040 son los restos de un muro que discurre paralelo a UM0033 y dista
de este 4´50 m. Esta muy mal conservado y en algunos tramos ha desparecido casi
por completo. Es de suponer que tendría una longitud de casi 20 m. Su
composición es similar a los muros estudiados anteriormente, utilizando la
piedra de forma ordenada. Apenas si se eleva unos centímetros con respecto al
suelo y tiene un grosor de 50 cm. En el se ven incrustadas unas canalizaciones
cerámicas que servían para la conducción de agua.
Unidades Murarias UM0041 y UM0042. Corresponden a las
paredes de una habitación o estancia situada en la zona S.E. de la
fortificación y que se encuentra adosada a UM0015. La exuberante vegetación y
su difícil acceso, nos han imposibilitado realizar un estudio murario al
respecto, ni calibrar las dimensiones de dicha estancia. Uno de sus muros,
concretamente UM0042 tiene un grosor de 40 cm. y esta compuesto por piedras
colocadas de forma ordenada y argamasa. Su estado de conservación es muy
deficiente.
Unidades murarias UM0043. Adosadas a la torre de la poterna, apenas
si quedan restos visibles a ras de suelo. Conservan diversas capas de enlucido
de cal. Predomina el color blanco al estar pintadas sus paredes con cal. Es
completamente imposible definir las estructuras así como configura el tipo de
habitación o estancia de que se trataba, aunque suponemos que estaba ligada a
la poterna o segunda puerta del castillo. Sus dimensiones son pequeñas y casi
inapreciables.
CONCLUSIONES TRAS EL ESTUDIO MURARIO
DE LA FORTALEZA
Es cierto que el medio geográfico en donde se levanta una fortaleza
condiciona el material que va a ser empleado en la construcción de la misma. De
la propia montaña del castillo de Corbera o de las inmediatas, se aprovechó la
materia prima que serviría para la ejecución de las obras. Los materiales
empleados en la construcción de los muros del castillo de Corbera son piedras
de distintos tamaños, arena o tierra, gravas y gravilla muy fina, ladrillos y
cal. Las murallas y los edificios que forman parte de esta fortaleza están
construidos en tapial, utilizando cajones de encofrado. Algunos de los lienzos
murarios de Corbera se construyeron utilizando ladrillos, en otros casos, solo
en parte de los muros se utilizaban los ladrillos y también en las bóvedas de
cañón. Como se ha señalado en varias ocasiones, la fábrica de mampostería se
utilizó en Corbera en la construcción de algún lienzo o parte de él, pero sobre
todo para la nivelación del terreno sobre el que se iba a levantar el muro. La
mampostería es una técnica donde se utilizan las piedras, en su mayoría de las
veces sin labrar a la que se le añade en la fábrica del muro el mortero o
argamasa. Hemos comentado también en
numerosas ocasiones que los muros de la fortaleza se levantan directamente de
la roca de la montaña o sea, que la cimentación de los lienzos se apoya
directamente sobre esta.
Por lo que respecta al tapial y el cajón de encofrado, diremos que es
cada uno de los tableros sujetos por tirantes donde en los huecos formados por
ellos se vierte el material necesario para la construcción del muro. Una vez
rellenado el cajón este ha de fraguar, retirándose los tapiales y se sigue con
la construcción del muro. Este sistema constructivo era ya conocido desde la
época de los romanos, aunque se
generalizó durante el periodo musulmán. La mayor parte de las obras muraias de
la fortaleza de Corbera se realizaron empleando esta técnica. Lo que predomina
en la fortaleza de Corbera, en cuanto a los materiales internos del cajón de
encofrado es el tapial de mortero y piedras de distintos tamaños, aunque
predominan las de mayor tamaño y que se
encuentran ordenadas en filas y a cara vista dentro del encofrado. En este
sistema constructivo se debía tener muy en cuenta que no se formaran bolsas de
aire, ya que esto podía provocar que los materiales colocados en el interior
del encofrado cedieran y como se ve claramente en Corbera, el acabado del muro
construido con tapia consistía en un enlucido
exterior que ayudaba a preservar mejor el lienzo. Se intentaba por todos
los medios que no penetrara la humedad y que esta no ascendiera por
capilaridad, ya que por lo contrario perjudicaría el lienzo murario. Cuando se
enlucía la pared los huecos de los travesaños se ocultaban cerrándolos. Lo que
se pretendía con esta técnica de tapial era un muro compacto, resistente y
duradero. Tras la ejecución de la obra y sobre todo con el paso del tiempo, si
ha perdido parte de la costra protectora, se observan en los lienzos unas
marcas y unos agujeros que corresponden tanto a las marcas de los tableros que
cerraban el encofrado, las dimensiones del propio cajón y los travesaños. Esto
se observa claramente en Corbera, donde podemos adivinar en muchos casos, la
altura del encofrado de tapial y si apuramos mas hasta su cronología teniendo
en cuenta algunas cuestiones. Nuestro castillo, aunque de origen probable
anterior, es una construcción musulmana y con posterioridad reconstruido en
diversas etapas durante el periodo cristiano.
En este tipo de construcciones se empleaba el “codo”, que era una
unidad de medición utilizada en la construcción de los lienzos murarios y que
era conocido como codo “ma´muni” de entre 42, según Ibn Luyun y
47 cm. según Ibn al Yayyab, mientras que el codo “rassasi” tenía 56 cm.
y el “morisco” 74cm. El codo simple es de 57 cm. Cada encofrado esta
formado por dos codos. Estas medidas nos va a ayudar a ofrecer una aproximación
cronológica de los lienzos murarios, pero hemos de tener en cuenta un mas que
posible margen de error al respecto. Tanto en el mundo musulmán como en el
posterior cristiano, no siempre las dimensiones del encofrado eran exactas,
sufriendo ligeras variaciones de algunos centímetros. No es de extrañar que en
mas de una ocasión resulte imposible delimitar con exactitud las dimensiones
del cajón. Hay que tener en cuenta que la
altura correspondiente a los distintos cajones de encofrado sufre variaciones
incluso en un mismo lienzo murario y con mas motivo en el recinto castral en
general. Siguiendo a Lopez Elúm (2002), un cajón de encofrado cuya altura
oscile entre 80 y 94 cm., aunque con matices, se podría plantear que como de
fábrica islámica. Por otra parte, aquellos cuya altura alcanzan desde los 91 cm. hasta los 114 cm., podrían ser
cristianos. Los cristianos tenían como medida estándar el “palmo”, que
eran 0´2275 m. y la “vara” que correspondía a 0´91 cm., siendo la cuarta
parte del anterior. Señala el autor, los errores cronológicos que pueden dar a
la hora de interpretar las dimensiones de los encofrados y que unas medidas
determinadas no son lo suficientemente fiables como para encuadrar la
construcción de un lienzo murario en una época concreta determinada. Es bien
cierto que los musulmanes emplearon mucho la técnica del tapial, pero tampoco
hay que olvidar que los cristianos lo siguieron haciendo, utilizando los mismos
materiales constructivos y eso es lógico si se piensa que son los que se
encuentran en un entorno geográfico determinado. En Corbera tenemos la prueba.
Sabemos a ciencia cierta por la documentación foral que esta fortaleza tuvo que
remodelarse a toda prisa ante la inminente visita de los agermanados
procedentes de Alzira en el siglo XVI. En el refuerzo de sus murallas y almenas
o en la edificación de sus contrafuertes se utilizaron elementos similares a
los utilizados en otros lienzos murarios claramente identificables tanto del
periodo islámico como cristiano medieval del recinto. La propia torre
principal, situada en la celoquia y que sufrió dichas reformas en el siglo XVI,
fue construida en el siglo XIV, muy probablemente aprovechando alguna
construcción anterior y utilizando materiales similares a otros lienzos
murarios. En la documentación foral, donde todo esto que estamos señalando
viene reflejado por lo que respecta a Corbera y que veremos en su capítulo
correspondiente, se nos da cuenta de los gastos necesarios a la hora de llevar
a cabo la reparación o construcción de un determinado muro perteneciente a la muralla
principal de la fortificación y en mas de una ocasión se hace referencia al
material empleado en su construcción. Por lo que respecta a la utilización de
ladrillos en el tapial, se la ha relacionado como una obra de ejecución
cristiana. Ante todo esto y por lo que
respecta a Corbera, la mayor parte de la edificación castral emplea cajón de
encofrado utilizando en su interior piedras ordenadas en hiladas y argamasa,
donde observamos tierra o mayoritariamente arena de granulometría fina,
gravilla , juntos con gravas mayores y cal, sustituyendo a veces las piedras
por ladrillos. El tipo de construcción que se observa sobre todo en el
perímetro principal es similar, aunque
con algunas diferencias. Todo el perímetro se adecua a la orografía de la
montaña, buscando en lo posible las curvas de nivel. En la parte norte y en la
zona N.E. observamos los conocidos quiebros en la muralla. El saliente es mas
suave y de forma redondeada, a diferencia de los quiebros de la parte S.O y
oeste que son salientes mas pronunciados y de ángulos rectos y definidos. Se
observa en la fortificación varias reconstrucciones a lo largo de su historia.
En la parte oeste la descarnación de sus muros a dejado a la vista los
sucesivos forros que sirvieron para reforzar los lienzos de la muralla. En el
propio muro quedan reflejados en algunos de sus tramos, una línea de almenas de
dimensiones mas reducidas y sobre ellas otras. Por último, el muro creció en
altura se reforzó y se colocaron unas almenas de dimensiones mucho mayores a las
existentes, descansando el nuevo muro sobre el viejo. En cuanto a las
dimensiones de los encofrados, encontramos que en los muros barbacanes el cajón
tienen una longitud de dos metros por 80 cm. de alto. La coracha tiene un cajón
de 2 m. de largo y entre 75 y 80 cm. de alto y sus tablones miden 15 cm,
mientras que el tablón inferior oscila entre los 23 cm. Las torre albarrana
presenta unas dimensiones similares en sus cajones, con tablones de 15 cm. de
anchura y uno inferior de 23 0 25 cm. El cajón es de 1´95 m. a 2 m. de largo y
tiene una altura que oscila entre 75 y 80 cm. Los lienzos murarios que utilizan
en su composición ladrillos tienen una cajón cuyas dimensiones son 2´40 cm. y
de 2´50 cm. de largo por 80 cm. de alto. Por su parte, los cajones de encofrado
del adarve en la zona sur de la fortificación llegan a tener dimensiones
espectaculares, sobrepasando con creces los dos metros de longitud, llegando a
los 2´90cm. y con una altura de que oscila entre 1´10 m. En la parte oeste las murallas están construidas
con cajones de encofrado de 2´80 cm. de longitud por 90 a 95 cm. de altura.
Ante esto cabria señalar, que atendemos a las pautas seguidas por diversos
autores donde se señala que el cajón de encofrado cuyas dimensiones en altura
sean de unos 80 cm. y por tanto deberían pertenecer al periodo islámico,
tendríamos que toda la parte N.E. de la fortaleza, conservaría en gran parte
estructuras murarias pertenecientes a este periodo histórico, mientras que la
zona sur y la parte oeste habría sufrido mayores reparaciones y se construirían
nuevos lienzos murarios con las medidas de los cajones adoptadas por los
cristianos. Hemos señalado en verdad, las diferencias visuales e incluso
constructivas entre los lienzos murarios de la parte N.E. de la fortaleza con
respecto sobre todo a los de la parte este. Recordemos que hemos dicho, entre
otras cosas que las formas de los salientes que ofrecen los quiebros de la
muralla son de forma redondeada, mientras que los de la zona este son mas
pronunciados y sus ángulos son completamente rectos. A esto hay que añadir como
se observa a simple vista las sucesivas reparaciones de los muros del este del
perímetro amurallado y donde las nuevas construcciones y recrecimiento de sus
muros descansan sobre los antiguos. Por
otra parte, la documentación foral nos confirma este planteamiento, donde en la
mayoría de las veces las actuaciones cristianas que se efectúan sobre este
castillo corresponden a los lienzos murarios de la zona este y a la
construcción de la casa fortificada de la celoquia y solo se habla de
reparaciones necesarias en el cuerpo de guardia, situado en la parte este.
Quizás las dimensiones de las piedras o mejor su colocación en el cajón de
encofrado o la argamasa ayuden a perfilar mejor estas pretendidas diferencias
cronológicas que estamos buscando. Nos puede ayudar también a ello el ladrillo.
En el castillo de Corbera, el ladrillo fue utilizado en parte de un lienzo
murario y una torre en la zona este de la fortificación, muy cerca de la
coracha y torre albarrana. En otras partes del recinto, el ladrillo solo se
utilizó en algún muro de la celoquia o para reparar muros en sucesivas partes
de la fortaleza. Hay dos tipos de ladrillos empleados, uno de ellos de
dimensiones mayores. La unidad muraria UM0011 y la UM0012, que corresponden a
los lienzos de la muralla principal que tienen ladrillos formando parte de la
composición de los encofrados tienen unos ladrillos cuyas medidas son de largo
30 cm., de ancho 14 cm. y con un grosor de 3 cm. Lo mismo ocurre con los ladrillos
que encontramos en UM0014, UM0018. En cambio, los ladrillos de la bóveda de
cañón del arco de la coracha miden 28
cm. de largo por 13 cm. de ancho y tienen un grosor de 4´3 cm. Los ladrillos de
las aspilleras de la coracha y cuerpo de guardia tienen nuevamente 30 cm. de
largo por 14 cm. de ancho y un grosor de
3´5 cm. Lo que se plantea en este caso con respecto a los ladrillos, es que
todos son de dimensiones similares y que sirvieron para reparar anteriores muros,
exceptuando los lienzos de la zona este que fueron construidos en parte con
esta técnica, pero donde se observa claramente que con anterioridad a la
construcción de las paredes con cajones de encofrado con ladrillos, se utilizó
el cajón de encofrado colocando piedras en su interior. Por lo que respecta a
la celoquia, donde esta ubicada la casa fortificada, a simple vista se aprecia
como sus muros sufrieron diversas reconstrucciones, empleando ladrillos o bien,
construyendo parte de sus muros en mampostería, aunque con anterioridad sus lienzos
habían sido de tapial.
El planteamiento final que proponemos, es que estamos ante una fortaleza
construida mayoritariamente en tapial y que, aún a pesar de que no se ha de
descartar un origen anterior, la arqueología tiene algo que decir al respecto,
este es un castillo de planta típicamente islámica donde en sucesivas épocas
sufrieron sus muros ciertas reparaciones utilizando técnicas constructivas
parecidas, como es el caso del tapial, aunque se añadieron elementos nuevos
como el ladrillo y donde las dimensiones de los cajones variaron, adecuándose
todo el recinto a las nuevas necesidades del momento.
PATOLOGÍAS MURARIAS
Aparentemente el recinto fortificado,
si se observa en su conjunto, parece encontrarse en un buen estado de
conservación. Lamentablemente esto no es así y su situación habría que
calificarla de lamentable, encontrándose algunos tramos del lienzo de la
muralla en una situación de avanzada degradación. El enlucido que cubría los
paramentos murarios ha desaparecido casi por completo. Aparecen restos del
mismo solo en algunas zonas de las cortinas y torres. Las filtraciones
del agua y la humedad que ascienden por los muros por capilaridad han acelerado
el proceso de erosión, donde en algunos casos llega ya a la argamasa y a las
rocas que conforman la tapia. Esto hace que se produzca el desprendimiento de
dichas piedras y la desaparición de la tierra apareciendo agujeros.
Los edificios del interior de la
fortaleza están desprotegidos al haber desaparecido sus cubiertas. En la parte
superior de estos muros se filtra el agua y comienza por tanto el proceso de
erosión.
Por otra parte la aparición de plantas
sobre los muros y la anidación en los mismos de pequeños animales ayudan
irremediablemente a ese proceso erosivo de toda la construcción. A su vez, la
falta de mantenimiento de los edificios ayudó a facilitar y acelerar el estado
de degradación de los mismos, ya que en su momento no se llevaron a cabo las
obras de reparación necesarias para su mantenimiento y conservación.
En la torre albarrana o “torre
de l´aigua” aparecen en sentido vertical cuatro enormes grietas que van de
arriba a bajo, lo que hace peligrar toda la estructura. Esto producirá el
desplome lateral inminente done es probable que se precipite en el suelo un
gran bloque del lienzo de la torre. La erosión llega ya a la argamasa y a las
rocas que conforman la tapia, lo que produce el desprendimiento de dichas
piedras y por consiguiente la aparición de grandes agujeros. Lamentablemente,
la única solución para salvar el edificio pasa por la realización de una
intervención rápida y donde mediante grapas de sujeción se evite el
desmoronamiento de sus muros. A su vez, la coracha, que une dicha torre
con el recinto amurallado, presenta también en sentido vertical dos enormes
grietas en ambas caras del doble muro.
Los lienzos murarios de la muralla
principal presentan una patología similar a los de la torre anteriormente
citada, llegando incluso en algunos casos a encontrarse en una situación mucho
más deficiente. La erosión ha hecho estragos tanto en la construcción de
mampostería como el alzado de tapia. Los grandes agujeros que se observan en
buena parte del trazado de la muralla obedecen a estas causas. Muchas veces,
como el muro de tapial es compacto, cuando se desprende por la acción erosiva,
este cede por su base y lo hace en grandes bloques que se precipitan contra la
ladera de la montaña. Los muros, desprotegidos de su costra, están sometidos a
las inclemencias del tiempo, produciéndose una permanente filtración de agua,
la tierra del interior desaparece y produce a su vez una aceleración del
proceso de erosión.
Las edificaciones del interior de la
fortaleza son las peor conservadas. De la torre o edificio situado en la zona
principal del castillo, o sea en la celoquia, apenas si quedan algunos
lienzos murarios. Todo el edificio se encuentra en un estado de conservación
muy deficiente. Lo mismo ocurre con las otras dependencias del interior del
recinto donde muchos de ellas ya han
desaparecido. Los pocos muros conservados se encuentran completamente
descarnados y se desprenden de ellos gran cantidad de piedras.
SISTEMAS
DEFENSIVOS DE LA FORTALEZA
No hay que poner en duda la importancia
que en su momento tuvieron los castillos a la hora de defender un territorio,
formando parte de una red castral superior.
Tipológicamente, el Castillo de Corbera, durante el periodo
musulmán, habría que encuadrarlo dentro
de un tipo de castillos denominados “hisn”. Estas fortificaciones solían
ubicarse sobre una cima de difícil acceso, destacando la robustez de su
perímetro amurallado y a su vez estaban flanqueadas por una serie de elementos
de protección y defensa como son las torres y sus caminos de ronda. El Castillo
de Corbera, como cualquier otro castillo, tenía que estar preparado para su
defensa o para soportar un asedio. Era de vital importancia proveerse de gran cantidad de agua mediante pozos,
cisternas o aljibes, que recogían el agua de lluvia. En nuestro castillo
encontramos dos grandes aljibes, uno en el patio de armas o antiguo albacar
y otro cerca de la gran torre principal de la fortaleza, en la celoquia.
La torre albarrana, unida a la fortaleza por la coracha, guardaba
en su interior un pozo de agua. Nuestro hisn islámico, construido en
altura encima de un cerro de 86 m de altura,
tiene como reducto central la celoquia. Esta es la zona mas
elevada del recinto y es allí donde residía el Qaid. Las murallas
principales defendían la celoquia y otras estancias. Por su parte, los
muros barbacanes defendían el acceso al interior de la fortaleza y la
puerta principal. Era una primera línea de murallas cuya misión era también
defender mejor el castillo. El albacar era un lugar descubierto y
aterrazado donde se refugiaban los animales y los habitantes del lugar en caso
de peligro. La torre albarrana era conocida como “torre de l´aigua”
y su misión era la protección de un pozo y de la puerta principal.
Para asegurarse su defensa todo
castillo debe estar equipado con todo aquello que sea necesario y que le
permita garantizar su seguridad ante un
asedio o ataque enemigo. Para ello es necesario conjugar los medios humanos e
instrumentos necesarios u otros
materiales imprescindibles y dotar a la propia fortaleza del equipo de medios
precisos para hacer frente a una ofensiva y a la vez poder defenderse de una
acometida del enemigo. Por lo que respecta a la propia edificación castral de
Corbera, en caso de conflicto armado era importante poseer una buena guarnición
que la defendiera. En tiempos de paz solo unos pocos soldados o centinelas
bastaban para cuidar el castillo. La guarnición
sólo aumentaba cuando el enemigo acechaba. El alcaide era el encargado de
acondicionar el castillo para su defensa. En época cristiana el alcaide
era nombrado por el rey y entre sus obligaciones estaba la del mantenimiento de
la fortaleza en condiciones de defensa, así como el de proveer, en caso
necesario, de hombres, armas y alimentos. 2 Uno de los objetivos principales de los
alcaides cuando preparaban la defensa de sus fortalezas era evitar por todos
los medios que el enemigo alcanzase las murallas. En Junio de 1521 Pere
Çanoguera se encargó de la custodia del Castillo de Corbera y obedeciendo instrucciones del Duque de
Gandia y Señor de Corbera Joan Borja, se fortificó este edificio militar y se
le equipó con el armamento necesario para hacer frente a los agermanados.3
La protección de la puerta principal
del castillo fue una preocupación constante. Como hemos visto anteriormente,
para acceder a ella había que sortear ciertos obstáculos: primero un camino en
zigzag y en rampa, en segundo lugar, los muros barbacanes se encargaban
de controlar el acceso al recinto. Eran como una primera avanzadilla de la
muralla principal. Obligaban al visitante a pasar por una serie de controles y
a girar varias vueltas antes de alcanzar la puerta de acceso al interior del
castillo. La torre albarrana ayudaba también a la protección de dicha
puerta. Tras cruzar el arco de medio punto de la coracha otra torre se encargaba de
defender frontalmente el acceso directo al interior de la fortaleza. Los
defensores lograban de este modo cubrir todos los flancos y proteger
completamente el acceso al recinto fortificado. Dentro ya del recinto castral,
en sus murallas en los parapetos o almenas es muy probable que hubiera manteletes
de madera. En algunos lienzos murarios encontramos saeteras y aspilleras,
sobre todo en los merlones. Pertenecen a la gran reforma del siglo XVI
motivada por la Guerra de las Germanías. En el interior de la propia muralla se
encontraba el adarve o camino de ronda, lugar por donde paseaban
y hacían guardia los centinelas, apostados en los lugares estratégicos de la
guarnición y protegidos por las almenas. De estas salían dos vigas que
sustentaban un techo liviano que tal como ya hemos dicho anteriormente,
ayudaría a dar mayor protección a los soldados apostados en dicho lugar. A su vez, las murallas forman quiebros con
salientes y entrantes en forma de cremallera o sierra dentada,
que facilitan la defensa del castillo, evitando en lo posible las zonas muertas
a batir por los arqueros que estarían apostados en ellas. A través de los
merlones y saeteras los defensores podrían cubrir los ángulos de tiro del
castillo.
Todas las defensas de esta
edificación militar tenían como misión proteger la torre principal situada en
la celoquia, último reducto defendible en caso de que el enemigo hubiese
logrado penetrar en el recinto fortificado. Tiene elementos defensivos propios.
Se encuentra situada en la zona mas elevada del cerro y es independiente del
resto del edificio castral. Naturalmente en ella se encontraban las dependencias
principales. Esta torre fue reforzada con potentes contrafuertes durante la
Guerra de las Germanías.
BREVES APUNTES HISTÓRICOS SOBRE EL
CASTILLO DE CORBERA
En
la cima de la montaña del castillo existió un pequeño poblado de la Edad del
Bronce, con una cronología comprendida entre los años 1700 y 1600 a.C., Fase B.
El yacimiento se encuentra situado en el extremo NO. de dicho cerro. Entre los
materiales encontrados destacan restos cerámicos hechos a mano y utilizando calcita
como desengrasante. Aparecen también
materiales líticos y conchas de cardium.4
Muchos son los autores que afirman
que el origen de este edificio castral es
iberoromano5. Por su parte, del
período visigodo apenas tenemos
noticias. Si las tenemos en cambio de la época islámica. Las noticias escritas
más antiguas que nos hablan de la existencia de un castillo musulmán en Corbera
nos la proporciona por un lado la “Primera Crónica General de España” crónica
castellana del siglo XIII6 y por
otro lado la obra de Ibn Khatîb, fechada
en 12297.
En el año 711, los musulmanes
penetraron en la Península Ibérica. Abdelaziz ocupó el Al-schargya, o
sea la zona oriental. En el 713 las tierras de Cullera y Corbera son dominadas
por los bereberes. Durante la etapa musulmana ambos castillos formaron
parte de varios distritos regionales de carácter administrativo donde el
castillo islámico de Corbera formaba parte de una red castral relacionada con
el sistema defensivo y administrativo del mundo musulmán. De él dependía un
gran territorio ocupado por comunidades rurales denominadas alhamas. En
el castillo residía un alcaide entre cuyas funciones estarían también
las de recaudación de impuestos y la defensa y protección del lugar. El alcaide
asumía pues, funciones políticas y militares. En el siglo IX se produce un
debilitamiento del poder central. Las distintas regiones de la Península
Ibérica bajo dominio musulmán ostentan su propio poder. Es muy probable que el
castillo musulmán de Corbera hubiese sido construido en esta época aprovechando
muy posiblemente alguna construcción anterior. El nacimiento de muchos “hisn”,
como el de Corbera, fue motivado por la necesidad de protegerse en altura ante
los acontecimientos políticos que se venían arrastrando en el mundo
hispanomusulmán y sobre todo durante el periodo de “taifas”, tras la
decadencia del poder emanado de Córdoba. A ello hay que añadir las razzias
protagonizadas por los cristianos, que en nuestro caso concreto las llevó a
cabo de forma especial Rodrigo Díaz, el caballero castellano conocido como el
Cid. En el siglo XI un nuevo pueblo islámico procedente del norte de África
penetra nuevamente por la Península Ibérica; son los almorávides y será con
ellos con quienes el caballero castellano tendrá que enfrentarse en sus
correrías por estas tierras. Según Gaspar Escolano el rey moro Junes
(Abu-Abd-Allah-Muhammad) se retiró al Castillo de Corbera tras ser vencido por
el Cid. La peligrosidad de las cuestiones políticas internas en el mundo
musulmán y a su vez las relaciones con los cristianos impusieron a la población
a tener que buscar refugio en lugares elevados. Es durante este periodo
histórico cuando en la zona del Sarq Al-Andalus se construyen numerosos
castillos. Las cada vez más numerosas incursiones cristianas en estas tierras
obligan a los lugareños a fortificarse y a su vez la fortaleza de Corbera,
junto a las de Cullera y Alfandech o las de Bairén, Xátiva Dénia y Benicadell
constituyeron una línea defensiva por el sur. En 1144 se produce la invasión
almohade. Meruan Ben Abdelaziz se refugia en el castillo de Colbira que para
algunos historiadores es Cullera mientras que otros apuntan que podría ser
Corbera. Para protegerse de los almohades, durante el siglo XII, siguieron
construyéndose nuevos castillos o reforzando los ya existentes. Este tipo de
castillos solían ser de estructura simple cuya única misión era la de servir de
refugio y por tanto carecían de apenas construcciones internas. Unas torres de
vigilancia dependían de estas fortalezas principales y tenían como misión
ayudar a la protección de dichas fortificaciones castrales. Por otra parte,
historiadores franceses plantean que los hisn musulmanes estarían
relacionados directamente con las comunidades rurales del entorno, actuando estas
de forma autónoma ante la fragmentación social y política del momento. De este
modo los hisn quedarían unidos y asociados a dicho hábitat rural.8 Pero, no hay que olvidar que sobre
todo, el papel del castillo musulmán, sea cual fuera su rango, tanto en el periodo califal como en el de la taifa,
se ha de entender como parte integrada de una red castral superior ligada a
razones políticas, fiscales y militares del estado musulmán donde en las
fortalezas era destacado el papel que podía ejercer el qaid. Solo en casos de crisis se entenderían dichas
asociaciones entre fortaleza y hábitat rural, actuando relativamente de forma
autónomas9. Estas edificaciones castrales
resultaban imprescindibles para defender un territorio. El Castillo de Corbera,
junto con el de Cullera se encuentran situados cerca de una vía importante de
comunicación. Su misión estratégica era la de controlar el camino de la costa y la entrada hacia el
interior de la Ribera del Xúquer. Por otra parte, los castillos eran el
elemento central, podríamos decir nuclear de un territorio, que pertenecía a su
jurisdicción, pero a su vez estos castillos estaban relacionados entre sí. De
ellos dependían una serie de torres y alquerías. Estas fortalezas estaban
supeditadas a la jurisdicción de la madina principal de la comarca: en
nuestro caso Al-Yazirat, o sea Alzira.10
Los tratados de Tudillén (1151) y
Cazorla (1179) habían establecido el repartimiento de las tierras que se tenían
que conquistar a los musulmanes entre los reinos de Aragón y Castilla,
correspondiendo al de Aragón la conquista de las Baleares y de Valencia hasta
Biar.
En el siglo XIII, Abu Zeyt, príncipe
almohade, controlaba una zona que comprendía Peníscola, Castelló y Borriana.
Zayyan dominaba Valencia mientras que el sur estaba bajo el poder de Ibn Hud.
De todas formas los regímenes musulmanes de Valencia y Mallorca tenían los días
contados. Jaume I hizo un intento de conquistar Peníscola en 1225, pero resultó un fracaso. Unos años
después se dispone a conquistar las islas. La capital cayó el 31 de Diciembre
de 1229 tras un fuerte asedio. Ibiza y Formentera serían conquistadas en 1235,
pero Menorca resistiría hasta que en 1287 se apoderó de la isla Alfons III.
En 1227 se produjo una hambruna en
todo el territorio andalusí. La consecuencia de que se produjera esta hambruna
fueron las reiteradas sequías que se venían produciendo desde 1215. Se produce
un descontento popular. En 1228 se subleva en Murcia Ibn Hud que se proclama
emir de todos los musulmanes de la Península Ibérica y a su vez reconoce como
califa a un miembro de la familia de los Abbasíes. De este modo rompe toda
relación con los almohades y con el norte de África.11 Ceyt Abuceyt con esto, pierde parte de
su territorio al reconocer los arraeces de Xátiva, Denia y Alzira la autoridad
de Ibn Hud. Estos acontecimientos desembocaron en el estallido de una guerra
civil donde se enfrentan Zayyan y Ceyt Abuceyt y donde en el sur del río Xúquer
los oligarcas de Xátiva, Denia y Alzira obedecen a Ibn Hud.12 Ceyt Abuceyt pacta con los cristianos
y pide ayuda a Pedro Fernández de Azagra para que le ayude en su lucha contra
Zayyan. En 1229 hace un nuevo pacto, esta vez con el rey Jaume I en donde Ceyt
Abuceyt se reconoce vasallo del monarca cristiano a cambio de que le ayude a
derrotar a Zayyan. En este mismo año el rey se centra en la conquista de las
Islas Baleares y aparca momentáneamente el tema de la taifa de Valencia hasta
que en Alcañiz en 1231 se retoma de nuevo la cuestión y se plantea la posibilidad
de la conquista de las tierras valencianas.13
La conquista del territorio
valenciano fue un paseo militar a causa de la situación desastrosa en que se
encontraba la taifa valenciana. El reino almohade de Valencia se encontraba en
una situación de descomposición interna a causa primero de las hambrunas y
después por el conflicto militar motivado por la guerra civil. La ciudad de
Balansiya (Valencia) se conquistó en 1238. El rey cristiano permitió que Zayyan
y los suyos pudieran marchar hacia el sur del Xúquer. No obstante,
posteriormente, la conquista del sur del Xúquer se llevó a cabo durante el
periodo que va de 1239 a 1245. Cullera se rinde en 1239. Cuando Jaume I toma
posesión de esta plaza prepara la rendición de Bairén, (Gandia). Alzira capitula
en 1242 y Xàtiva y Denia en 1244. No sabemos cuando se rinde la fortaleza de
Corbera pero sí sabemos que a partir de 1241 comienzan a asentarse los primeros
colonos cristianos en las tierras de los dominios de dicha fortaleza. El
sistema defensivo almohade se centraba
en las madinas y en los castillos. El papel estratégico que tenían las madinas
hacía que estrangulando a estas las alquerías se rindieran automáticamente. La
estrategia militar del rey cristiano consistía en tomar un lugar de máxima
importancia, lo que ocasionaba que inmediatamente todo el territorio adyacente
se rindiera. Así, algunos castillos también se rindieron sin lucha ni
resistencia.
La repoblación de las tierras al sur
del río Xúquer resultó compleja y lenta. El sometimiento de la población
autóctona y la ocupación militar provocó la destrucción de las estructuras
propias de la sociedad musulmana, que fue sustituida por un nuevo sistema
social que nació como consecuencia de la conquista de los cristianos aragoneses
y catalanes. A diferencia de las Islas Baleares donde los musulmanes fueron
exterminados, en las tierras valencianas al ser éstos mayoría, se optó por
hacer pactos y capitulaciones o tratados de rendición. Esto garantizó la
continuación de la presencia islámica. Por otra parte los colonos cristianos
ocupaban preferentemente los núcleos urbanos. La caída de las ciudades trajo
consigo la desaparición del poder musulmán y sus clases dirigentes emigraron a
otras tierras quedando solo las comunidades rurales. Los nuevos señores
cristianos disponían ahora de las tierras de los musulmanes. Los pobladores venidos del norte iban ocupando
estos lugares. En ocasiones, los colonos asaltaban las alhamas creando así
diversos conflictos con los musulmanes. Todo esto provocó en mas de una ocasión
fuertes disputas y violencias. El incumplimiento de los pactos estipulados por
parte de los nuevos señores con los musulmanes desembocó en 1247 en una
revuelta general liderada por Al-Azraq.
Jaume I había prometido a los nobles catalanes y aragoneses y a todos
sus guerreros que le habían ayudado en la empresa militar, la entrega de
tierras, casas y señoríos. Todas las donaciones que hizo el monarca fueron
recopiladas en el conocido Llibre del Repartiment. En dicho libro tenemos
constancia de las donaciones que el monarca otorgó a los nuevos colonos del
dominio administrativo del Castillo de Corbera. En 1241 y 1243, Raimón de
Rocafull, primer alcaide cristiano de la fortaleza de Corbera, recibió tierras
y casas en la alquería de Fortaleny que pertenecía a esta jurisdicción o
distrito rural originario del periodo musulmán. Las distintas donaciones que el
rey hizo en Corbera originaron una serie de conflictos entre los cristianos y
los musulmanes del lugar. En 1246 el monarca se vio obligado a arbitrar ante
ambas comunidades ya que los cristianos pretendían ocupar unas tierras que
pertenecían a los musulmanes sin poseer ningún tipo de donación o compra de las
mismas. Las tierras pasaron nuevamente a manos de sus legítimos propietarios,
que seguían siendo mayoría respecto a los pocos colonos cristianos que se
aventuraron a asentarse en Corbera.
El nuevo y extenso territorio
conquistado a los musulmanes por los cristianos, hasta el momento de la
conquista se hallaba organizado en distritos rurales, en donde junto con las
alquerías se encontraba una fortificación principal. Los habitantes de las alquerías se encargaban
de poner en explotación las tierras cultivables adscritas a los dominios de la
fortaleza. La comunidad de estas alquerías lo constituía lo que conocemos como
alhamas. Cuando el rey cristiano decidió hacer las reparticiones del territorio
conquistado, en algunos casos respetó las antiguas divisiones administrativas
musulmanas mientras que en otros las modificó. Así, los nuevos distritos
rurales quedan reflejados en el ya
mencionado Llibre del Repartiment. De esta manera, el distrito administrativo
de Corbera, heredado de antaño, comprendía su castillo y las alquerías de Lliber,
Aytona, Arriola, Polinyà, Sinyent, Montcada, Benicull, Beniatzir, Benilotja, Lo
Canyar, Othos, Montçalbà, Fortaleny, Matada, Alcudiola, Benihomer, Benivoquer,
Laurín, Nacla, Saicún, Al-Mussafes y probablemente unas casas junto a la
montaña del Castillo de Corbera. No todas estas alquerías citadas aparecen en
el Llibre del Repartiment. Por donaciones posteriores de forma individual
sabemos de ellas. Tal es el caso de Othos o Polinyà, por poner un ejemplo.14
En el distrito rural de Corbera las
fechas de donaciones que se hacen a los nuevos colonos cristianos y que
aparecen en el LLibre del Repartiment
corresponden a los años 1238, 1239, 1240 y después ya en 1248 y 1249. La
tierra, donde se cultivaba mayoritariamente el cereal, es el bien mas
repartido, le siguen casas y heredades. La mayor concentración de colonos
cristianos la encontramos junto al margen del río Xúquer, destacando la
alquería de Fortaleny, lugar donde residía y tenía casa el que fue el primer
alcaide del Castillo de Corbera Raimón de Rocafull.
Por lo que respecta a la fortaleza de
Corbera, el rey Jaume I la entregó a Raimón de Rocafull, aunque con
anterioridad dicho castro había sido divido en partes iguales entre algunos
ballesteros procedentes de Tortosa. En 1248, el nuevo alcaide recibe de por
vida el castillo de manos del rey con la condición de custodiarlo mientras
durase la revuelta de Al-Azraq. El castillo seguía perteneciendo directamente a
la corona, aunque terminada la rebelión el rey lo cede de nuevo a Raimón.15
Una vez conquistadas todas estas
tierras había que administrar y gobernar el recién creado reino cristiano de
Valencia. Al contrario que en Aragón o en Catalunya las bases del poder real se
dejaron sentir mucho mas en el nuevo reino. El Consell y les Corts son dos de las nuevas
instancias del poder. El nexo de unión entre ambos poderes era el Procurador
General. Por su parte, el Batle General se ocupaba de la gestión de
Patrimonio Real y del control de la fiscalidad. Poco a poco se va produciendo
un cambio en donde asistimos al nacimiento de una nueva sociedad muy diferente
a la antigua andalusí. Se trata de la sociedad feudal, imperante en la Europa
cristiana, eminentemente agraria, de campesinos, vasallos y señores, pero
también urbana, con artesanos y mercaderes. Poco a poco, los nuevos
repobladores cristianos fueron creando un nuevo espacio político diferente en
unas tierras que se tenían que gobernar y administrar. De todo ello se encargó
el poder real y en sus dominios, los señores y la iglesia.
La conquista cristiana, como hemos
visto, llevó consigo una nueva organización del espacio donde el mundo feudal
estaba presente y donde la aparición del
señorío fue importante, si hemos de hablar
de una nueva organización jurídica y política mucho más amplia que el antiguo
distrito jurisdiccional del que formaban parte las tierras del dominio de una
fortaleza musulmana. Los castillos y sus distritos fueron una pieza clave a la
hora de un nuevo encuadramiento de territorios o de los habitantes del lugar,
mayoritariamente comunidades campesinas asentadas en estas tierras.
Por una parte, las antiguas
fortificaciones islámicas se tuvieron que adaptar no solo a las nuevas
mentalidades feudales, sino a las nuevas necesidades y concepciones defensivas
del momento que motivaron la reparación o la aparición y construcción de nuevos
elementos de carácter defensivo en el recinto fortificado o por el contrario a
su abandono o total destrucción por orden real. Un cabeza militar se encargaba
de la custodia del castillo. Se le conoce como Alcaide. Entre sus obligaciones
estaba también la de procurar defensa y guarda a la fortaleza. También la
lealtad y fidelidad a su señor. Debía residir en la fortaleza y mantener el
castillo en perfecto estado por si surgiera la defensa de la plaza, reparar
muros si fuese necesario, tener provisiones de alimentos y agua, armas y
hombres, también, establecer, por así decirlo, relaciones con los habitantes o
campesinos de las tierras del dominio
del castillo. Los alcaides de un castillo suelen ostentar el cargo de forma
temporal, siendo el rey el que dispone sobre la fortaleza. A cambio el alcaide
percibe un sueldo estipulado.
El ahora Castillo cristiano de Corbera
constituía, junto con otras fortificaciones, un elemento esencial en la defensa
de un territorio encuadrado dentro de una red castral jerarquizada y
relacionada con los núcleos urbanos más importantes de la zona, en una práctica
defensiva militar donde era de vital importancia el asegurarse la defensa mas
que la ofensiva.
Cuando se produjeron los asentamientos de los nuevos colonos cristianos
se procuró que estos residieran también cerca de la fortaleza. De ese modo,
quedaban comprometidos en su defensa. Los alcaides del castillo
establecían una serie de vínculos y relaciones con las comunidades campesinas que
habitaban dentro del territorio perteneciente a la jurisdicción castral, en
este caso de Corbera. En el reinado de Pere III, en 1280, el monarca mandó a Pere
Lope Çorito que asignara patios y campos en las faldas del castillo de
Corbera para edificar una villa y que se repartieran las tierras necesarias
entre los repobladores cristianos16. En
dicho lugar ya existió anteriormente un pequeño asentamiento con diversas casas
alrededor del castillo17. No
obstante, la nueva fundación de la villa de Corbera tenia, a partir de estos
momentos, una personalidad jurídica propia. El rey también entregó a Pere
Lope Çorito la celoquia del
castillo y le encomendó distribuir el espacio de la fortaleza para construir en
su interior la futura villa de Corbera18.
En 1280, el rey permite a Pere de Sobirats construir una casa fuera del
recinto amurallado del castillo19. De
esta forma Sovirats evita someterse a la jurisdicción militar del
alcaide que en ese momento custodiaba la fortaleza. Al año siguiente el
monarca, con su mentalidad defensiva y como consecuencia de la sublevación de
los mudéjares ocurridas años antes, cambia de parecer y ordena a los habitantes
de Corbera que destruyan sus casas y que construyan otras nuevas en el interior
de la fortaleza, en el albacar20. El
rey ordena a Joan Panicer a que los colonos de Corbera residieran en el
interior del castillo antes de la festividad de la Virgen de agosto21. Esta claro entonces, que el atraer
repobladores tenia como uno de sus objetivos el cultivo de los campos dentro
del distrito castral de Corbera y por
otro se exigía que el colono tuviera que residir dentro de la fortaleza, ya que
este asumía el que debía de colaborar en la defensa de la fortaleza,
vinculada la misma al control del territorio. Estas medidas ocasionarían
seguramente algunos problemas e incluso
provocarían desconfianza de tipo jurisdiccional entre los pobladores que ahora
residían en el albacar del castillo
y el alcaide del mismo. En ocasiones los abusos de poder por parte del
alcaide llevaron a situaciones límite de extorsión contra los vasallos, lo que
provocaba que algunos campesinos intentaran huir a otros señoríos cercanos o
eximirse de ciertas obligaciones si se residía en otro lugar fuera del alcance
de la jurisdicción militar del alcaide del castillo. Como hemos visto, Joan Panicer se
eximía de sus obligaciones para con el custodio de la fortaleza y su
jurisdicción militar al construir su residencia fuera de los muros del mismo.
Los habitantes de Corbera, así como los de las alquerías que pertenecían al
distrito castral estaban obligados a prestar sus servicios cuando el alcaide
del castillo así lo requería. Los pobladores que residían en el lugar señalado
por el monarca, esto es el interior de la fortaleza, recibían en compensación
ciertas ventajas. Por su parte, los alcaides llevaban a la práctica la política
de la Corona referente a los
asentamientos en estas tierras, concediendo patios para edificar casas y
tierras dentro del territorio jurisdiccional del castillo. La consolidación de
villa de Corbera, ubicada dentro de la fortaleza hubo de esperar aún varios
años. En 1304 el rey Jaume II manda la construcción de diversos hornos en el
castillo, autoriza poder traer
materiales procedentes de otros lugares para las casas y que pudieran realizar
un mercado22. En 130723, nuevas familias procedentes de
Moncófar llegan a Corbera para habitar en su castillo por mandamiento real. A
partir de 1320 la villa de Corbera parece estar ya bastante consolidada24. En 1321 los habitantes de la villa de
Corbera pugnaban porque la celebración de los Consejos de la “Vila de Corbera”
se celebraran en este lugar y no como se venía haciendo en la iglesia de Santa
Maria de la alquería de Riola, perteneciente a la jurisdicción de
Corbera. El rey Jaime II desaprobó tal petición. No obstante, en 1326, Corbera
tenia ya una notaria, una curia y una iglesia25. En 1335 El rey concede a Gilabert de
Corbera autorización para la realización de un mercado tanto en el castillo
como en la villa de Corbera26 y
también de feria a la villa de Riola en utilidad del castillo ya que pertenecía
a la jurisdicción de Corbera27. En
Riola se encontraba además, la sede del Consell de la Vila de Corbera,
que se reunía en su iglesia28. Como
podemos observar, aún a pesar de las pretensiones de los distintos monarcas de
que los habitantes de Corbera residieran en el interior de la fortaleza hubo
cierta reticencia a establecerse en dicho lugar. No obstante, en 132729 parece ser que, al menos, la mayoría
de los vecinos de la villa residían dentro de la fortaleza, aunque con
posterioridad, la villa de Corbera volverá a estar situada a los pies del
castillo.
En 1263, el rey Jaume I había
entregado el castillo de Corbera y sus tierras a su hijo Pedro30, quien a su vez lo cede a Jofre
Gilabert y este lo entrega a su mujer
Maria Ferrando en concepto de dote. Posteriormente en 1296, se
concede el castillo a Dalmau de Castellnou, tal como lo tenia su padre, donde se incluía sus
términos, derechos y pertenencias. La cesión fue motivada al perder Castellnou
sus posesiones que tenia en el Rosellón a causa de la Guerra. La condición que
impuso el rey era que si recuperaba dichas tierras o el rey compraba el
castillo mediante un pago anual de 3000 sueldos anuales, durante toda su vida,
el castillo dejaba de pertenecerle.31
En 1299 Jaume II ordena restituir el castillo a su esposa la reina Na
Blanca, la cual se comprometió a pagar los 3000 sueldos anuales
establecidos. Dalmau de Castellnou recobró sus posesiones en el
Rosellón y se sujetó por tanto a la
condición de ceder el castillo a la reina.32 Como consecuencia del avance de la señoralización en todo el reino, se produce la alineación
del patrimonio real. Castillos y jurisdicciones pasaron a manos de la nobleza.
Así, vemos también como a principios del
siglo XIV en 1315, la villa y su castillo pertenecen al Infante En Jaume33, pero en 1325 Jaume II alinea
Corbera por dificultades financiera y políticas. Joan d´Aragó recibirá de su
padre Jaume II la villa y castillo de Corbera34,
pero este a su vez aprueba la compra de tierras y alquerías que pertenecían a
los dominios de Corbera por parte del abad del Monasterio de Santa María de
la Valldigna.35 El castillo es adquirido por Raimón
Berenguer I de Empuries, hijo del príncipe Jaume. En 1345 se vuelve a
vender el castillo y en 1349 el rey lo dona a Pere de Xèrica. Entre 1389
y 1390 es señora de Corbera Carroça de Vilaragut, que residió en dicha
fortaleza durante un breve espacio de tiempo. En el siglo XV, Alfons el
Magnànim incorpora Corbera y su castillo al Real Patrimonio en 1418 y le
concede el titulo de “Baronia de la Vila i Honor de Corbera”. Toma
posesión en nombre del rey del nuevo dominio real el “Batle General Joan
Mercader”. Es ese mismo momento se crea una nueva alhama o morería
en el lugar de Corbera36. El
motivo de crear esta nueva alhama fue la necesidad de que los habitantes
de dicho término del castillo cultivaran y trabajaran las tierras del lugar37. Esto contribuyó a la creación de
nuevos edificios o casas en la nueva morería de Corbera, encargándose de ello
la Batlia Local” y entregando las casas a los nuevos pobladores. El
lugar de Corbera se convirtió en una comunidad mixta de cristianos y mudéjares,
que posteriormente lo seria de moriscos, situada la morería en la misma
población de Corbera con sus “...cases e albergs que los dits moros tenen e
possehexen dins los límits de la dita moreria, ço és del barranch ençà vers la
dita moreria...” 38
Posteriormente en 1465, la fortaleza será comprada nuevamente por la familia Vilaragut.39 En 1437, Llaurí, Benivoquer y
Benihomer se habían segregado de Corbera formando Baronía propia siendo su
nuevo señor, tras la venta de dichos lugares,
Jaume de Romaní40 y con posterioridad, junto a Matada, que se
separó también en 1486, pertenecieron a
los señores de Vich. Anteriormente se había segregado ya en el
siglo XIV Alcudiola. En el siglo XVI Corbera perteneció al Duque de
Gandia Joan Borja, que compre la Baronía en 149441
pero a partir de 1580 se incorpora
definitivamente a la Corona42.
No hay que poner en duda la importancia
que tuvieron los castillos en su momento a la hora de defender un territorio.
Es de destacar en un castillo su primordial función militar y su adecuación
arquitectónica para su propia defensa. Para ello, la fortaleza debía de estar
equipada con todo aquello que fuera necesario para garantizar su seguridad y
defenderse del enemigo. En tiempos de paz, estos castillos sólo poseían una
pequeña guarnición, o sea, unos pocos soldados o centinelas bastaban para
cuidar del castillo. La guarnición aumentaba cuando el peligroso enemigo
acechaba. El alcaide era el encargado de acondicionar el castillo y prepararlo
para su defensa. Durante la Guerra de las Germanías el castillo de Corbera
sufrió un asedio por parte de los agermanados en junio de 1521. Pedro
Çanoguera se encargó de la custodia de dicho castillo y obedeciendo
instrucciones del Duque de Gandia Joan Borja se fortificó este edificio militar y se le
equipó con el armamento necesario para poder hacer frente a los agermanados43. El encuentro con los agermanados dejó
en pésimas condiciones a la fortaleza44.
Cuando en 158045 el castillo fue
adquirido nuevamente por la Corona, unos peritos evaluaron el estado de
conservación del edificio y sus estancias realizándose una memoria de obras que
deberían llevarse a cabo en el castillo. El interés mostrado por la fortaleza
en este momento y en años posteriores no fueron suficientes para evitar el
abandono que en este periodo sufría el edificio y así, en 164046, el rey Felipe IV autoriza a los
nuevos repobladores de Corbera, venidos tras la expulsión de los moriscos
decretada en 160947, a
coger todo lo servible y que se pudiera reutilizar, como vigas de madera y
otros materiales útiles del castillo para la construcción de casas en la villa
de Corbera. Este fue el triste final del castillo de Corbera. La fortaleza
quedó en el olvido y abandonada a su suerte, arruinándose por completo.
OBRAS Y REPARACIONES EN LA
FORTALEZA DE CORBERA
Es cierto que con la llegada de los
cristianos la fortaleza de Corbera es sometida a diversas obras, que en parte
cambian la fisonomía de la misma, pero solo en parte. Hay que tener cuidado en
hablar de una superposición de un castillo cristiano sobre un anterior
islámico. Se ha hablado en mas de una ocasión que las necesidades de defensa
cristianas aprovecharon los sistemas defensivos musulmanes y motivaron por
tanto, como en el caso de Corbera, la transformación de forma gradual de este
antiguo “hisn”. Es cierto que el castillo de Corbera sufrió ciertas
transformaciones y que ello conllevó a tener que adecuar la celoquía y
el albacar a partir de 128148,
para tal motivo. En 128349, se
ordena al alcaide Pere Lópe Çorito que pague a Pons de Mataró y Andreu
d´Albalat 670 sueldos reales destinados a las obras que se llevan a cabo en
el castillo. Como henos visto anteriormente, el rey Pedro III ordena la
creación de la nueva villa real de Corbera y que esta se construya en el
interior del albacar de la fortaleza, mientras que se obliga al alcaide
a residir en la celoquía, que era la parte más elevada del castillo.
Nosotros abogamos que más que producirse un cambio radical en la fisonomía del
castillo, simplemente se adecuó el mismo a las necesidades del momento, pero
nada más. Mayoritariamente, las obras que se realizaron en el mismo durante
toda la Baja Edad Media, fueron reparaciones de los muros de sus murallas que
se encontraban en mal estado. En mas de una ocasión, los castillos se encontraban
en un estado de abandono lamentable y solo en caso de necesidad se emprendían
obras y reparaciones en los mismos. El castillo de Corbera no dejaba de todas
maneras de ser una fortaleza militar, cuya misión era la de salvaguardar el
territorio y que por tanto en caso de conflicto, debería estar preparado y ser
útil para la defensa de dicho territorio50.
Por tanto, aunque en tiempos de paz solo estaba custodiado por una pequeña
guarnición, sí que debía de estar dotado de armas tanto ofensivas como defensivas
para el caso en que se requiriera su uso. Solo ante un eventual peligro enemigo
la fortaleza aumentaba su guarnición y
su dotación armamentística y en más de una ocasión, se observa que los
castillos, no contaban con el armamento suficiente, a no ser que hubiera
realmente un peligro inminente.
El estado de conservación de sus muros,
mas que otra cosa, obligo a emprender reparaciones en la fortaleza de Corbera.
Cuando el castillo perteneció a la Corona y se producía el cambio del alcaide,
unos peritos enviados por el “Batlle General” inspeccionaban el estado del edificio y
aconsejaban la necesidad de realizar alguna construcción o reparación precisa.
En el siglo XV, tenemos noticias de sucesivas obras o propuestas de construcciones efectuadas en el castillo
de Corbera. En 1418 se estima necesaria la construcción de una vivienda para el
alcaide en el interior de la fortaleza. El edificio se construirá en la celoquía51. Se trata de una gran casa
fortificada de grandes dimensiones de 20 por 20 m. de lado, en forma de torre y
con patio interior. Se aprovecharon los edificios existentes en este lugar, el
principal y más elevado del castillo, erigiendo allí esta torre, que es la
principal de la fortaleza. Se emprendieron
otras obras en el castillo en 1421,1443, 1447, 1449 y 1454, 1455.52 Conocemos también las de 1461 y 146253. En los siglos posteriores existe un
interés por averiguar el estado de conservación de la fortaleza militar y se
envían peritos para informar del estado de la misma y de las obras que son
necesarias realizar. Se plantea esta cuestión en los años 158054,158155,159756,160257,
1662 y 168258. Por último, en 174959 hay un interés por saber en que estado
se encuentra el castillo de Corbera, fortaleza que ya estaba abandonada desde
hacia tiempo.
El último edificio ubicado dentro de la
fortaleza que al parecer estaba aún en pie, y seguía desempeñando su función
como antaño, era la capilla de Santa María, aunque aparece documentada también
como de San Juan. Allí se encontraba una bella talla gótica de la Virgen con su
hijo, siendo venerada esta imagen con mucha devoción entre los lugareños. No
obstante, unas obras que se pretendían hacer en la fortaleza y en la propia
capilla en el siglo XVII, pero que jamás llegaron a realizarse, obligaron a
trasladar a la imagen gótica a la iglesia de la localidad y la capilla con el
resto de la fortaleza se abandonaron para siempre.
CONCLUSIONES
Queda demostrada la importancia histórica
de este noble edificio. Situado en un lugar estratégico formó parte de una red
castral que tenia por misión preservar y garantizar la seguridad de las vías de
comunicación de la costa y la entrada natural hacia el interior de la Ribera del
Xúquer. A su vez, el castillo islámico de Corbera servia de protección a todos
los habitantes que residían dentro de los dominios del distrito castral del
mismo. Tras la conquista cristiana, el
edificio sufrió algunas reformas, aunque más que nada, fueron reparaciones en
sus muros y la construcción de una gran casa o torre fortificada en la celoquia,
para así poder residir el alcaide y su familia o la pequeña guarnición que
custodiaba el castillo. De todas formas, en el siglo XIV, la señora por aquel entonces
de Corbera, Na Ramona d´Encarroç, residió durante un tiempo en esta casa,
alrededor de 1390.
La mentalidad defensiva de los primeros
monarcas cristianos obligaron, a los habitantes de la villa de Corbera, a tener
que residir en el albacar de la fortaleza. Fue en ese primer momento
cuando la antigua fortaleza islámica comenzó a sufrir transformaciones para
adecuarla a las nuevas necesidades, sobre todo primeramente de adecuación del
lugar para ubicar allí las casas de la villa de Corbera y posteriormente,
cuando la villa se trasladó de nuevo a los pies de la montaña del castillo, se
le repararon los muros que se encontraban en mal estado. Se construyeron así
mismo, nuevos edificios, sobre todo en la celoquia y en el siglo XVI se
remodeló en buena parte la fortaleza, reforzando sus muros y torres para
dejarlo en estado óptimo para la defensa ante la amenaza de los agermanados que
sitiaron el castillo en junio de 1521. Tras la retirada de los agermanados, el
castillo quedó en mal estado y aún a pesar de que en fechas posteriores hubo un
intento por rehabilitar la fortaleza, lo cierto es que las pretendidas obras y
reparaciones no se llevaron a cabo y el castillo terminó por abandonarse.
El triste final del castillo, como tantos
otros, fue el olvido, convirtiéndose incluso como lugar propicio para actos
vandálicos y donde poco a poco sus muros han ido desapareciendo como
consecuencia del deterioro producido por
los agentes climáticos y por el inexorable paso del tiempo.
El 19 de diciembre de 2003, tras
numerosas negociaciones con los propietarios de la fortaleza,60 en el Salón de Actos de la Diputación
de Valencia se llevó a cabo la firma de compraventa del castillo por parte de
la Diputación de Valencia. Estando presentes en la firma, la familia titular y
propietaria hasta el momento del edificio, el Presidente de la Diputación
Fernando Giner y el Alcalde de Corbera Leopoldo Hernán. El futuro del castillo
de Corbera pasa ahora por una puesta en valor de la propia fortaleza y
convertir en parque arqueológico el yacimiento. Las primeras actuaciones que se
han de llevar a cabo en dicho lugar consisten en una actuación arqueológica y
una posterior rehabilitación y restauración de los muros del castillo. Hemos hablado con anterioridad en como se
realizaba la construcción del muro de tapial mediante encofrado. En el caso de
Corbera destaca en toda la obra
mayoritariamente el tapial utilizando gravas y gravilla muy fina junto
con arena de granulometría también fina y cal. Todo ello mezclado con líneas de
piedras colocadas ordenadamente y en hiladas horizontales. Las piedras son de
distinto tamaño aunque predominan las de mayor tamaño. Su cara mas lisa se
colocaba paralela al tablón o tapiera del propio cajón. Se conseguía así un
muro muy resistente. Algunos muros se fabricaron con este mismo sistema pero
utilizando en vez de piedras ladrillos.
BIBLIOGRAFÍA
AL-GEZIRA Revista d´ Estudis Històrics – Ribera Alta, nº 10,
Alzira, Ajuntament d´Alzira, 1997
ARCINIEGA GARCIA, L.: Sistemas de defensa en Cullera: Castillo,
murallas y torres. Cullera, Universitat de Valencia, 2003.
AZUAR RUIZ R.: El castillo del Río (Aspe, Alicante). Arqueología
de un asentamiento andalusí y la transformación al feudalismo (siglos XII-XII).
Alicante, Diputación de Alicante, 1994.
AZUAR RUIZ R.: Castellología Medieval Alicantina. Alicante,
Diputación de Alicante, 1981.
AZZUAR RUIZ R.: Fortificaciones y Castillos de Alicante. Alicante,
Publicaciones de la Caja de Ahorros Provincial de Alicante, 1991.
BAZZANA A.: “Un hisn
valenciano: Shûn (Uxó) en la Vall d´Uixó, (Castellón)”. Quaderns de
Prehistòria i Arqueología de Castelló, 17, Castellón, Diputació de Castelló,
1996.
BAZZANA, A.: Maisons d´Al-Andalus , Habitat Médiéval et
structures du peuplement dans l´Espagne Orientale. Madrid, Casa de Velazquez,
1992.
BAZZANA A.; GUICHARD P.: “La
sociedad musulmana valenciana en vísperas de nuestra historia.” Nuestra
historia, T.II, Valencia, Ed. Aramo, 1980.
BAZZANA A.; GUCHARD P. ; CRESSIER P.: Les chateaux ruraux
d´Al-Andalus, historie et archeologie des husun du sud-est de l´Espagne.
Madrid, Publications de la Casa de Velazquez, 1988.
BEÜT I BELENGUER E.: “Corbera”
Enciclopedia de la Región Valenciana, T. III. Valencia, Mas Ivars, 1972.
BEÜT I BEELENGUER E.: Castillos Valencianos. Valencia, José
Huguet, 1984.
BOÜARD M.: Manual de Arqueología Medieval. De la prospección a
la historia. Barcelona, Ed. Teide, 1977.
BURNS R.I.: Moros, cristians i jueus en el Regne Croat de
València, Valencia, Ed. Tres i Quatre, 1987.
BURNS R.I.: Jaume I i els Valencians del
Segle XIII. Valencia, Tres i Quatre, 1981.
CASTELLÓ BAYLACH, L.:
Historia de Corbera y su Castillo, Corbera, Inédito, 1957.
CATALA DE VALERIOLA G.: “Breu
relació de la Germannia de València”. Cròniques de les Germanies, a cura
d´Eulàlia Duran. València, Ed. 3 i 4, 1984.
EPALZA M.: 750 Anys. Civilització Trencada: L´ialàm Valencià. Valencia, Generalitat
Valenciana, 1989.
ESCOLANO G.: Década de la Histórica Insigne y Coronada Ciudad y
Reino de Valencia. Valencia, 1610.
FAJARDO G. DE TRAVECEDO S. ; FAJARDO LOPEZ-CUERVO I.: Tratado de Castellología. San Fernando de
Henares (Madrid), Trigo Ediciones, 1999.
FERRER NAVARRO R.: Conquista y Repoblación del Reino de
Valencia. Valencia, Del Senia al Segura, 1999.
FRANCH BENAVENT, R.: “Les
conseqüències de l´expulsió dels moriscos a Corbera”. I Assemblea
d´Història de la Ribera. Economía Agraria i Història Local. València, Alfóns el
Magnànim, 1981.
FRANCH BENAVENT R.: “El
inicio del deterioro del castillo de Corbera” Programa de Festes Patronals
dels Sants Vicents de Corbera. Corbera, Ed.
Festers Sants Vicents, 1990.
FONT BORRÀS M. A.: “Història i Art. Evolució
Arquitectònica del Castell de Cullera”. III Jornades
d´Estudis de Cullera. Cullera, Set i
Mig, 2000.
GARCIA CARCEL R.: Las
Germanías de Valencia. Barcelona, Península, 1984.
GARCIA V.: Llibre del Repartiment del Rei Jaume I. València,
1970.
GRAVETT C.: Eyewitmnes Guide: Castle,
London, Dorling Kindersley Limited, 1994.
GÓMEZ M.: “Santa María del
Castell: Rostre i Elegància Gòtica” Mare de Déu del Castell. Corbera, Ed.
Cambreres de la Mare de Déu del Castell de Corbera, 1999.
GÓMEZ M.: “El Castell de Corbera”. Programa de Festes de la Mare de Déu del
Castell. Corbera, Ed. Ajuntament de Corbera, 2001.
GUICHARD P.: “La garnison
des châteaux ruraux valenciens au début du XIVe s.” Le château Médiéval, Forteresse Habitée
(XIe-XVIe s.). Archéologie et histoire: perspectives de la recherche en Rhône-Alpes.
Paris, Ed. de la Maison des sciencies de
l´homme, 1992.
GUICHARD P.: Estudios sobre Historia Medieval. Valencia, Alfons
el Magnànim, 1987.
GUICHARD, P.. “La repoblación y la condición de los
musulmanes”, Nuestra Historia, Vol.II, Valencia, Ediciones Aramo, 1980.
HARPUR J.: Revelations – The Medieval
World, Madrid, Ed. Del Prado, 2000.
JIMENEZ ESTEBAN J.: El Castillo Medieval. Madrid, , Antonio L.
Mateos, 1997.
LANGLEY A.: Dk Discoveries: Castle at War. London,
Dorling Kindersley Limited, 1998.
LÓPEZ ELUM P.: Los
Castillos valencianos en la Edad Media. Valencia, Biblioteca Valenciana, 2002.
LORENZO CELORRIO A.: Compendio de vocablos referidos a los
castillos. León, Ed. Lancia, 1996.
MENENDEZ PIDAL R.: Primera Crónica General de España. Madrid,
Ed. Gredos, 1955.
MORA FIGUEROA L.: Glosario de Arquitectura Defensiva Medieval.
Cadiz, Ed. de Mora Figueroa, 1996.
MONREAL Y TEJADA L.: Castillos Medievales en España. Madrid,
Lunwerg Editores, 1999.
RUIBAL A.: Castillos de Valencia. Castillos de Iberia. León, Ed.
Lancia, 1998.
SANCHEZ GIJÓN A.: Luís Escriva. Su Apología y la Fortificación
Imperial. Valencia, Biblioteca Valenciana, Generalitat Valenciana, 2000.
VIGUERA MOLINS M. J.: De
las Taifas al Reino de Granada. Al-Andalus, siglos XI-XV”. Historia de
España. Madrid, Historia 16, 1995.
AAVV: Excavaciones medievales en el Castillo de la Mola
(Novelda, Alicante). Novelda, Diputación de Alicante.
AAVV: Castrum 3. Guerre, Fortification et Habitat dans le Monde
Méditerranéen au Moyen Âge. Madrid, Casa de Velazquez et l´École Française de
Rome, 1988.
AAVV: Castillos y Territorio en Al-Andalus. Jornadas de
Arqueología Medieval. Berja, Antonio Malpica (ed.), 1996.
AAVV: Actas del I
Congreso de Castellología Ibérica. Palencia, Ed. Diputación Provincial de Palencia,
1994.
VVAA: “La fortificación
medieval en la Península Ibérica” Actas del IV Curso de Cultura Medieval.
Aguilar del Campoo (Palencia), Fundación Santa María la Real, Centro de
Estudios del Románico, 2001.
VVAA: El Castell: un passat, quin futur?. Corbera, Ed. Comissió
de Normalització Lingüística, 1986.
VVAA: “Memoria de la
intervención arqueológica en el castillo de Cervera del Maestre (Castellón)”. Quaderns de Prehistòria i
Arqueología de Castelló, 21. Castelló, Diputació de Castelló, Servei d´Investigacions
Arqueològiques i Prehistòriques, 2000.
VVAA: Jornades d´História Local a Corbera. Inédito, 1994.
VVAA: En l´Oblit. Sant Miquel de Corbera: Torre Musulmana i
Centre Espiritual. Corbera, Ed. Sericor i Festes Sant Miquel de Corbera, 1998.
VVAA: Castells, Torres i Fortificacions en la Ribera del Xúquer.
Cullera, Antoni Furió, Josep Aparici, eds. 2002.
[1] Según mapa de la hoja 770-771 del Servicio Geográfico
del Ejército, actualizado en 1992, de escala 1:50.000.
2 Raimon de
Rocafull fue el primer alcaide cristiano de la fortaleza de Corbera. El rey
Jaume I le hizo entrega en 1248 de quinientos sueldos y del Castillo de
Corbera. Su misión era la de custodiar y guardar la fortaleza mientras durase la guerra contra
Al-Azraq (A. Ferrando ed. : El Llibre del Repartiment de Valencia, Valencia,
1978, assentaments núm. 2.539). En 1225, un inventario post-mortem de
Raimón de Rocafull nos describe el armamento
empleado por este guerrero y que se guardaba en el albergue del castillo, donde
entre otras cosas tenia ballestas, un pico, un hacha, protectores para la
cabeza, un yelmo y otros tipos de armas.
Naturalmente también había lugar para la provisión de alimentos como
grano y legumbres y tinajas con aceite. ( AHN: Clero. Valldigna, carpeta 3.360,
perg. Núm. 16).
3 “...se
fortificase el Castillo de Corbera, equiparándole con los pertrechos de guerra
correspondientes hasta dejarle en estado de defensa...” Así de este modo
nos lo describe Lluís Quas en su Crónica de la Germanía Valenciana (VVAA:
El Castell: un passat, quin futur?, Corbera, ed.: Comissió de Normalització
Lingüística, 1986)
4 Martinez
Perez A.: “La Cultura del Bronce Valenciano” Rev. Al-Gezira, 1, 1984, pp.
12-13 y en VVAA: En L´Oblit: Sant Miquel de Corbera, torre musulmana i
centre espiritual, Corbera, Sericor, Comissió Festes de Sant Miquel, 1998.
5
Destacamos entre ellos a Beüt i Belenguer (1984), Sanchis Sivera (1922), P.
Madoz (1845), L. A. Castelló i Baylach (1957), V. Banyuls (1985), X. Campillo
(1994) o AAVV en un libro editado por el
periódico “Levante” titulado “Torres, castillos y fortalezas de la Comunidad
Valenciana” (1995).
6 “...et
Abeniaf ouo su fabla con el adelantado que tenie Xativa et con otro que tenie
el castiello que dizien Coruera, et juraronse que fuesen con el, et que se
ayudarien a quequier que les abeniess et
les acaessciess; et vinieron a Valencia et firmaron y su amor et su pleito con
grant paridat. Se trata de la entrevista que mantuvo el Cid con los
alcaides de Corbera y Xàtiva y el de Valencia. (Menéndez Pidal: “Primera
Crónica General de España”, Vol, II, Madrid, 1955, p. 572).
7 Ibn Al-Khatib: A´mal al-A´lam, E. Leví Provenzal, 1956.
8 Bazzana
A., Guichard P., Cressier P.: Les Chateaux Ruraux d´Al-Andalus, Histories et
Archeoloíes des Husun du Sudest de l´Espagne, Madrid, Publicatios de la Casa de
Velásquez, 1988. También en Bazzana A.: Maisons d´Al-Andalus, habitat
médiéval et structures du peuplement
dans l´Espagne orientale. Madrid, Planches, 1992.
9 López
Elum P.: Los castillos valencianos en la Edad Media 2Vol., Valencia, Biblioteca
Valenciana, 2002.
10 La jurisdicción o término del Castillo de Corbera era
muy extensa. El río Xúquer hacía de frontera natural entre los términos de
Corbera y Cullera. Bien sea por las
donaciones recogidas en el “Llibre del Repartiment” o por otros documentos
medievales conocemos los nombres de algunas de las alquerías o pequeños núcleos
urbanos que dependían administrativamente del Castillo de Corbera. Estas
alquerías son: Arriola (Riola),
Fortaleny, Corbera, L´Alcudia ( L´Alcudiola d´Alfandech, desaparecido),
Benilotja ( No sabemos su ubicación ),
Llaurí, Maçalban, Nacla, ( conocemos solo la Partida de Nacla), Signen, Matada
(Situada entre Fortaleny y Llaurí, junto al río Xúquer), Almocada (situada
entre los términos municipales de Alzira y Polinyà. Esta pequeña población
existió hasta el año 1965) Beniatcir (Sabemos de su existencia por un documento
medieval del siglo XIV donde Na Jacma viuda de Petri Conill y que residía en
esta alquería hace una donación testamentaria a favor de Sant Miquel de Corbera
ante la notaria de Bernat Costa (AAVV: En l´Oblit, Sant Miquel de Corbera,
Torre Musulmana i Centre Espiritual, Corbera, Sericor, 1998,p. 85), Othos (Conocido también como Oto. Desaparecido. Estaba situado a los pies de la montaña de
Sant Miquel. En 1263 Arnaldo de Antís recibe de la Casa Real tierras en la
alquería de Oto. A.C.A. Reg. Can. 12,fol. 136). No se sabe a ciencia
cierta la ubicación de otras comunidades o pequeños núcleos urbanos aunque se
supone la existencia de Lo Canyar, Al-Mussafes ( Entre Llaurí y Corbera) o
Saicún, a ello nos ayuda la toponimia del lugar
así como el nombre que reciben las partidas del término municipal
de Corbera y de los otros pueblos del entorno. Otras poblaciones actualmente existentes
y que formaron parte de los dominios del Castillo de Corbera, tanto en el
periodo musulmán como en el cristiano durante la Edad Media fueron Favareta
(cuyos habitantes son descendientes directos de la desparecida Alcudiola.
Favareta pasó después a depender de Cullera), Benicull y Polinyà ( Paluynen ).
En este lugar tenemos constancia de venta de tierras y unas casas en dicha
alquería el 24 de diciembre de 1270, ( A.C.A. Reg. Can. 16, fol. 233v. ). Otras
alquerías desaparecidas de las que tenemos noticias son Aytona, donde se le
concede a Jaume Calçada tierras en esta alquería el 28 de marzo de 1270 (
A.C.A.: Reg. Can. Nº 37, fol. 4 ) y Lliber situada entre Fortaley y Riola,
cerca del río Júcar.
En el periodo musulmán, el término era el
territorio que dependía de forma directa de un castillo, mientras que el
término general se refería a los territorios de los castillos que dependían de
una ciudad. Así, los términos de los castillos eran subdivisiones menores
territoriales donde se encontraban las alquerías que pertenecían al distrito
del castillo en cuestión. El territorio del castillo estaba compuesto por
simples núcleos de población. La Alhama englobaba a todas estas alquerías
diseminadas por el distrito castral, en este caso de Corbera. Estas alquerías de por sí, no tenían ningún
tipo de personalidad jurídica ni ningún territorio delimitado. Tras la
conquista cristiana, el rey Jaume I en 1249,
incluye en el termino general y jurisdicción de Alzira los términos y
villas con sus castillos de Cullera, Corbera, Alfandech, Carcer, Sumacarcer y
Montroi. (A.M.A. Cartas y Cedulas Reales Manuscritos. Nº Reg. 574, Sig. 020/1). Cullera y Corbera pertenecieron durante la dominación
musulmana al primitivo término general de Alzira, posteriormente, durante el
periodo cristiano se segregarían erigiéndose en villas con su propio término
general.
11 Ferrer Navarro R.:
Conquista y Repoblación del Reino de Valencia, Del Cenia al Segura, Valencia,
1999,p. 29.
12 Ibidem.
13 Ibidem.
14 Othos u Oto aparece como donación posterior en 1263.El
rey concede a Arnaldo de Antís tierras en esta alquería situada a los pies de
la montaña de Sant Miquel, lugar donde se fundó la primitiva parroquia y
principal de los dominios de Corbera. (A.C.A. Reg. C. 12, fol. 136 ). Diversas donaciones se efectúan en la alquería de Polinyà,
situada en el término de Corbera, según recoge De Sales Ferri Chulió A. En su
libro: Historia de la Parroquia de Polinyà del Xúquer, Ed. Parroquia de Polinyà
del Xúquer, Polinyà, 1991.En 1270 Montserrat de Foyo recibe tierras en Polinyà.
Pere Orth, halconero, las recibe también en dicho lugar en 1271, así como Elies
Palagerio al año siguiente. Como hemos
visto anteriormente algunas alquerías, donde mayoritariamente residía
musulmanes, tal es el caso de Benibuquer, Favara y Alcudia, fueron
saqueadas por los colonos cristianos y
se tuvo que intervenir para eliminar esos abusos. Así, se ordena que estas
alquerías sean defendidas contra los robos sufridos por los sarracenos, (
A.C.A. Reg. Can. Nº 48, fol. 100v. ).
Por lo
que respecta a Aytona, Beniatzir, Benilotja, Lo Canyar, Othos, Matada, Saicun y
Nacla resulta difícil saber con certeza su ubicación exacta. De algunos de
ellos tenemos constancia documental, bien por donaciones de tierras o en épocas
posteriores por donaciones testamentarias. En otros casos solo el nombre de una
partida de la zona nos puede aproximar a la ubicación de la desaparecida
alquería. En muchos casos solo la toponimia nos puede indicar donde dirigir
nuestra investigación en lo referente a la búsqueda de las mencionadas
alquerías. Tal es el caso de la probable pero difusa existencia de la alquería
de Al-Mussafes, que estaría sitiada en el término de Corbera. No aparece por el
momento en ninguna fuente documental, pero por su toponímia, que da nombre a
una zona de una partida situada entre los términos municipales de Llaurí y
Corbera, su situación junto a lo que fue una antigua calzada romana, su
proximidad a Matada, junto al río Xúquer y donde esta última si que aparece en
las fuentes documentales, el encontrarse en medio de las tierras de cultivo,
nos hace pensar que este nombre nos esté indicando la ubicación de una de las
tantas alquerías que pertenecían al distrito rural del Castillo de Corbera. Por
último, Alcudiola se puede confundir con Alcudia de Alfandech o otra que
estaría en Benicull.
15 Año de la Natividad del Señor de 1248 “...A Ramón de
Rocafull, quinientos sueldos y el castillo de Corbera, de manera que lo tenga
de por vida, que los quinientos sueldos
los reciba de las rentas de Corbera, y que custodie el castillo sin el gasto
del Rey nuestro. Y mientras dure la guerra de Al-Alzraq, no estaremos obligados
a devolverle los gastos de dicho castillo. En el sitio de Luchente, 15 de
Marzo.” (LLIBRE DEL REPARTIMENT, Vol. II, asiento nº 897).
Con anterioridad, en 1241 y 1243 Raimón de
Rocafull recibió del rey posesiones en
Alzira, Xàtiva y Corbera, concretamente en la alquería de Fortaleny que
pertenecía a la jurisdicción de esta última. El rey cedió en agosto de 1241
unas casas en Corbera y tierras en Fortaleny “...donamus et concedimus per
hereditatem propiam francham et liberam vobis Raymundo de Rocafull et vestris,
imperpetuum, quadam domos in Corbera et sex jovatas terre in alquería
Fortolen...” ( AHN: Clero, Valldigna, carp. 3359, num. 9). Transcrito el
documento completo por la Universitat Jaume I. Arxiu virtual Jaume I –
htp:/jaumeprimer.uji.es-Document nº 000172.
16 “...mandamus
vobis quatenus de illis campis sive locis contiguis coste et loco per nos assignato
in circuitu castri nostri de Corbaria pro facienda villa, donetis et assignetis
patua pro dominus faciendis loco nostri vicinis Corbarie, si locus predictus
per vos assignatus pro facienda villa fuerit stabilitus prout vobis ad
utilitatem nostram visum fuerit faciendum dum tamenratione ipsorum
stabilimentorum (...) fiat preiuditium alicui. Nos enim quecumque stabilimenta
de ipsis campis sive locis feceritis ut predicitur rata et firma habebimus. Data Supra.” (A.C.A.: Reg. Can. Nº
48, fol. 193 r.) Del 8 de diciembre de 1280.
GUINOT PÉREZ, E.: Les Cartes de Poblament Medieval Valencianes. Valencia,
Geralitat Valenciana, 1991, p. 391.
17 “...A Pere
de Roqueta, unes cases, franques i lliures, a Corbera, en el sep rafal, i dues
jovades de terra en la mateixa alquería, i altres dues jovades de terra a
Almocada, segons et foren asignadse i fixades pels repartidors.” ( 22 de maig
de 1248 ) GARCIA V.: Llibre del Repartiment del Rei Jaume I, Valencia,
1970. Por su parte, el 1 de diciembre de 1263, Joan Gil recibe de la Casa Real
tierras en el arrabal de Corbera, ( A.C.A.:
Reg. Can. Nº 12, fol. 136v. ).
18 “...açoloquiam castri
nostri Corbaria, ita quod eandem açoloquiam condirectam teneas, et in ea maneas
et hospicium tuum teneas dum nobis placuerit”. ( A.C.A. Reg. Can. Nº 48, fol. 193 )
8 de diciembre de 1280. BURNS R. I.: Moros Cristians i Jueus en el Regne Croat
de València. Valencia, Tres i Quatre, 1984.
Los vecinos de la fortaleza que residan dentro de la fortaleza recibirán
franquicias otorgadas por el rey, ( A.C.A. Reg. Can. Fol. 193 )
19 “... Baiulo
et iusticie Corbarie; mandamus vobis
quatenus non compellatis nec compelli permitatis Peretum de Sobirats ad
construhendum domicilium, et residenciam faciendum, intus castrum de Corbaria,
quum nos concedimus ei de gracia quod dictum domicilium suum construat et residenciam faciat sicut
alii faciant estra murum dicti castri; datum Valencie, idus Februraii.” ( A.C.A. Reg. Can. Nº
44, fol. 169v. ) 13 de febrero de (1279) 1280. BURNS R. I. Moros
Cristians i Jueus en el Regne Croat de Valencia. València, Tres i Quatre, 1984.
20 “edificaverit
domos in albacario castri de Corbaira”; “destruatis et diruatis omnes alquerías
et domos” ( A.C.A. Reg. Can. Nº 50, fol. 120v. ) 14
de julio de 1281.BURNS R. I.: Moros
Cristians i Jueus en el Regne Croat de
València, Tres i Quatre, 1984.
21 “...omnes
populatores de Corbera et eiusdem termini ut hinc usque ad primum venturum
festum sancte Marie augusti edificaverut domos in albacario castri de Corbera.”
( A.C.A.:
Reg. Can. Nº 50, fol. 120v. ) Julio de
1281. LÓPEZ ELUM, P.: Los Castillos Valencianos en la Edad
Media. Vol. II. Valencia, Biblioteca Valenciana, 2002.
22 A.C.A. Reg. Can. Nº 202, fol.
120v.
23 A.C.A.: Reg. Ca. Nº 204 fol. 15 y
205, fol. 188/189
24 A.C.A. Reg. Can. Nº 234, fol.
62v. LÓPEZ ELUM, P.: Los Castillos Valencianos en la Edad Media.
Vol. II, Valencia, Biblioteca Valenciana, 2002.
25 A.C.A.: Reg. Can. Nº 249, fol. 150/151. Años antes se había confirmado a
Villalonga la escribanía de Corbera, (A.C.A.: Reg. Can. Nº 233, fol. 180 ).
26 A.C.A. Reg. Can. Nº 489, fol.
175. (1335)
27 A.C.A. Reg. Can. Nº 488, fol.
98. ( 1334 )
28 “ ...Concilia
congregata in eclesia Sancte Marie de
Riola alcherie termini supradicti (Corbera) qui est locus saslitus Cansilius
congregari, facta prius publica precanizacione per publicum preconem per dictum
locum de Corbera et alcherias termini eius”
( A.H.N. Clero, Carpeta 3376, pergamí nº 13. ) GARCIA OLIVER, F.: Terra
de Feudals, Alfons el Magnànim, Valencia, 1991, 48. 1320 se había elegido el lugar de Riola para
fijar la parroquia donde debía de tener Consejo la Villa de Corbera, ( A.C.A.
Reg. Can. Nº 218 y 219, fol. 275 ).
29 A.C.A. Reg. Can. N.º 230, fol.
37.
30 A.C.A. Reg. Can. Nº 14, fol.
10v. En 1270 , se concede al infante Jaufredo de Cruilles licencia
para entregar a su mujer, en
concepto de dote, el castillo de Corbera, ( A.C.A. Reg. Can. Nº 37, fol. 4v. ).
31 A.C.A. Reg. Can. Nº 195, fol.
7.
32 A.C.A. Reg. Can. Nº 197 y 198,
fol. 63.
33 A.C.A. Reg. Can. Nº 212 y 213, fol. 140-141.
34 En 1326, el
Infante En Joan recibe el lugar de Corbera, ( A.C.A. Reg. Can. 393, fol. 88) y
en 1327 se hace donación del castillo de Corbera, ( A.C.A. Reg. Can. 230, fol.
37-40).
35 En 1324 el abad y el procurador del Monasterio de la
Valldigna adquieren las alquerías
Lliber, Aitona y Fortaleny. No obstante Corbera seguía teniendo el
derecho sobre la jurisdicción civil y criminal de dichos lugares, (A.R.V.
Clero, legajo 784, caja 2.044-45-46, Pergamino ) . Posteriormente fue también
adquiridas tierras en la alquería de Sinyent . GARCIA OLOVER, F.: Cistercencs
del País Valencia. Valencia, Tres i Quatre, 1998, p.35.
36 En 1418 el rey
Alfons El Magnànim en las Cortes celebradas en Valencia incorpora la villa de
Corbera y su baronia al Patrimonio Real otorgándole el titulo de “Baronia de
la Vila i Honor de Corbera”,(A.R.V. Reial Patrimoni , 612, fol. 238 ). En
ese mismo año toma posesión del lugar en nombre del rey Joan Mercader “Batle
General”, ( A.R.V. Batlia, años 1412-1418, 211, fol. 367 ).
37 A.R.V. Batlia,
Letras y Privilegios, años 1429- 1434, 1,147, fol. 421
38 A.R.V. Batlia. Letras y Privilegios, años 1435-1439, 1.148, fol. 253
39 A.R.V. Batlia, Lib. 1,153, fol. 676. La
Baronia es adquirida por M. Carroç de Vilarragut.
41 A.H.N., Osuna,
Legajo, 851,4. PASTOR ZAPATA, J. L.: “El Ducat de Gandia: La construcció d´un
Espai Senyorial”. L´Europa Renaixentista. Simposi sobre els Borja.
Valencia, Gandia, CEIC Alfons el Vell, Tres i Quatre, 1998.
42 La “Vila i
Honor de Corbera”, reclama en 1573 su incorporación a la Corona y del
titulo que poseían los vecinos del lugar y que se les había quitado, (A.R.V.
Reial, lib. 353, fol. 4). En 1577 se sigue planteando la causa de recuperación
de la Baronía a la Corona y al Patrimonio Real. Los vecinos tienen muchos
gastos y han de tomar a censo el precio que han de restituir al Duque de
Gandia, el cual les impuso numerosos impedimentos y dificultades para que no
lograran los vecinos reunir la cantidad de dinero necesarias. Ante esto, el rey
ordena que se solucione cuanto antes el problema, sin que resulte un agravio para los vecinos del lugar, ( A.R.V. Reial, lib.
355, fol. 1v.-2r.). Tras este pleito
ante la Real Audiencia, la “Vila i Honor de Corbera” logra por fin
incorporarse al la Corona.
43 El Duque de
Gandia “...dispuso se fortificase el
castillo de Corbera, equiparándole con los pertrechos de guerra
correspondientes hasta dejarle en estado de defensa...” QUAS, LL.: Crónica de la Germanía Valenciana.
44 “Lo duch de Gandia, sabent que los
agermanats eren en Alzira, feu provehir lo castell/ de Corbera y pregà a don Pedro
Çanoguera (que) volgués anar a estar en dit castell, com de fet anà ab alguns
criats y vasalls de dit duch. E dos dies ap´re que lo dit don Pedro Çanoguera
fonch en dit castell, partí de Alzira lo camp dels agermanats y anà a posar
siti sobre lo dit castell de Corbera, y començà a dar-li conbat. Y lo dit camp
cada diacresia, perquè tot lo regne venia per poder robar. E sabent lo virrey e
duch de Gandia y lo conde de Oliva que combatien dit castell y que partirien en
lo sendemà. Y com en la vall no dexava de haver alguns mascarats, tantost fon
avisat lo capità dels ajermants que hera lo racional Joan Caro.
Y lo endemà que era dimats de matí
cavalcà y vingué al monastir de Valldigna y conte de Oliva y lo conte de
Albayda ab sa gent y lo duch de Gandia, que estava en lo lloch de la Taverna,
senyalt per cap del socorro que havia de anar a Corbera, hagué dos / visos per
don Pedro Çanoguera com avien alçat lo camp de sobre Corbera y se´n tornaven
per Alzira, avent tengut citiat dit castell quatre dies.” CATALA DE VALERIOLA, G.: “Breu Relació de la Germania
de Valencia” en Cròniques de les Germanies, de Eulalia Duran, Valencia,
Tres i Quatre, 1984, pp. 175-177.
“Los Comuneros recogieron en Alzira la
más gente que pudieron. Y salieron a sitiar Corbera a veintisiete de Junio, en
número de cuatro mil. En llegando saquearon el lugar y plantaron cuatro piezas
de artillería. El combate fue muy recio, a veinte y ocho de dicho mes, hasta
arrimar las escalas a las murallas: mas fueron rebatidos con mucho valor de los
sitiados quedando heridos los dos comendadores y muerto Juan Zaragoza de Gandia
y soldado de Poli8nyan que peleaban en la defensa del castillo. De los
Comuneros murieron nueve; y hubo muchos mal heridos; que por esta y por
entender que el ejercito de los nobles había salido el día de San Pedro a
socorrer el Castillo, levantaron el sitio y volvieron a Alzira.” ESCOLANO,
G.: Década de la Histórica, Insigne y Coronada Ciudad y Reino de Valencia,
Valencia, 1610.
45 A.C.A. M. R.
Batilla de Corbera nº S. 2802, leg. 140, fol. 354r-355v.
46 Carta del rey
Felipe IV mandada al virrey de Valencia, fechada en Madrid el 12 de julio de
1640, (A.R.V. Mestre Racional, Llig. 491,nº S. 10.034), donde se dice: “ El
segundo de las casas que son menester para la dha. población, que son veynte y
cinco, las ocho estan buenas para poderse habitar, y que el gasto que se ofrece
en las demás montará mil duscientas y cinquenta Libras, y se podrían tomar en
cantidad de quatrocientas de la madera de la casa de la gola de la Albufera, y
castillo de dho. lugar, por ser allí infroctuosa...” Recogido en el
artículo de FRANCH BENAVENT, R.: “Les conseqüències de l´expulsió dels
moriscos a Corbera”. I Assemblea d´Història de la Ribera. Economia Agraria
i Història Local. Valencia, Edicions Alfons el Magnànim, 1981.
47 En 1610 se realizó un inventario de los
bienes incautados a los moriscos de Corbera que fueron expulsados de dicho
lugar. (A.R.V. Mestre Racional, 10.034).
48 A.C.A. Reg. Can. 50, fol. 120.
49 A.C.A. Reg. Can. 52, fol. 38v.
50 A.R.V. Reial , 613, fol.
37-38. Se trata de un memorial donde se
especifica en las cosas, tanto armas como enseres, que pueden ser necesarias en
un castillo para prevenir un asedio.
51 A.R.V. Mestre
Racional, nº 1, Comptes de la Baronia de Corbera, anys 1418-1432, nºS. 2778,
fol. 67.
52 A.R.V. Mestre
Racional nº 9167 a 9171, para los años 1421, 1449, 1461 y 1462. Obras Reales en
el castillo de Corbera. En 1447 se construye en el castillo el molino de
sangre, (A.R.V. Batlia. Apocas, 47 ) Tomemos por ejemplo los años 1454 y 1455.
En el primer año se especifica el tipo de material que se ha de emplear en las
obras que se han de llevar a cabo en el horno de Corbera y que sirven como
ejemplo del material empleado en el castillo: “...lloses de a tres i cuatre
pams i mig...” ( A.R.V. Mestre Racional nº 1, 9263, fol. 17-18). En este
mismo año se ha de reedificar un muro del castillo: “Despeses fetes per en
Johan e Bonaster Cavaller Alcayt e Batle del Castell e Vila e Honor de Corbera en
fer fer hun tros de mur que es caygut en lo castell de la dita vila en vers com
fos fos molt (...) adobarla aquesta despesa fou principiada en lo mes de
setembre...” ( A.R.V. Mestre Racional nº 1, 9263, fol. 16-17-18.). Al año siguiente se desea terminar las obras
que están comenzadas en el castillo. El documento es muy interesante ya que
menciona también a los obreros que han trabajado en las obras, los jornales que
percibían por día, detallándose si eran vecinos de Corbera o de los pueblos
próximos o si eran cristianos o mudéjares y la compra de los materiales
necesarios. Se trata pues, de las obras de reparación del muro anteriormente
citado llevadas a cabo por Johan Bonastre, alcaide del castillo. De forma
detallada se especifica la cantidad de materiales adquiridos: “...compres
fetes dels pertrets de les dites obres e en tenir compte de aquelles...”¸”Suma
mayor e(--)de totes les dates pagues e (
) qu´en Johan de Bonastre Cavaller Alcayt e Batle del castell , Vila e Honor de Corbera ha
donat de estes obres e despeses per aquestes fetes de ordinació e manament
verbal d´En Berenguer Mercader Cavaller Batle e Reebedor General del Regne de
Valencia, així en compre de cal, ragola com de altres pertrets per (--) de
acabar la obra per aquell començada en lo dit castell en ultimar de tapiar part
del mur del dit castell ves la vila les quals despeses foren començades a fer
en lo mes de janer ...” ( A.R.V. Mestre Racional, nº 1, 9167, fol. 27r.).
53 El molino de
sangre construido en 1447 en el castillo necesita ser reparado. Para ello se utiliza: “...ragola, algeps
e altres pertreses necessaris...”, (fol. 1r.) Las cuentas las realiza
también el caballero y alcaide de Corbera Johan Bonastre, donde con sumo
detalle especifica las tareas del día, el material empleado, la compra de los
mismos y los nombres de los trabajadores y maestros de obras, así como el
salario que percibe cada uno de ellos por día. “Dissabte a les nou del mes
de maig començarem a planejar la dita fusta, les sipes e (--) e garbellarse la
arena e calç per fer lo morter. Primo mestre Jamebrinadi per son jornal
Item en Antoni Ballesí per son jornal...” (fol. 2r.). “Dilluns, primera hora
del mes de juny (--) acabaren de pavimentar la cambra los mestres obrers
seguents: Primo, mestre Jume Binoder per son jornal, Item...”, ( fol. 7v.). “
Començaren de pró luir la casa de les armes per fer recorrer l´aygua”,(fol.
8r.). “...obrar certes obres en lo dit castell de la dita vila e Honor de
Corbera. Es assaber aixi en recorrer la casa del moli, com la cuyna del dit
castell, les quals totes ne venjen es cayen, com en compra de fusta, calç,
ragola e altres pertrets necessaris en la dita obra com en altres
coses...”,(fol.13v.). A.R.V. Mestre Racional, 9169, Cuentas de las obras en
el castillo de Corbera del año 1461, fol. 1 al 13.
En
1462 siguen habiendo reparaciones en el castillo de Corbera. El Batlle de
Corbera expone sus cuentas a la
administración sobre las obras realizadas en la alquería de Matada y en el
propio castillo: “...trencats novament fets al castell...”, ( A.R.V.
Mestre Racional, 9170, fol. 15v.). En este mismo año se vuelve a reparar el
muro de la fortaleza que da a la montaña y para ello se derriba parte del muro
que esta en mal estado y se construye de nuevo: “...reparen e fan los murs
los mestres e manobres...” Trabajan por día una cantidad de seis personas y
en algunas ocasiones entre once y trece. Esto se ha podido averiguar por los
jornales pagados por jornada registrados en el documento de cuentas y
albaranes. ( A.R.V. Mestre Racional,
9171,fol.26v.).
54 En 1580 se
realiza una memoria de las obras a realizar en dicho castillo de Corbera, donde
se nos dice que el castillo se encuentra bastante arruinado y destrozado. Es
necesario reparar el puente levadizo, las escaleras o la “...cubierta de la
capilla de Nuestra Señora que toda se llueve y se repare por ser muy devota la
imagen que hay en ella y tienenlle grande devoción todos los que de aquella
baronia porque le han visto hacer muchos milagros” (A.R.V. Mestre Racional,
5881, nºs. 2802).
Joan
salvador “obrador de vila de les obres reals de sa magestat” describe en
su memoria el estado en que se encuentran las dependencias de la fortaleza.
Sabemos por tanto que en el castillo había un puente levadizo, una escalera en
la torre del agua, el cuerpo de guardia, la capilla de la Virgen, anteriormente
de San Juan, el molino de sangre, situado al lado de la capilla, las
caballerizas, el granero, la torre de la celoquia con sus diferentes
estancias, la campana, la residencia del alcaide, otras estancias contiguas,
las cocinas, la estancia de al lada de la cocina, la cisterna, la
"necesaria", el horno, la torre situada al lado del horno, la torre
de guardia y las murallas en mal estado. (A.R.V. Mestre Racional, 5881, nºs.
2802).
55 En 1581
encontramos otro inventario sobre el castillo de Corbera. (A.R.V., 5881, nº
2802, fol. 16r.)
56 A.R.V. Bailia
General, 296, fol. 2r. Sobre obras en el castillo de Corbera, que esta muy
destruido y tiene necesidad de grandes obras, ( fol. 200r.)
57 En 1602 de
nuevo se plantea la necesidad de realizar obras en el castillo de Corbera y se
hace también un inventario de las cosas que había en el castillo con motivo de
cambio de “batle”. Entre otras cosas se describe con detalle todo lo que
se encontraba dentro de la capilla del castillo: “E primerament fonc uberta
una església ho solen y acostumen dir y celebrar missa la qual uberta fonch
atrobat lo següent: Primo, un retaule de mijana echura en lo qual està pintat
Nostra Señora de les Virtuts y altres sants alrededor tot daurat a les espalles
de la qual figura y a modo de sagrari una figura gran de Nostra Señora de bulto
ab un vestit de tafata groch vell, guarnit de vellut carmesí y al coll uns
agnus de argent chiquets y una patena de or morisco chica en una veta morada ab
ses masanetes de or fals. “ ( A.R.V. Bailia General nºs. 296, anys
1597-1607, fol.200r.-207,.v, obras en el castillo de Corbera.). ( A.R.V. Mestre
Racional , 5881, nº s. 2819, leg. 141.).
58 Carta escrita
por el rey Carlos II al lugarteniente y capitán general de Valencia a petición
de los habitantes de Corbera:
“Ilustre Conde de Aguilar y de (------)
mi lugar teniente y capitan general reciviose vuestra carta de ocho del
corriente en que respondeis al informe que os mandé pedir sobre la pretención
que hizo la Villa y Honor de Corbera en orden a que se mande reedificar la Real
Capilla en que moró el señor Rey don Jaime la imagen de Nuestra Señora
intitulada del Castillo ofreciendo la villa poner a su costa todo el pertrecho
necesario y decir quan justo serà esto por los motivos que expresan y que de
manos costarà la hobra ciento y veinte dos libras y media y que (-----) se
gasten de essa (--). Y confirmandose con vuestro parecer he resuelto se haga
esta hobra poniendo la Villa y Honor de Corbera
a su costa todo el pertrecho necesario como la ha ofrecido y que por mi
quenta se saquen de essa (----) de la Bailia General las ciento veinte dos
libras y media que expresais costará de manos y así os encargo y mando deis la
orden que convenga para que execute y para que el receptor entregue dicha
cantidad que en virtud de la presente ordeno al Maestro Racional de mi Regia
Corte se la admita y que pase en sus cuentas sin (-----) ni pedirle otro recado
que asi es mi voluntad. Doy en Madrid a XV de Septiembre de 1682. Firmado el
Rey.” (A..R.V. Real, 599, fol.
123v.-124r. )
59 Acuerdo del
3-10-1749 sobre una carta donde se ordena un registro e informe sobre el
castillo. El estrado pretende saber en que condiciones se encuentra dicho
castillo así como otros del reino.
“...queriendo el rey tener noticia
puntual de los castillos y edificios militares que hay en este reino con
expresión de su continencia capacidad actual, estado y destino al que puedan
aplicarse encargo a vuestra merced me dé la más alta de la que hubiera en esa
gobernación ( la de Alzira) y visto por el alcalde de la Villa y Honor
de Corbera mando se registrase maestros de obra y que de lo que relacionasen se
diese informe mandado...”( A.V.H.C. Mano de Acuerdos Capitulares de la
Villa y Honor de Corbera, año 1794, fol 201v.-202r.).
60 A partir del
siglo XIX la fortaleza de Corbera, así como todos los otros monumentos de la
localidad y sus parajes naturales, pasaron de forma inexplicable, por no decir
por arte de magia, a manos privadas y así ha sido hasta la actualidad. De todos
los monumentos históricos, el único que ha pasado a propiedad de la
administración pública es el castillo, mientras que los demás siguen siendo de
propiedad particular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario